- La competición está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo han sido para el jugador psicológicamente estos más de tres meses sin jugar?

—Muy extraños. Aquel 8 de marzo no sabíamos que ese iba a ser nuestro último partido en mucho tiempo. Al principio fue todo muy brusco pero entendimos la situación. Yo lo he llevado bastante bien. Soy una persona optimista y he podido disfrutar más de la familia y estar con mis hijas. Pero el baloncesto se echa de menos.

Los jugadores han pasado por muchos estados de ánimo.

—Al principio yo estaba convencido de que no se iba a jugar hasta el próximo curso, pero muy convencido. Veías las noticias, había muchísimas muertes diarias, la enfermedad no se controlaba€ Pero cuando empezamos a entrenar cada vez era más factible jugar hasta que llegó un momento en el que te das cuenta de que todo va hacia adelante. Al principio había más miedo al contagio; ahora hay más miedo a las lesiones por estar tanto tiempo parados y tener que afrontar tantos partidos en pocos días.

Supongo que al principio veían los entrenamientos como un divertimiento tras casi dos meses en casa.

—Algo así. Aunque estaba convencido de que no se iba a jugar veía a compañeros, podía tomar algo el aire, estar en un nuevo espacio, volver a sentir la pelotita€ Pero cuando la situación evolucionó tocó cambiar de chip. Por eso creo que en esta fase final el aspecto mental será muy importante. Físicamente creo que todos los jugadores estaremos en una línea parecida, pero a ver quién tiene la cabeza más centrada y más ganas de jugar tras haber pasado por todo esto.

En el Valencia Basket han vivido la suspensión de la Euroliga y la reanudación de la ACB. ¿El jugador llega a entender todo estos criterios?

—La Euroliga tiene el matiz de juntar a equipos de muchos países, pero también buscaba un formato parecido a la ACB, reuniendo a todos en una misma sede. Quizás forzando se podría haber intentado, pero muchos americanos habían regresado a casa porque sus ligas se habían dado por acabadas y volver para jugar un puñado de partidos, con cuarentenas, era difícil. Hubo mucha incertidumbre.

Tras más de cien días sin jugar, afrontan un mínimo de cinco citas en nueve días y sin amistosos. De normalidad, nada.

—En verano, los primeros días de pretemporada sirven para coger feeling, pero aquí el primer duelo ya va a ser clave con este formato. Será como un Eurobasket o un Mundial, pero sin la preparación previa. Es algo que no se ha vivido nunca, por eso la mentalidad va a ser clave: la forma de prepararte, estar totalmente centrado desde el primer día tras tanta inactividad. Todos los equipos vamos a alojarnos, entrenar y jugar en los mismos espacios, no es nada habitual€ Además, al ser grupos de seis y solo dos equipos avanzan cualquier error se puede pagar caro.

Entre los jugadores se dan muchas circunstancias. Gente sin contrato para el año que viene, personas más temerosas que otras€ Mezclar todo eso no será fácil.

—Es normal porque atravesamos por una situación que nunca hemos vivido. Los jugadores con contrato garantizado para el año que viene tenemos un seguro. A mí me ha aliviado, no sé cómo habría vivido esto si no lo hubiese tenido. De todas formas, para los que quedan libres también es una oportunidad de dejarse ver, pero el riesgo de lesiones está muy presente.

¿Le inquietó el positivo de Francis Alonso en Unicaja o el chip está ya puesto en competir?

—Hubo un día en el que la cabeza entró en una nueva fase: cuando empezamos a jugar entre nosotros. Desde ese día nos centramos en la competición y ya no piensas tanto en otras cosas. Sabemos que cuando arranque la fase final todos los equipos estarán testados y que el protocolo es muy seguro. En Valencia hay una organización espectacular, en el pabellón tenemos la mayor seguridad que puede haber. Estamos tranquilos pese a saber que el riesgo cero es imposible.

Uno de los puntos fuertes de Valencia para llevarse la organización de la fase final fue L'Alquería. ¿Cómo son esas instalaciones?

—He jugado y entrenado en muchos pabellones europeos y te puedo decir que no he visto nada igual. Evidentemente, no se hizo pensando en el covid-19, pero parece hecho para jugar y entrenar en circunstancias como estas. Cuando empezamos a trabajar, teníamos prácticamente una pista y un gimnasio para cada jugador. Los controles en la entrada son exhaustivos y las labores de desinfección de todo lo que usamos también. Hay nueve pistas de entrenamiento en L'Alquería, con sus marcadores y vestuarios propios, y otra más en la Fonteta, por lo que todo son facilidades para la organización. Valencia es el lugar perfecto para jugar en estas circunstancias excepcionales y haber trabajado estos meses allí puede ser una pequeña ventaja para nosotros. Además, está tocando el pabellón, a cinco o diez metros. Los hoteles también están muy cerca de la Fonteta, el más lejano está a unos cuatro minutos en bus. Lo tienen bien montado dentro de lo excepcional que es todo. Por ejemplo, a mí se me hace raro que mi hotel esté en la misma calle en la que tengo a mi familia y no les pueda ver.

Se han tomado medidas estrictas.

—Está todo enfocado a minimizar al máximo el riesgo de contagios. Una vez metidos en competición un simple contagio podría ser fatal. Imagínate que no lo detectan hasta tres o cuatro días después, para entonces te puedes haber cruzado con cien personas entre compañeros, rivales€ Son las medidas oportunas para un torneo en esta situación. En L'Alquería han habilitado incluso un centro médico para que si hay alguna lesión no haya que ir al hospital y se pueda tratar allí. Eso da mucha tranquilidad.

Ustedes ya jugaron este año un partido de Euroliga a puerta cerrada por el covid-19. ¿Cómo son las sensaciones para el jugador?

—Cuesta mucho más entrar en calor, pero también le ocurre al rival. En un pabellón el público, aunque esté en tu contra, te motiva y activa. Aquí tendremos que acostumbrarnos a esta nueva circunstancia. Es cierto que son nuestros aros y nuestra pista, pero sin público el factor campo es mucho menor. Nos recordará a partidos de pretemporada en los que oyes mucho la pelota, los comentarios, al entrenador, no puedes dar tantas órdenes porque las escucha todo el mundo€

El formato es raro, pero goloso. Siete partidos dan un título.

—Para verlo desde casa es espectacular. Para nosotros son muchos partidos en pocos días y además del factor mental el hecho de tener plantillas largas debería ayudar a los equipos. Esta liga puede ser más accesible para equipos que no sean Real Madrid y Barça, diez días buenos te pueden dar un título. Al final todo el mundo pone como favoritos a esos dos equipos pero puede haber sorpresas, las semifinales y la final a partido único abren mucho el abanico. Ojalá que nosotros luchemos también por el título.

Al Bilbao Basket no se lo cruzará en la fase de grupos. ¿Cómo les ve?

—Han hecho una curso espectacular y han sorprendido a todo el mundo, incluso a ellos mismos, tras subir de LEB y mantener mucho bloque. Han jugado Copa, han ganado a todos los equipos de Euroliga y su temporada es excelente. Ahora podrían poner el broche final, pero lo que han hecho ya ha sido muy grande. Me alegra ver al Bilbao Basket en esta fase final.