FUE uno de los fichajes más destacados del verano en la LEB Oro. Álex Hernández decidió regresar a España para fichar por el Iberojet Palma, uno de los proyectos que más iba a crecer después de haberlo pasado mal el curso anterior. El base murciano de 29 años abandonó su ciudad natal y llegó al Barcelona en edad cadete como uno de los jugadores más prometedores de su generación. Ganó con la selección española el Europeo U16 de Linares de 2006 en el que Ricky Rubio fue la estrella absoluta. Después, fue campeón de España junior en 2007 en Barakaldo en un torneo en el que también jugaron Nikola Mirotic, Jayson Granger o Xabi Rabaseda, entre otros. Su relación con Bizkaia no acabó ahí ya que en la Supercopa de 2007 disputada en el BEC Dusko Ivanovic le dio la oportunidad de debutar con el primer equipo azulgrana. Fueron unos pocos segundos en la semifinal ante el Bilbao Basket, pero se confirmó que estaba a las puertas.

Sin embargo, su posición estaba muy cara, con Jaka Lakovic, Pepe Sánchez y después con el mismo Ricky o Víctor Sada y no era fácil conquistar nuevas oportunidades. Hernández jugó como vinculado en el Cornellá durante dos temporadas en LEB Plata y LEB Oro hasta que en 2010 fichó por el Manresa donde acumuló 187 partidos en la Liga Endesa en seis temporadas con más de quince minutos en cancha. Llegó a ser capitán del equipo catalán, pero después de ese tiempo, el jugador murciano sintió que “me había acomodado” y decidió lanzarse a la aventura del extranjero, que inició en el baloncesto lituano, en el Dzukija Alytus, lejos de esa élite a la que estaba acostumbrado. Ese modesto conjunto le permitió “ver cómo se vive el baloncesto en ese país”. Su intención era seguir allí, pero con la temporada pasada ya en marcha, recibió una oferta del Zielona Gora, el equipo más potente de Polonia, con el que pudo disputar la Champions League de la FIBA.

más completo La llamada del Iberojet Palma, “un proyecto ilusionante y que creo que tiene mucho recorrido”, según dijo a la FEB, le hizo regresar a la LEB Oro, “una competición muy igualada porque se ha vuelto a abrir de nuevo al recuperar los ascensos a la ACB”, Álex Hernández, que destaca por el ritmo que imprime al juego y su creatividad, se considera un jugador “más completo táctico y físicamente” tras su periplo por ligas tan diferentes a lo que él conocía y ahora es indiscutible en el conjunto balear. Su rendimiento ha ido a más con el paso de las jornadas y está perfectamente asentado como jefe de operaciones en cancha de Félix Alonso, que fue quien le convenció para sumarse al conjunto mallorquín, que ha tenido un rendimiento irregular, pero busca mantenerse vivo en la lucha por el play-off de ascenso.

El jugador murciano dice que es “más de proyectos que de competiciones” y a estas alturas de su carrera, probablemente, ya no prioriza jugar en la Liga Endesa. Su caso es uno más de todos esos canteranos del Barcelona que en la última década se han ido quedando por el camino o que no tuvieron la oportunidad de asentarse en el primer equipo. Son los que vinieron después de Navarro y tuvieron que cargar con esa pesada herencia.