La ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, ha sido la última en criticar este miércoles el mensaje político que el tenista Novak Djokovic ha lanzado desde el Roland Garros en contra de la independencia de Kosovo y a favor de Serbia en plena reactivación del conflicto. La responsable del deporte francés ha asegurado que "no tiene que repetirse" un comportamiento como el que mantuvo el tenista serbio que el pasado lunes al final de su partido de primera ronda del torneo que disputa en París, escribió en una cámara de retransmisión en cirílico: "Kosovo es el corazón de Serbia. Stop a la violencia".

"Claramente, no fue apropiado", ha señalado Oudéa-Castéra en una entrevista en la cadena pública francesa France 2, en la que también ha desvelado que la directora del torneo, Amélie Mauresmo, ya ha hablado con el entorno del tenista, que en el pasado ya ha manifestado públicamente su posición política respecto a Kosovo, e insistió en que "no tiene que repetirse porque hay un principio de neutralidad" en la competición. A su parecer, la acción de Djokovic fue "militante" y "muy política", por eso no debería manifestarse durante la competición.

No es la primera vez que el tenista se pronuncia sobre el conflicto entre Serbia y Kosovo. En 2008 ya se manifestó a favor de Serbia a raíz de la declaración unilateral de independencia declarada por Kosovo dando lugar a un nuevo Estado.

Conflicto reabierto

La situación en Kosovo ha vuelto a la actualidad en los últimos días por un fuerte aumento de las tensiones entre las autoridades de la mayoría albanesa y la minoría serbia, apoyada por Belgrado, tras la elección de los alcaldes de cuatro municipios del norte.

En esos municipios, en los que los serbios son mayoritarios, se han elegido alcaldes de la comunidad albanesa en unas elecciones boicoteadas por los primeros en los que la participación fue de apenas un 3 % y la situación ha degenerado en enfrentamientos violentos con decenas de heridos.

Otra polémica

Interrogada también sobre los gestos políticos expresados durante Roland Garros por una tenista ucraniana, que no quiso dar la mano al final del partido a una contrincante bielorrusa, en el contexto de la invasión de Rusia y del papel de aliado de Bielorrusia, Oudéa-Castéra marcó la diferencia.

Para la ministra "se puede entender, aunque nos gustaría que siempre haya juego limpio hasta el final para dar la mano" porque para los ucranianos "hay un dolor que respeto".