RONA. "No sé qué decir, es un sentimiento único. Creo que para mí es el triunfo más grande que he podido lograr en mi vida. Es la recompensa a todos los esfuerzos y sacrificios", dijo un emocionado Carapaz, al borde de las lágrimas, al acabar la contrarreloj final de Verona.

"Se lo debo a mi equipo, que me ha ayudado a conseguir este Gran Giro de Italia", prosiguió el ecuatoriano, que triunfó por delante de Vincenzo Nibali (Bahrein) y del esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma).

Carapaz celebró su victoria en una Arena de Verona repleta, con decenas de aficionados ecuatorianos envueltos en las banderas de su país y con su familia en la primera fila, con su mujer, hijos e incluso sus padres, que le dieron una sorpresa.

"No me esperaba que vinieran mis padres aquí. Es un momento único que se lo debo a ellos", aseguró.