Bilbao - El brasileño Anderson Clayton le duró a Kerman Lejarraga menos que un caramelo en la puerta de un colegio el pasado 30 de noviembre en Barcelona. Era el regreso del pegador de Morga a un escenario del que nunca debió salir. Ese de los brazos alzados y los días de vino y rosas. Y es que, David Avanesyan le había agriado la bebida al vizcaino en dos ocasiones con el Campeonato de Europa wélter como telón de fondo. La segunda, la más dolorosa, fue en el primer asalto y sin anestesia. El juez paró el combate. Kerman vio que se acababa una etapa, pero que comenzaba otra. Txutxi del Valle, su entrenador y componente de la promotora MGZ, concretó que el resto del camino había que hacerlo andando. Que había que continuar trabajando. Seguir y seguir. El siguiente paso, prácticamente ya masticado y reconocido, era el ascenso directo al superwélter, división a la Lejarraga iba a llegar menos forzado de peso. En sus últimas contiendas, en el límite de los 66,678 kilos, era todo piel y hueso, tremendamente dañado por los rigores de la hambruna.

Y en la nueva especialidad, su primer pleito fue ante Clayton, un púgil experimentado, pasados los cuarenta, con un fin de carrera con casi todo cruces en el currículum. Y duró en pie lo que dura un suspiro. Kerman Lejarraga viajó a Barcelona y puso a dormir al suramericano. Clayton aterrizó en el suelo. El Revólver recuperó la dinamita perdida. La hoja de ruta del morgatarra en el campo profesional habla por sí sola: de los 31 combates disputados, 29 cayeron de su lado y 24 por la vía rápida. El barquero del infierno. Caronte desencadenado. El brasileño fue su última víctima.

De este modo, la European Boxing Union (EBU) anunció ayer al vizcaino como coaspirante oficial al vacante título de la Unión Europea junto con uno de las grandes protagonistas del pugilismo estatal en la última década: Isaac Chaca Real, cuyo nombre ya había salido a la palestra en algunos sectores como próxima estación para Lejarraga en el recién estrenado superwélter. Llegar y besar el santo. El boxeador de L’Hospitalet de Llobregat es toda una institución del ensogado y salpimenta sus grandes resultados con un carisma inopinado y la certeza de ser uno de los deportistas más mediáticos dentro del cuadrilátero. El catalán tiene un récord profesional de 20 victorias, once antes de tiempo, tres derrotas, ninguna por K.O., y un nulo. Es duro. Es áspero. En 2014 fue campeón de Europa y ha conquistado en dos ocasiones el Campeonato Latino de la WBC. A sus 37 años está ante una oportunidad de oro para volver a recuperar el brillo de campañas anteriores. Su última pelea fue en junio en Bilbao ante David Makaradze y se saldó con un triunfo por K.O. técnico en el cuarto de los seis asaltos pactados. Una de sus citas más memorables fue en junio de 2017, cuando se enfrentó a Sergio García por el Silver de la WBC de su división. El catalán aguantó al de Barrio Covadonga los doce asaltos, pero cayó a los puntos.

La presentación de ofertas para la subasta del título quedó ayer abierta por la EBU y se alargará hasta el 9 de enero, fecha en la que se empezará a aclarar el futuro del cetro de la Unión Europea. No sería descabellado que desde MGZ se intentara integrar un combate de tamaño calado en la misma velada en la que Andoni Gago defenderá el su cinturón de campeón de Europa, previsto para febrero

combate de quilates Por otro lado, Jennifer Miranda y Vanesa Caballero se enfrentarán a seis asaltos el 28 de diciembre en el Pabellón de La Casilla. La cita será una reedición del último Campeonato de España del peso pluma.