ZARAGOZA: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Lluís López, Jair, Chavarría (Min. 87, Nano Mesa), Zapater, Eugeni (Min. 75, Nieto), Vada, Borja Sainz (Min. 65, Puche), Sabin Merino (Min. 65, Azón) y Álvaro.

AMOREBIETA: Santamaría; Aldalur (Min. 75, Markel Lozano), Óscar Gil, Nolaskoain, Irazabal, Seguín, San José, Olaetxea (Min. 82, Luengo), Iker Bilbao (Min. 63, Álvaro Peña), Sergio Moreno (Min. 63, Obieta) y Guruzeta (Min. 82, Ozkoidi).

Goles: 0-1: Min. 78; Óscar Gil. 1-1: Min. 97; Iván.

Árbitro: Rubén Ávalos Barrera (comité catalán). Amonestó en el Zaragoza a Vada (Min. 90). Por parte del Amorebieta vieron la cartulina amarilla Seguín (Min. 29), Irazabal (Min. 44), Óscar Gil (Min. 64), Nolaskoain (Min. 89) y Obieta (Min. 90).

El Amorebieta está cada vez más cerca del abismo. La amenaza del descenso comienza a devorar a un equipo que, lejos de los puestos de permanencia, enlazó ante el Zaragoza el octavo partido consecutivo sin vencer al firmar el empate más doloroso en lo que va de temporada. La victoria, no en vano, se escapó en la última jugada del partido en La Romareda, cuando corría el minuto 97, en una nefasta transición defensiva que permitió a Iván Azón cabecear libre de marca un centro lateral para dejar sin consuelo a los azules, que habían hecho lo más difícil al adelantarse en el marcador a los 78 minutos por mediación de Óscar Gil.

Sin Andoni López por problemas físicos y sin Gaizka Larrazabal y Javi Ros por la cláusula del miedo introducida por el Zaragoza en sus respectivas cesiones a Urritxe, los vizcainos volvieron a pagar caro un imperdonable desajuste en un encuentro que arrancaron con buena nota hasta el punto de disponer de las dos ocasiones de gol más claras de la primera mitad. Nolaskoain fue el primero en perdonar. El zarautztarra, sin oposición, mandó a las nubes un balón rechazado dentro del área a la salida de un córner que bien pudo significar el 0-1 en el minuto 18. Se echó las manos a la cabeza tras el error en la definición el central azul, afianzado en el centro de una defensa que apenas sufría con los envíos laterales en busca de Sabin Merino.

El de Urduliz, quien continúa sin estrenarse como goleador desde su llegada al Zaragoza en el mercado invernal, rozó el gol con dos testarazos a sendos centros de Borja Sainz desde el costado derecho, pero no hubo mayor amenaza por parte maña. Todo, así las cosas, apuntaba a que era la noche del Amorebieta. El día perfecto para aprovechar la desidia de un Zaragoza que asomaba en tierra de nadie y que, por medio de Cristian Álvarez, volvió a poner en bandeja el 0-1 a los zorno-tzarras antes del paso por vestuarios. El donostiarra, sin embargo, no aprovechó el regalo del veterano guardameta argentino, quien le dio un pase medido que desembocó en un disparo escorado, pero sin portero bajo palos, que se marchó fuera para profundo lamento del 24 del Amorebieta.

Conscientes de la necesidad de ganar para acercar el objetivo de la permanencia, pero con la intención de hacer un partido largo al cuadro aragonés, los de Mujika regresaron al verde tras la reanudación manteniendo un plan de partido que, para mayor desgracia, a punto estuvo de saltar por los aires de inmediato. Amenazaron con meter una marcha más al envite los maños en el arranque de la segunda mitad y Borja Sainz, a centro de Chavarría, se topó con el poste derecho de la portería de Santamaría en un remate sin oposición dentro del área vizcaina.

plan fallido

Fue, no obstante, la última vez que el Zaragoza inquietó al navarro hasta la fatídica acción final. Con el partido cada vez más abierto y la afición local abroncando a los suyos pasada ya la hora de partido, los azules creyeron oler sangre. Así fue. Nolaskoain, a la salida de otro córner, volvió a impactar de cabeza sin éxito, del mismo modo que Olaetxea cabeceó a las manos de Cristian Álvarez un caramelo desde la izquierda de Seguín antes de que Óscar Gil, en un saque de esquina botado también por el capitán, cantara bingo en el minuto 78. Tocaba apretar los dientes y mantener, fuera como fuera, una renta que Haritz Mujika intentó conservar acumulando jugadores defensivos sobre el césped. Pero el plan falló. Tras una tarjeta roja directa a Vada que quedó sin efecto previa intervención del VAR en un agónico tiempo de añadido, el Zaragoza marcó. Sonrieron los maños y lloraron los azules.