AIMAR Olaizola fue y sigue siendo un referente para muchos niños que sueñan con convertirse en pelotaris profesionales. Entre esos jóvenes que trataban de imitar al genio de Goizueta en los frontones se encontraba Mikel Urrutikoetxea. Para el zaratamoztarra, el delantero navarro siempre fue un modelo a seguir, el gran referente en el que fijarse según iba quemando etapas hasta dar el salto. Pero el vizcaino tuvo la suerte que muy pocos tienen. El ídolo pasó a convertirse primero en compañero y luego en amigo. Los buenos momentos en la cancha fueron habituales, pero el gran momento llegó de forma inesperada. Juntos ganaron la txapela del Parejas de 2016 y repitieron final en 2020. Ahora, con la retirada de Olaizola II, Urrutikoetxea pierde un compañero en la cancha pero el hecho de que el goizuetarra siga ejerciendo de técnico de Baiko y dándole consejos también supone una alegría.

Olaizola II puso fecha de caducidad a su exitosa carrera como pelotari profesional. El 13 de noviembre en Goizueta será el momento de la despedida definitiva. Esta retirada, aunque esperada, no evita la desilusión de los muchos aficionados que querían verle más tiempo en la cancha. Siempre deseando un año más para este manista que parecía eterno. Aimar deja un vacío en la cancha que será difícil de llenar y también en sus compañeros. "Me da cierta tristeza. Que un grandísimo pelotari como Aimar, con el que tengo una relación muy buena, deje la pelota, me da pena. Son 23 años rindiendo a un grandísimo nivel y todavía estamos viendo lo bien que lo está haciendo a parejas. Tiene mucho mérito", afirma Urrutikoetxea. El legado que deja Olaizola II es enorme. Las txapelas se agolpan en su casa, pero el zaratamoztarra no se queda solo con eso: "Es uno de los más grandes de la historia, el mundo de la pelota le echará de menos. Ha jugado 23 años y todos ellos rindiendo a un grandísimo nivel, jugando contra los mejores en las tres modalidades y en los torneos de verano. Prácticamente ha estado jugando durante todo el año, durante muchísimos años, a un grandísimo nivel. Eso no es fácil".

victoria en el mano a mano

Mikel y Aimar han vivido "momentos que siempre los voy a guardar y recuerdos inolvidables para mí", según apunta el delantero de Zaratamo. Su relación comenzó antes incluso de que Urrutikoetxea diera el salto al profesionalismo. El navarro acostumbraba a llamar a Urrutikoetxea para que este ejerciera de sparring Poco a poco, el todoterreno de Zaratamo fue creciendo. Primero llegó a profesionales y luego hizo su sueño realidad al ganar la txapela del Manomanista a Olaizola II. Aunque lo más inesperado estaba por llegar. Otro nuevo título en Primera y en esta ocasión compartiendo gerriko después de que las empresas decidieran innovar con Urruti como zaguero. "Me quedaría con cualquiera de los dos momentos. Haberle ganado era un sueño y algo que nunca me hubiera esperado conseguir. Cuando ganamos juntos estábamos los dos felices y fue un momento muy especial", recuerda.

El 13 de noviembre llegará la retirada de Olaizola II, pero no terminará su vinculación con la pelota. El goizuetarra continuará trabajando con Baiko y utilizará sus experiencias vividas para aconsejar a las siguientes generaciones. "No tengo ninguna duda de que lo hará bien y es algo bueno para la pelota Personalmente me alegra que siga vinculado porque me ha dado consejos y siempre me ha intentado ayudar. Es de agradecer que en ciertos momentos un pelotari como Aimar te de su punto de vista", concluye Urrutikoetxea.

"Es uno de los pelotaris más grandes de la historia, el mundo de la pelota le echará de menos"

Delantero de Baiko