Bilbao - Quedó claro desde el primer momento que este PGA Championship no iba a ser sencillo para los golfistas. Un campo largo que ganó dureza con las propias condiciones de la hierba. El Beth Page Black Course se presentó con el rough muy complicado y con los greenes ásperos que fueron empeorando con el paso de la jornada. Las tarjetas bajas fueron una anécdota y solo Brooks Koepka, líder al cierre con menos siete, destacó en este ejercicio de supervivencia. Jon Rahm consiguió aguantar en muy buena posición y cerró el recorrido con el par del campo, metido de lleno en la pelea por el título.

Rahm empezó con mucha fuerza en el PGA Championship y presentó sus credenciales desde el primer hoyo. Fue el arranque perfecto, soñado por cualquiera de los participantes. Hoyo jugado de manual y birdie. El vizcaino cumplió con los cánones del golf. Encontró la calle de salida, su aproximación le dejó abierta la opción de birdie y sentenció con el putt. Hacer sencillo lo complicado. Sin embargo, esa secuencia comenzó a romperse desde diferentes factores. Rahm no estuvo acertado desde el tee y sus bolas empezaron a desviarse hacia los rough. Los caminos empezaron a complicarse y salvar el par se convirtió en una misión titánica. Aguantar fue la única posibilidad, sin posibilidades de escalar.

El golfista de Barrika firmó una jornada muy irregular en todos los aspectos y cuando ese juego se trasladó a las distancias cortas, los errores comenzaron a traducirse en severas penalizaciones, lastres tremendamente importantes al tener cuenta las pocas opciones de birdie fabricadas. Los errores de Rahm le llevaron a cometer cuatro birdies en los primeros doce hoyos. Pero al mismo tiempo, la montaña rusa de Rahm también tuvo momentos mágicos. Su talento le permitió salvar situaciones muy comprometidas. Destacó el hoyo seis. El vizcaino lanzó una pelota a los límites del campo y tuvo que realizar un acrobático golpe con los pies muy por debajo de la bola, como si de un movimiento de béisbol se tratara. Rahm acertó y pudo salvar un par que parecía imposible.

Aunque no solo hubo yerros en la jornada de Rahm. El vizcaino también tuvo momentos brillantes y logró tres birdies en esta primera fase que le permitieron salvar su tarjeta y mantenerse cerca del par del campo. Golpes buenos alternados con pequeños errores que fueron gravemente penalizados. Esa fue la jornada de Rahm, sin encontrar en ningún momento la regularidad. Sin poder encadenar varios buenos hoyos de forma consecutiva que le catapultaran hasta los primeros puestos. Con el paso de los hoyos, Rahm empezó a sentirse más cómodo con el campo. Las calles llegaron con regularidad en la parte final y todo cambió. Ya no hubo que salvar los pares y las opciones de birdie empezaron a llegar. El vizcaino sumó un birdie en el 16 y solo le faltó algo de colmillo para llevar a buen puerto sus oportunidades del 15 y el 18. A pesar de no poder abrillantar su tarjeta con números, Rahm fue claramente de menos a más y consiguió una buena dosis de confianza de cara a la segunda jornada.

otaegui cumple El otro representante vasco, Adrián Otaegui, logró agarrarse al complicado Beth Page Black Course y acabó con una tarjeta de tres golpes por encima del par del campo. El guipuzcoano firmó un resultado correcto en sus aspiraciones de pasar el corte aunque deberá mejorar en el segundo día para no pasar demasiados apuros en un campos que demostró en la primera jornada que no perdona ni el mínimo error.