HACE siete meses, el 22 de febrero de este año de infausto desarrollo, Maloste estaba repleto para ver al Uni Girona enfrentarse a un equipo que estaba en la cresta de la ola. Este domingo el Lointek Gernika Bizkaia regresa para abrir la temporada como local ante el Bembibre, pero su fortín estará solo a medias. El club se ha tenido que adaptar a las normas que emanan del Gobierno vasco y de las federaciones, esto es un 60% de aforo hasta un máximo de 600 personas, todas sentadas y con separación entre ellas, y solo podrá tener algo menos de 250 espectadores de pago en las gradas hasta que el baloncesto no regrese a la normalidad.

El club gernikarra cuenta con un número de socios que dobla esa cantidad y eso significa que van a tener que turnarse para asistir a los partidos. Gerardo Candina, presidente del club, recuerda que "hemos tenido incluso más peticiones para hacerse socios. Nuestra idea es que los socios puedan ver un partido sí y uno no". En este y próximos partidos que se jueguen en Maloste, "los que quieran venir deben dejar todos sus datos personales para un posible seguimiento de todas las personas que acudan al pabellón en caso de que se de algún caso de covid". El Gernika ha tenido que hacer algunos retoques en Maloste y ha elaborado varios bocetos para tratar de alojar a su gente. El club va a poder usar el comodín de las unidades familiares "que sí pueden sentarse juntas sin respetar el metro y medio de distancia" para optimizar el espacio en la grada.

250 espectadores pueden parecer pocos, pero "es lo que nos marca la legislación actual y hay que amoldarse, pero lo que nos gustaría es que Maloste vuelva a estar hasta los topes lo antes posible". Además, en un recinto pequeño como el de Gernika se puede generar un ambiente mayor que en otros más amplios donde la gente estará mucho más separada y los gritos de ánimo se pierden.

Porque esta es otra, en cada partido de la Liga Femenina el número de espectadores permitido oscila bastante. En Girona, por ejemplo, el equipo local puede meter más de 2.000 personas en Fontajau y, sin embargo, el Ensino Lugo-Avenida se jugó ante solo 60 espectadores. El Valencia y el Lointek Gernika tuvieron 400 espectadores y en la Seu d'Urgell, también Catalunya, no pueden pasar de 225 espectadores. En las tres canchas de Castilla-León oscilan entre 500 y 600, aunque solo a última hora Salamanca, que ha estado en semiconfinamiento hasta hace poco, ha podido abrir su cancha. El Tenerife jugó el derbi ante el Gran Canaria con un tope de 300 personas, mientras que estas van a medirse al Valencia mañana a puerta cerrada. En Gasteiz y Donosti, con recintos más grandes que Maloste, van a apurar hasta los 600 espectadores, cifra similar a la de Logroño y Cáceres. "Puede producirse un agravio comparativo entre unos y otros, pero los clubes y la Federación Española no podemos hacer nada más que regirnos por los criterios que nos marca cada comunidad porque no hay una competencia centralizada", explica Candina. En todo caso, esto supone un inconveniente más en esta temporada incómoda y engorrosa.

Sin positivos

En lo que sí tienen que cumplir todos los clubes de forma escrupulosa y común es en la realización de las pruebas de control semanales. La sexta tanda de PCR realizada a la plantilla y el cuerpo técnico del Lointek Gernika han vuelto a dar negativo. "Igual hay algo de suerte, pero estamos intentando hacer las cosas muy bien y me congratulo por ello", afirma el presidente después de que en la primera jornada hubiera tres aplazamientos y justo cuando la FEB ha tenido que suspender también el segundo partido del Casademont Zaragoza, que aún no ha podido debutar en la competición. Esta puede ser una tónica habitual "y por eso se han liberado fechas en el calendario para poder recuperar partidos entre semana".

El conjunto gernikarra tendrá a partir de enero otro frente competitivo con la Eurocup, "pero no sabemos lo que puede ocurrir hasta entonces ni qué normativa habrá que seguir. Es mejor no plantearse nada a largo plazo y centrarte en lo que puedes controlar porque las cosas van cambiando casi cada semana". "Esperemos que para entonces los aforos no estén tan limitados porque los partidos europeos son muy chulos", desea Gerardo Candina, que como todos los protagonistas del deporte tiene que armarse de paciencia y cruzar los dedos cada semana. El domingo el Lointek Gernika Bizkaia jugará ante una marea granate a medias. Pero menos es nada, como está ocurriendo en los partidos de la Liga Endesa.