El tiempo transcurre y se lleva consigo la edad de los mortales. No hay deidades en el fútbol. El ocaso de Leo Messi se aproxima implacable. Las épocas mueren para ver nacer a otras. Messi ya no es ese jugador capaz de administrar sus esfuerzos sobre el terreno de juego. Ese jugador omnipresente en las alineaciones del Barcelona. Ronald Koeman así lo considera, a pesar de que sus ruedas de prensa se han convertido en una lucha por despejar las dudas que se ciernen sobre el argentino, que desde luego no atraviesa su mejor momento.

"Siempre ha tenido mucha influencia en los éxitos del club y todavía la puede tener". Son palabras del lunes. Pero podrían ser las mismas de cada día desde que llegó al club y se encontró con que Messi seguiría, al menos, una temporada más en Can Barça. Koeman se esfuerza en defender la capacidad de Messi de combatir contra el paso del tiempo. Se resiste a creer que no volverá una mejor versión del futbolista. Pero su discurso parece un reclamo al inevitable paso del tiempo. Un ruego al más allá, una solicitud de margen extra. Porque por segunda vez esta temporada -la primera fue cuando le sentó en el banquillo frente al Betis- ha tomado una decisión que da muestra de su verdadero sentimiento: Messi tiene una edad. Ya no es el jugador al que sirva dosificarse sobre el campo. No es aquel al que la sola presencia le concedía oportunidades de incrementar sus registros. Koeman piensa que Messi ya no está para perseguir récords individuales.

El Barcelona encara su cuarto partido de la fase de grupos de la Champions League. Koeman decidió viajar a Kiev para enfrentarse al Dinamo sin Messi. Tampoco se embarcó en la expedición Frenkie de Jong. "La situación en la Champions es buena y pueden descansar", argumentó el preparador. Puede que Koeman, además de verse sacudido por los resultados ligueros -peor registro en 29 años-, padezca miedo escénico ante la sucesión de los acontecimientos, viendo cómo va perdiendo efectivos de un plantel que no es precisamente un alarde de poderío físico. Desde luego, las lesiones sufridas fueron otra explicación para la ausencia de dos piezas claves en sus esquemas. Y de paso atizó a todas las autoridades que elaboran los calendarios. "Es imposible mantener a los jugadores en forma, mira Sergi Roberto. Si se ha lesionado es por el gran número de partidos. O Ansu Fati. Todo el mundo lo sabe. Pero hay que seguir jugando. Es increíble. Es hora de que todo el mundo piense sobre esto, la FIFA, la UEFA€". Así, el Barça tratará de proteger su inmaculado recorrido de tres victorias sin cinco titulares: los lesionados Piqué, Sergi Roberto y Fati, además de Messi y De Jong. A pesar de ello, interesa la victoria, prolongar el bálsamo que está siendo la Champions, el único desahogo, porque se mire donde se mire, el club está rodeado de problemas. Uno comienza a ser la edad de Messi, con 33 años.

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