ROMA. "Estoy muy contento y emocionado con el maillot rosa y ahora espera una semana muy difícil en la que espero mantenerme. Tengo confianza para rendir al máximo. No puedo decir que vaya a ser el campeón, pero lo intentaré, me siento uno de los favoritos, pero en el Giro puede pasar de todo. Veremos cómo se mueven los rivales, pero tengo un equipo fuerte y podemos tener una buena semana".

Ante una semana decisiva con todo por decidir y tres finales en alto, Carapaz dejó claro en la segunda jornada de descanso que el rival de referencia es el italiano Vincenzo Nibali.

"Puede ser el rival más peligroso por su experiencia y palmarés, pero también está (Primoz) Roglic, que tendrá la crono final a favor. Queda mucho hasta Verona y hay que ir despacio, trataremos de defendernos lo mejor posible.

Aunque ya es un hombre a vigilar por todos los rivales, el ciclista ecuatoriano valoró la progresión en la segunda semana tanto suya como de su compañero Mikel Landa.

"Mikel y yo hemos progresado bien y eso nos ha servido de mucho. Me siento favorito y estoy animado para seguir defendiendo el maillot rosa. Si finalmente lo logramos sería extraordinario. Noto que me tienen más en cuenta y sé que me seguirán probando en distintos terrenos, pero el equipo me respalda".

A pesar de que ser líder supone afrontar el protocolo del podio y más compromisos con los medios, Carapaz no se mostró presionado por la circunstancia.

"La responsabilidad del maillot rosa no me incomoda nada, es algo natural los protocolos, no me molestan, hay que pasar por ello, no me estreso".