veces, unos pocos retoques sirven para mejorar a un equipo y en el caso del Surne Bilbao Basket esto se ha producido con la llegada de los nuevos fichajes, que a su vez fueron provocados por factores inesperados. Vale, por tanto, aquello de que no hay mal que por bien no venga y la mejoría del rendimiento en las dos mitades de la cancha ha sido evidente en los dos últimos partidos, por intensidad y efectividad, que ha generado una oportuna conexión con la grada, ahora que a los hombres de negro les visitará la próxima semana el Unicaja, otro conjunto llamado a ocupar puestos importantes, aunque aún no haya cogido el vuelo esperado.

La llegada de Damien Inglis por Regimantas Miniotas ha sumado a la plantilla un jugador capaz de defender casi en las cinco posiciones, de contener el uno contra uno de los exteriores rivales y que suma poderío físico en la zona a la regularidad de Ángel Delgado. Además, cuando el galo está en cancha se convierte en una referencia clara en el poste bajo para anotar o generar con su buena capacidad de pase. Es una apuesta, la de contar con dos jugadores muy interiores, que parecía abandonada en el baloncesto actual, pero al Bilbao Basket le está permitiendo ser más dañino en el lado débil.

En este sentido, también Stefan Peno se ha convertido en otra arma táctica a explotar ya que su falta de confianza en el tiro exterior, pese a que Álex Mumbrú le pida que lance cuando está liberado, la suple con su facilidad para jugar en el poste bajo, un territorio donde crea problemas a sus pares, generalmente más pequeños. Desde ahí, el serbio puede buscar lanzamientos más cercanos o sacar el balón desde sus 1,94 metros para sus compañeros. Además, Peno es un buen defensor por tamaño y por su envergadura y eso permite al equipo ser muy versátil a la hora de cambiar en las asignaciones.

En cada uno de los dos últimos partidos, seis jugadores del Bilbao Basket han anotado más de nueve puntos y eso habla de una mejor circulación del balón. Ante el Gran Canaria, en lo que puede apuntar a una nueva tendencia, Goudelock y Bigote acapararon menos el balón y no por ello fueron menos amenaza. Con tiros abiertos y situaciones de uno contra uno alcanzaron su producción habitual, a la que se sumó Álex Reyes, que mantiene su gran acierto desde el triple donde presenta un 55%.

Pero si un nombre destaca en esta fase es Rafa Luz, convertido en el líder del Bilbao Basket y en una pieza capital en los dos lados de la cancha que, tras estar tres semanas casi parado por una molesta lesión de rodilla, ha vuelto a un nivel excelente. Su aportación defensiva ya era conocida y su capacidad de mando también, pero se ha postulado también como una amenaza ofensiva inesperada con su 62,5% en triples, que le sitúa como el mejor de la aLiga Endesa con más de un intento por partido. Con esa efectividad, el brasileño se convierte en un base de gran nivel y en un jugador al que las defensas ya no pueden descuidar, como probablemente ocurría hasta ahora.