Zierbena vive una semana de muchas sensaciones. En su mente está el recuerdo de la Bandera de La Concha perdida por menos de un segundo y siente que está ante la oportunidad de sacarse la espina. Cuatro segundos son una renta a tener en cuenta ante tripulaciones tan potentes como las de Hondarribia y Santurtzi, pero los galipos confían en que este año pueden dar el golpe en la mesa definitivo y conseguir su primera victoria en la bahía donostiarra. Mantener la remada de sus mejores días y no ser víctima de su propia irregularidad será una de las claves.

¿Qué sensación se les quedó tras quedarse a cuatro segundos del ganador?

—Se nos quedó muy buena sensación. Estamos para pelear contra quien sea, estamos fuertes y sabemos que tenemos que mejorar alguna cosita. Eso nos da un poco de vida para saber que podemos ganar la bandera.

¿Cuatro segundos son mucho o no es nada?

—Últimamente las regatas se ganan por muy poco. Parece que no es nada, pero nosotros ya perdimos con Hondarribia una Concha por menos de un segundo y otra por poco más. Aunque sinceramente creo que este año el que gane el domingo la va a ganar con margen.

¿Cree que algún rival de atrás se puede sumar a la pelea?

Sí, se pueden colar y hay que tener eso en cuenta. Pero Hondarribia es un equipo que no falla. Creo que el nuestro es más potente, pero el de ellos tiene más bloque, sobre todo, en situaciones límite. Santurtzi también es un equipo muy fuerte, pero también tiene sus debilidades, ha hecho regatones y otras regatas se le han complicado más la cosa.

¿Estar en un segundo plano les puede beneficiar?

—Sobre todo en el aspecto de la tranquilidad. Somos un equipo que no tenemos nada que perder y mucho que demostrar. Vamos a ir ahí, hemos dado unos pequeños pasitos en estas últimas semanas y no tenemos ninguna presión, queremos disfrutar de nuestro equipo y lo que nos ha funcionado, llevarlo a la regata. Nuestro mayor rival somos nosotros mismos y no estamos pensando en Santurtzi ni Hondarribia. Estamos pensando en sacar nuestra mejor versión. Tenemos más piña y nos lo estamos empezando a creer un poquitín.

¿Sienten que están ante su gran oportunidad?

—Sí, creo que principalmente nuestro mayor rival somos nosotros mismos. Tenemos material humano y sabemos que podemos. Durante el año nuestra plantilla está poco tiempo toda junta. Berto se viene en verano para aquí, Sergio ahora se queda estas semanas pero normalmente se viene los viernes, Alberto por problemas laborales está algunas semanas fuera, Jaime igual... tenemos que hacer un gran labor para compaginar todo. Pero es verdad que para La Concha tenemos todo cuadrado y ahora es armarlo y disparar.

En la Bandera de La Concha es necesario que todo cuadre, tanto lo interno como lo externo.

—Confío en que todo cuadre. La calle que sea un poco mejor, saber estar en el sitio, remar como sabemos y estar tranquilos. Confiar en apretar para que salga una regata como en Ondarroa, que fuimos metiendo segundos desde el principio hasta el final y metimos bastante a los equipos más fuertes. Si el domingo hacemos una regata completa, Zierbena puede tener su primera Bandera de La Concha.

¿Tienen una espina después de haberse quedado muy cerca varias veces?

—Es un espinón. Todos llevamos muchos años remando y es una espina que queremos sacarnos porque al final parece que nunca llega. Este año igual llega o no, pero creo que si conseguimos ganar completaremos un ciclo tras haber ganado varios campeonatos de España y luego en la ACT se han hecho buenas regatas y se ha ido mejorando. Sería como dar un puñetazo en la mesa y decir que somos un equipo grande como el que más.

¿Opina que lo vivido años atrás les puede servir en esta ocasión?

—Personalmente creo que en la segunda jornada de la Bandera de La Concha que perdimos por menos de un segundo, remamos muy nerviosos y Hondarribia nos ganó. Llegamos a remar con tranquilidad y creo que no nos hubieran ganado. Este año ya van siendo unas cuantas segundas posiciones, vamos cogiendo un poco de callo y el domingo pasado se vio. Nos fueron metiendo tiempo, pero estuvimos hasta el final luchando los segundos y no nos vinimos abajo.

¿A qué se debe la evolución vivida por Zierbena?

—Es un club súper humilde y todo lo que prometen lo cumplen, son de palabra, que es algo que falta en el remo últimamente. Cuando llegué aquí me dijeron que sabían que era buen remero y también buena persona y que lo que les interesaba era tener buenas personas. No quieren tener gente que pueda crear malos ambientes. Es un club que funciona así. Confían en que se va evolucionando poco a poco, sin tirar la casa por la ventana y ese es el ritmo de Zierbena. Eso es lo bonito. Porque se puede ir a un proyecto súper ambicioso y ganar todo, que vale muchísimo, pero ver crecer a un equipo que se ha ido trabajando durante años y estar dentro de ese proyecto vale mucho más.

"Si el domingo conseguimos hacer una regata completa, Zierbena puede tener su primera Bandera de La Concha"

"No tenemos nada que perder. Hemos dado unos pequeños pasitos en estas últimas semanas y no tenemos ninguna presión"