BARAKALDO. El Barakaldo sigue añadiendo páginas de incertidumbre a su sombrío panorama. Si el pasado jueves la entidad de Lasesarre solicitaba entrar en preconcurso de acreedores al no poder hacer frente a la multa de 1,1 millón de euros impuesta por la Seguridad Social, ayer la junta gestora que dirige el club de manera interina anunció su intención de no seguir más allá de enero del próximo año.

Se cumple así algo que todos preveían en el seno del club gualdinegro desde que el presidente, Orlando Saiz, dejara caer el pasado 10 de noviembre la posibilidad de que su junta no seguiría después de un encuentro ante el Tudelano en Lasesarre, en que varios aficionados increparon y agredieron a uno de los directivos. Y más aún desde que la Asamblea de hace dos semanas tumbara las cuentas de la gestora por segunda vez y con ello la posibilidad de conversión del club a SAD. El propio Saiz reconoció en el cónclave haberse quedado “sin hoja de ruta”, ya que la gestora que encabeza contaba con una aprobación de las cuentas que pudiera seguir llevando a cabo la conversión, y “sin el apoyo de la Asamblea”.

El presidente, así pues, pidió ante los socios “unos días de reflexión” sobre el futuro que ayer se concretó. No pilla, pues, por sorpresa la decisión de la junta, aunque conlleve consecuencias que marcarán inapelablemente el destino a corto y medio plazo de la entidad.

Orlando Saiz volvió a hacer hincapié en la rueda de prensa de ayer en lo que ya dijo ante la Asamblea. “No contamos con el apoyo de la masa social de manera cada vez más evidente” dijo, haciendo alusión a “las pancartas y los gritos” que se escuchan en un sector de Lasesarre cada domingo y a la “cada vez mayor oposición” que vive la junta frente a la Asamblea cada vez que esta se convoca. “Aunque el cuerpo nos lo pida, de manera legal no podemos dimitir ahora mismo, aunque si pudiéramos lo haríamos”, afirmó tajante. “Si no nos vamos es por responsabilidad, ya que alguien tiene que coger el papel del juzgado cuando llegue y tomar decisiones”, añadió.

Cooptación o elecciones

Se abren así dos posibilidades a partir de ahora. La opción de una “transición ordenada”, tal como la denominó Saiz, a través del mecanismo de cooptación que prevén los estatutos del club. Cualquier socio con más de un año de antigüedad puede solicitar su ingreso en la junta “y si en la siguiente Asamblea que se convoque se ratifica su incorporación, automáticamente pasaría a ser parte de la directiva”. De esta forma, la gestora pretende captar por cooptación un mínimo de directivos que permitan a Saiz y su equipo una “salida que no deje un vacío de poder” en la sede del Paseo del Ferrocarril.

La segunda opción sería la de las elecciones, que se celebrarían “a mediados de enero”, aunque Saiz no concretó posibles fechas. Ahora bien, se trataría de las terceras elecciones convocadas en el club fabril en menos de un año. En las dos anteriores no se presentó ningún candidato, por lo que la directiva tuvo que permanecer -y permanece- como gestora de manera interina. Esta vez, el panorama cambia ya que la gestora no va a seguir y porque, en caso de repetirse la ausencia de candidatos, el club se disolvería automáticamente.

Por dos flancos Así pues, dos frentes distintos amenazan la continuidad del club: La posible ausencia de candidatos, bien a la presidencia en unas elecciones, bien a la cooptación, y la solicitud de entrada en preconcurso de acreedores que el club cursó el pasado jueves, y que ayer confirmó Saiz de manera oficial, al no poder afrontar la sanción de 1,1 millón de euros impuesta por la Seguridad Social y cuyo plazo para abonar concluía el pasado sábado.

En cualquier caso, Saiz se mostró optimista con el devenir de la entidad en lo tocante, al menos, al preconcurso de acreedores. “Prácticamente todos los clubes han logrado llegar a un acuerdo y subsistir” en los últimos años. Además, aseguró que hay “dinero en caja suficiente” para afrontar los pagos previstos en el presupuesto. El Barakaldo mejora en este sentido la situación de muchos de los que le han precedido en esta situación, que en más de una ocasión han recurrido a dejar de pagar a sus jugadores como una de las medidas. “El presupuesto de la plantilla sigue su curso y no se desvía”, sentenció.