Atlético Madrid0

Barcelona1

ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Trippier, Felipe, Hermoso, Saúl; Correa (Lemar, m. 73), Herrera (Lodi, m. 86), Thomas, Koke; Joao Félix (Vitolo, m. 66) y Morata.

BARCELONA: Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué (Umtiti, m. 82), Lenglet, Junior; De Jong, Rakitic, Arthur (Vidal, m. 73); Messi, Luis Suárez y Griezmann.

Gol: 0-1, m. 87: Messi.

Árbitro: Mateu Lahoz (C. Valenciano). Amonestó a los locales Thomas, Correa, Vitolo y Felipe y a los visitantes Júnior, Piqué, Rakitic y Lenglet.

Incidencias: W. Metropolitano, 64.226 espectadores.

madrid - De nuevo Lionel Messi, esta vez en el minuto 85, surgió al rescate del Barcelona, doblegó al Atlético de Madrid y devolvió al conjunto azulgrana al liderato en el estadio Wanda Metropolitano, escenario de un duelo competido que resolvió el de siempre con la indispensable colaboración antes de Ter Stegen.

De las paradas del guardameta alemán en el primer tiempo al gol definitivo, otro más, del atacante argentino, el factor que desbordó un combate intenso, que pudo ganar cualquiera, pero que ganó Messi, con una pared con Luis Suárez y un certero zurdazo, de manual, que fue inalcanzable para Jan Oblak cuando el choque apuntaba al 0-0.

Treinta goles le ha marcado ya el 10 azulgrana al Atlético, que se aleja de la Liga en el partido en el que había reconstruido una versión más que reconocible, consciente de que no había margen para el conformismo. Con ambición y determinación, su puesta en escena fue muchísimo más que esperar al Barcelona o asistir a su posesión.

Le presionó la salida de la pelota, se la arrebató con cierta premura en unas cuantas ocasiones y le propuso un jeroglífico inicial al equipo azulgrana que no acertó a controlar hasta un buen rato. Para entonces, con Júnior desbordado por la banda izquierda, el Barça había sobrevivido entre el poste y, otra vez, Ter Stegen.

El palo repelió la primera ocasión, en un centro de Mario Hermoso que tomó camino a la portería por el despeje fallido de Júnior; en la segunda el portero surgió con otra parada de esas que tienen hasta algo de milagro cuando paró lo imparable con el tacón izquierdo, cuando el remate también de Hermoso, parecía gol o gol... salvo para el sensacional guardameta alemán, el mejor ya entonces.

Más allá de la ocasión, fue un punto de inflexión. Ya no se sintió el Atlético tan certero con su plan. Ni táctica ni ofensivamente. Y el Barcelona recuperó instante a instante algo de su figura, a través de la posesión, pero también de la profundidad, de las apariciones de Messi y del reencuentro con el remate: Luis Suárez voleó fuera primero; Piqué cabeceó al larguero después. Y, entre medias, Ter Stegen lo salvó otra vez, a un testarazo de Morata.

Al descanso todo estaba ya equilibrado. En esa calma tensa que supone tener enfrente a Messi, más en la creación, casi como un centrocampista, que en torno al área o en la definición, bien vigilado por el Atlético, que también demostró argumentos para sentirse capaz de hacer daño al contragolpe, de nuevo con Héctor Herrera al mando.

No había noticias ni de Griezmann ni de Luis Suárez. Tampoco de Joao Félix. La posesión y las ocasiones, aún esporádicas, eran del Barcelona. Lo intentó Messi y lo paró Oblak, con más apuros de los que le proponía el tiro del argentino. También atajó un contragolpe del uruguayo.

Más expuesto el Atlético y más ofensivo el Barcelona, el partido había cambiado. Simeone recurrió a Vitolo, pero reemplazó a Joao Félix, cuando el encuentro y la amarilla de Correa presuponían otra elección como sustituido. El técnico recibió pitos del público, que estalló de verdad cuando Mateu Lahoz entendió que una falta de Piqué con pinta de amarilla -ya tenía una- no merecía tal sanción.

Aún quedaba un cuarto de hora. Morata tuvo a punto el 1-0, cuando ya todo se movía en el filo de un error o de un acierto. Sin imprudencias, pero sin renunciar a la victoria y sin Piqué, golpeado en una rodilla y sustituido a ocho minutos del final.

Y no hay nadie que acierte más en el fútbol mundial que Messi, que conectó con Luis Suárez en la pared y definió el choque, como tantas y tantas veces. Es el líder del Barcelona y de la Liga.