Jon Rahm sabe que el que la sigue la consigue. No será tampoco este año cuando pueda vestir la chaqueta verde, pero la clave en el golf y en cualquier deporte es darse oportunidades hasta que llegue la buena. El jugador de Barrika arrancó ayer domingo a once golpes del liderato la última jornada del Masters de Augusta y cerró el torneo en la quinta posición, su segunda mejor clasificación en cinco presencias en el elitista primer major del año. Su reacción fue tardía tras tres jornadas al par del campo y, probablemente, solo le sobró el sobresaliente rendimiento de Hideki Matsuyama después de la tormenta del sábado cuando elevó su ventaja al frente del torneo a cuatro golpes y cerró el paso a todos.

Así, la última jornada estuvo exenta de emoción, salvo en el tramo final cuando Xander Schauffele se puso a dos golpes tras cuatro birdies seguidos, pero en el 16 mandó su bola al agua y arruinó la remontada. Al final, el nipón se convirtió en el primer jugador de su país que gana un major y se colocó la chaqueta verde diez años después de ser el mejor aficionado.

En todo caso, Rahm hizo lo que debía y sigue acumulando experiencia en el Augusta National y vueltas al par o por debajo, que ya son quince consecutivas, a una del récord de Tiger Woods en esa estadística en este campo. La de ayer domingo de 66 golpes igualó su segunda mejor en el Masters y le permitió alcanzar su cuarto Top 10 seguido. El comienzo con birdie, que estuvo cerca de ser eagle, y eagle le armó de la confianza y el convencimiento necesarios para buscar el milagro. Por él no iba a quedar y se aplicó a lo que podía controlar. Buscando la bandera sin disimulo, pero con mucha más precisión que en los tres días anteriores, fue conquistando opciones de birdie y en el 8 se anotó otro más que le metió de lleno entre los diez primeros. Cuando Matsuyama salió al campo, Rahm le había comido casi la mitad de la ventaja.

Este Masters ha tenido condiciones muy cambiantes, que se han notado mucho en los greenes, donde era difícil acertar con la velocidad correcta si se pateaba desde distancias medias o largas, y ahí se le escaparon las opciones a Jon Rahm, sobre todo en las tres primeras jornadas. En el cierre, no dejó de intentarlo y se anotó otros dos birdies en el 12 y el 15 para alcanzar la tercera posición y el liderato en la casa club a la espera de acontecimientos después de una jornada de golf brillante en todos los sectores del juego y una vuelta limpia de errores que supone un nuevo aviso de cara a futuras ediciones.

“Hoy he hecho lo que no pude hacer los otros días: empezar fuerte, meter un buen putt en el 2 y lanzarme. Me he dado muchísimas opciones. He jugado mejor de lo que refleja el marcador, sólo sufrí para un par y fue en el 17. Es divertido pensar qué podía haber sucedido. Me ha servido para ver qué si necesito hacer pocas, soy capaz. Ha sido una gran vuelta de golf, una pena haber empezado tan lejos del líder”, resumió Jon Rahm tras su excelente colofón al Masters tras lo cual solo tenía “ganas de volver a casa” para estar con Kelley, con su hijo kepa y hablar con la familia”.

Unas horas antes acabó Txema Olazabal, con una vuelta final de 75 golpes, afeada por un triple bogey en el hoyo 7. Sin embargo, el veterano hondarribitarra acabó con un birdie en el 18 “que me supo a gloria”. Su primer corte pasado en Augusta desde 2014 le deja con ganas, a sus 55 años y ya integrado en el circuito senior, “de seguir trabajando para mejorar y ver si tengo alguna oportunidad de ganar algún torneo”.

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