De una manera inesperada y un par de meses después de lo programado, el Teknei Zornotza se encontró el pasado miércoles con un billete para la Copa de la LEB Plata. La buena primera vuelta realizada al final tuvo su premio para los zornotzarras, que veinte años después cogen el relevo vizcaino del Bilbao Basket El conjunto de Amorebieta jugará este histórico partido ante los suyos, en Larrea, el próximo 12 de marzo.

¿Cómo se encuentra tras lograr el billete para la Copa de la LEB Plata?

—Asimilando todo y pensado en todas las cosas que hay que hacer para organizar, porque solo tenemos dos semanas. Hay que hacer un montón de cosas y todavía no sabemos las exigencias de la FEB. Estamos súper contentos, pero a la vez un poco en tensión por todo lo que se nos viene estos días.

Días ajetreados para ser el presidente de un club.

—Entiendo que será una locura, sobre todo por todo lo que hay que preparar y organizar. Ya que lo vamos a hacer en casa, queremos que salga todo bien. Por otro lado, toca responder llamadas y atender a los medios, que tenemos que aprovechar para tener más presencia estos días. Creo que van a ser quince días de locura e ilusión y esperemos que todo acabe en una fiesta porque somos campeones.

¿Hicieron algo especial para seguir el partido entre el Grupo Alega Cantabria y el Enrique Soler?

—Los chicos tenían ganas de verlo juntos. Montamos una merienda en un txoko para ello y lo vivimos con mucha ilusión. Es una prueba de lo unido que está el equipo y fue una fiesta con un final feliz.

Un equipo unido dentro y fuera de la cancha, con muchos jugadores de casa.

—Eso es. Tal vez nos ha costado un poco ver ese secreto del éxito de hacer un grupo de casa, que imprima el ADN al equipo, y mezclarlo con jugadores de fuera, que este año se han integrado mejor que nunca y hay mejor ambiente que nunca. Al final, la parte psicológica es muy importante en este tipo de equipos. Es algo que pesa, lo hizo en las buenas durante la primera vuelta y también está ayudando ahora en la segunda, que las cosas no están yendo tan bien. Seguro que recuperamos sensaciones y el grupo vuelve a levantar cabeza.

¿Esperaban que se diera este resultado?

—Al final al no depender de ti, tienes más incertidumbre. Cantabria, aunque no estaba teniendo buenos resultados, jugándose la vida como se la jugaba, lo más lógico hubiera sido que ganara. Melilla es un equipo que juega por rachas y cuando tiene una racha de acierto te hace polvo. Jugó a tirones y cada racha se iba en el marcador. Al final, pudimos celebrarlo.

¿Qué le pasó por la cabeza cuando sonó la bocina final?

—Satisfacción por el trabajo bien hecho. Después de tantos años, tener algo así es como un premio al trabajo que llevamos haciendo. Hay mucha gente que hace este tipo de labor durante mucho tiempo y no tienen estas satisfacciones. Tenemos la suerte de tener este subidón de adrenalina y alegría. Al final, el trabajo a veces acaba bien.

¿Qué supone para el club este logro?

—Es un regalo para el club y, sobre todo, para el pueblo. Después de estos meses muy malos en los que la gente ha perdido la costumbre de venir a Larrea, supone una campaña de marketing terrible para que la gente vuelva a ver baloncesto in situ, que se vuelva a llenar Larrea y que en el pueblo se vuelva a hablar de baloncesto. Para la fecha en la que se va a jugar la final, que es el 12 de marzo, en principio el aforo estará al 100%. Parece que esta pesadilla se está acabando y que mejor manera que hacerlo que con la final de Copa.

La Copa de la LEB Plata tenía que ser en Larrea.

—Cuando teníamos este sueño, hablamos mucho de dónde jugarla. Pero tenemos que jugarla en casa, en Larrea, con nuestro público. Igual hay gente que le gustaría venir y no podrá asistir porque esperemos que se llene. Pero Larrea tiene que ser una fiesta, Amorebieta también, y tenemos que celebrarlo por todo lo alto.

Esto es un premio para la afición más leal.

—Hemos conseguido tener una hinchada fiel. Durante todos estos años, en las derrotas y en las victorias, ha estado con nosotros. Nuestra casa es Larrea y nos debemos a Amorebieta, pero también estamos encantados de que venga gente de toda la provincia. Pero Amorebieta es nuestra casa y este logro tenemos que celebrarlo en casa.

¿Qué hubiera pensado si hace unos años le preguntan por la Copa de la LEB Plata?

—Esto era una quimera. Cuando estábamos en Nacional, subir a EBA era una chaladura que se nos pasó por la cabeza y lo hicimos, lo mismo con la LEB Plata. Jugar una Copa es un pequeño sueño que siempre tienes en la cabeza, pero que nunca lo terminas de alcanzar, y hacerlo es increíble.

El último equipo vizcaino en lograr algo así fue el Bilbao Basket hace veinte años.

—Tenemos que ser conscientes de lo que hemos conseguido, que solo lo había logrado el Bilbao Basket, el equipo más representativo de la provincia y que lleva siéndolo durante los últimos veinte años. Sentimos muchas satisfacción por el trabajo bien hecho.

A pesar de la Copa, la competición sigue. ¿Teme que el equipo se descentre debido a la cita copera?

No, y con Mikel Garitaonandia al mando de la nave, no se va a relajar nadie. Aunque la Copa es un premio terrible, no dejamos de ser ambiciosos e iremos partido a partido peleando cada uno de ellos y ver hasta dónde llegamos a final de temporada.

“Van a ser quince días de locura e ilusión y esperemos que todo acabe en una fiesta porque somos campeones”

“Aunque la Copa es un premio terrible, no dejamos de ser ambiciosos e iremos partido a partido peleando cada uno”