EL Bilbao Basket tomó ayer bocados de confianza para afrontar la segunda parte de la temporada en la que el objetivo es conservar al menos la segunda plaza que ahora mismo ocupa en la LEB Oro. Esa confianza la necesitaba el equipo tras la derrota en la final de Copa antes el Real Betis y la necesitaban varios jugadores para tratar de repuntar en su rendimiento. Fue curioso que el marcador del conjunto bilbaíno avanzó repartiendo el protagonismo entre sus jugadores. Casi todos encontraron su momento y así ocho de ellos anotaron más de siete puntos, algo que no ha sido habitual esta temporada.

Al inicio del partido, fue Thomas Schreiner quien había sumado sus siete puntos cuando el equipo llevaba trece. Luego surgieron Javi Salgado con dos triples seguidos y Rafa Huertas con seis puntos en cuatro minutos. Cuando el Leyma Coruña se colocó a un punto en el segundo cuarto, Jaylon Brown capitalizó con diez puntos un parcial de 10-0 que abrió la primera brecha importante en el marcador.

En el inicio del tercer cuarto, se produjo el momento que llevaba esperando Miribilla mucho tiempo y aún más el propio jugador: una racha de acierto de Edu Martínez. El riojano metió tres tiros seguidos, ocho puntos, en los dos primeros minutos, y se quitó parte del peso que lleva en su mochila desde que comenzó el curso. Sus once puntos al final fueron su segunda mejor anotación de la temporada y la mejor desde los doce que logró el 2 de diciembre ante el Cáceres. Si esta pequeña racha, celebrada por el público, sirve para que Martínez eleve su moral y recupere el rol que se espera de él, que es de puro especialista en el tiro, el partido de ayer sumará mucho para el futuro.

Con una ventaja clara, pero no definitiva, el Bilbao Basket tenía que dar otro tirón y ahora le tocó el turno a Matulionis, que concentró sus nueve puntos en apenas tres minutos al final del tercer cuarto. La sentencia fue para Demetrio, que con acciones espectaculares sumó seis puntos seguidos en el arranque del último cuarto para poner la ventaja por encima de los 20 puntos y convertir todo lo que quedaba hasta el final en un trámite en el que aparecieron minutos para Mendikote, por aclamación popular, que fue el único de los jugadores utilizados por Mumbrú que no anotó. Ocho dieron al menos una asistencia y todos capturaron al menos un rebote para dar forma a la actuación más coral.

más pases Hubo un rato de protagonismo para todos, lo que siempre ayuda a que ese confianza se contagie. Y lo hubo porque el balón pasó por más manos de las habituales e, incluso, los bases finalizaron algunos ataques tras pases de sus compañeros. El baloncesto resulta más bonito cuando involucra a los cinco jugadores que están en cancha y, sobre todo, resulta menos previsible. El Bilbao Basket enseñó pinceladas de algunas nuevas situaciones tácticas que, probablemente, irán en busca de no depender tanto del acierto en el tiro exterior y generar más espacios interiores. Ayer apareció la conexión entre Salgado y Lammers y, sin embargo, muchas jugadas acabaron cerca del aro tras penetraciones de los exteriores.

Y con la confianza en ataque , crece la implicación defensiva, aunque tantas veces se diga que es al revés. La defensa del Bilbao Basket brilló también en su concepto colectivo y se atrevió a hacer cosas que también han asomado poco esta temporada. La consecuencia fue que Monaghan y Bulic, dos de las referencias del equipo gallego, pasaron desapercibidos por Miribilla. Después de una final perdida, los hombres de negro se reinventaron ayer de algún modo, descubrieron nuevas formas de producir y lograron su segunda victoria más abultada del curso.

Pierde el Betis Además, al final de la jornada conocieron la derrota del Real Betis después de 19 victorias consecutivas, 18 en la Liga. El Palma cortó la racha de los sevillanos, que visitarán el Bilbao Arena dentro de dos semanas, para dejar clara dos cosas: que los campeones de Copa no son invencibles y que nadie quiere quedarse en tierra de nadie en esta LEB Oro tan traicionera. Los baleares arrancaron un triunfo que solo dos equipos habían conseguido antes y se hicieron con un comodín para la lucha por el play-off a la espera de ver cómo se comporta el líder en jornadas venideras. El Bilbao Basket tiene un pelotón hambriento por detrás y lo de ayer fue una buena manera de reivindicarse como segundo clasificado.