BRAD Linklater (Nueva Zelanda, 1985) colgó las botas embarradas en mayo del año pasado. Lo hizo tras tres décadas con el oval en la mano y tras pasar con mucho éxito por las filas del Getxo Rugby, del Alcobendas y de la selección estatal. Decidió dejarlo después de convertirse en uno de los mejores 15 que se recuerdan tanto en la División de Honor como en el XV del León. Y con la clara intención de comenzar una nueva aventura en el deporte de su vida, esta vez con chándal largo y desde el banquillo. Se embarcó entonces en la complicada tarea de devolver al club getxotarra a la máxima categoría del rugby estatal. Con este propósito se sentó en el banco de Fadura, donde desde el pasado verano forma un impecable tándem con David Martín, un entrenador más experimentado del que Linklater quiere aprender en su debut como míster.

Así, los primeros meses de esta nueva fase en la vida del neozelandés fueron espléndidos. El cuerpo técnico implantó su ideal con éxito en la plantilla, que se codeaba con los mejores del grupo. Pero en noviembre, cuando el Getxo despegaba, Gert Cronjé, el máximo anotador del equipo y su jugador franquicia, sufrió una lesión grave en la rótula. Se quedó apartado de los terrenos de juego más meses de los deseados. El club aurinegro rebuscó en el mercado un reemplazo de garantías, pero atado a una complicada coyuntura económica le resultó imposible atraer a un sustituto para el tres cuartos sudafricano. El Getxo entendió que era hora de mirar hacia dentro. Hacia el valor que tenía en casa. Entonces Linklater levantó la mano. Porque su intención siempre fue dejar atrás su periodo como jugador; pero el club, su club, le necesitaba. Era sabedor de que él y Cronjé ocupaban la misma posición sobre el verde, que asumían el mismo rol sobre el campo. Y aún tenía fuerzas. Así que se ofreció para, de forma temporal, sustituir al lesionado. Para encarnar la inusual figura en el rugby profesional del jugador-entrenador.

En el Getxo le agradecieron y aceptaron la propuesta. Así que Linklater tuvo que descolgar las botas. De esta forma, el 11 de diciembre su nombre entraba ya en la primera convocatoria y una semana después disputaba sus primeros minutos. De 11, de 10 o de 15. Le daba igual. La cosa era ayudar. Así que su presencia en los encuentros variaba dependiendo de las necesidades del equipo. Aunque también es cierto que desde febrero sus comparecencias cada vez fueron más y de más impronta. Hasta que en marzo, con el Getxo aspirando a todo en el grupo élite, estrenó titularidad con seis transformaciones y dos ensayos. Y desde entonces ya lleva cuatro partidos sin salirse del XV inicial. Pero sigue siendo entrenador. Un entrenador dentro del campo. Porque Linklater sabe que ya no tiene la velocidad de los veinteañeros ni la resistencia de los mejor preparados, pero sí la veteranía y la experiencia del curtido en las más épicas batallas. La sabiduría del técnico que conoce a la perfección a sus jugadores, también compañeros; y la mentalidad de a quien le toca analizar al nuevo rival. Aparte de un pie excepcional. Por ello, desde que el neozelandés volvió al barro, el Getxo se relanzó en juego y resultados, hasta ocupar la primera posición del grupo élite. Un liderato desde el que afronta las dos últimas jornadas.

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A la segunda fase de la División de Honor B le restan dos partidos para terminar, sin embargo, al Getxo Rugby solo le queda uno. Descansará en la última jornada. Es decir, los dirigidos por Martín y Linklater tienen un único encuentro para certificar su pase al play-off de ascenso, ese que solo jugarán los cuatro primeros de la tabla. Una victoria mañana (13.00 horas) en el campo del Ing. Industriales Las Rozas sellaría matemáticamente su presencia en la promoción, independientemente de lo que ocurra en la última jornada. Aunque los getxotarras también estarían clasificados hagan lo que hagan si mañana el Pasek Belenos le gana al Almería. En caso de no ocurrir ninguna de estas dos opciones, los de Fadura deberán esperar a los resultados de los partidos que se disputarán el próximo domingo 24.

En busca de la permanencia. El Grupo Intxausti Gernika RT está obligado a lograr su primer triunfo en Urbieta ante el Ciencias Enerside para mantener viva la llama de la permanencia. Los basurdes reciben mañana en Fadura (12.00 horas), en la que será la penúltima jornada, al quinto clasificado. Lo hacen anclados en el farolillo rojo, el puesto del descenso directo; a dos puntos de La Vila, el único rival al que puede alcanzar en la tabla y que se encuentra en la plaza de play-out. Por lo que una victoria se antoja vital para aferrarse a la categoría ya que un tropiezo, unido a un triunfo de La Vila, les dejaría sentenciados. Asimismo, en la última jornada, el Gernika deberá medirse al SilverStorm El Salvador, actual líder. Por otro lado, en el grupo A de la Honor B, el Valtecsa UBR y el Uribealdea prometen dar esta tarde (18.00 horas/El Fango) un buen espectáculo en el derbi vizcaino de la categoría.

La lesión de Cronjé revocó la intención de Linklater, que volvió al verde como jugador-entrenador para liderar al Getxo

El club sellaría su presencia en la promoción de ascenso si mañana gana a Las Rozas o si el Belenos vence al Almería