No tendremos un coche competitivo hasta 2022”. Así de tajante fue el presidente de Ferrari, John Elkann. 2022 es el año que está en el punto de mira de toda la parrilla de la Fórmula 1. Será el amanecer de una nueva era. Un ciclo que vendrá impuesto por la nueva reglamentación. Un periodo en el que la Scuderia buscará una nueva época de dominación como la que vivió con Michael Schumacher. Mientras tanto, a verlas venir. Es lo que se entiende del discurso del máximo dirigente de la fábrica italiana, que en declaraciones para la Gazzetta dello Sport admitió que este año, como durante más de una década -Ferrari no gana un campeonato desde 2007 y aquel, con las manos de Kimi Raikkonen, fue propiciado por la gestión de McLaren con Alonso y Lewis Hamilton por la incapacidad de señalar a uno como futuro campeón-, se han cometido “errores” estructurales en el monoplaza. Fallos incorregibles durante una temporada en curso.Cuando solo se han consumido tres carreras de la presente campaña, que espera albergar al menos dieciséis grandes premios, Ferrari ondea la bandera blanca. Quizá para ser objeto de compadecimiento en lugar de foco para la crítica; al fin y al cabo, Ferrari no se aleja del presupuesto de Mercedes, que no ha tenido rival desde la aparición de los motores híbridos, allá por 2014. Sin embargo, los resultados de este año han sido irrisorios, y no se espera un cambio radical, al contrario. Con sus dos pilotos suma dos abandonos (uno de Sebastian Vettel y otro de Charles Leclerc) y se ha metido tres veces de seis posibles en los puntos (Vettel ha sido 6º y 10º; Leclerc ha sido 2º y 11º).

A nivel técnico y a juzgar por lo acontecido, Ferrari ha perdido velocidad punta y ello no ha supuesto beneficio alguno en los pasos por curva. En el GP de Austria que abrió la temporada, en la tanda de calificación, donde menos influencia tienen los rebufos, el coche más rápido fue el Mercedes de Hamilton (322,5 km/h); los Ferrari fueron 18º con Vettel (313,2 km/h) y último, con Leclerc (312,4 km/h). Un año antes y en ese mismo trazado, Ferrari firmó la pole con Leclerc y un tiempo de 1:03,003; en 2020 la pole ha sido de Valtteri Bottas, que con Mercedes detuvo el crono en 1:02,939, mientras que Leclerc, séptimo y Ferrari más adelantado, firmó un registro de 1:03,923, casi un segundo más lento que en 2019. Ya en la última carrera disputada, Vettel fue doblado por Hamilton cuando rodaba en quinta posición. Un desastre.

Otro indicador son las otras escuderías que montan el motor italiano. Alfa Romeo y Haas ocupan la antepenúltima y penúltima posición, respectivamente, en el Mundial de Constructores. Alfa Romeo suma 2 puntos y Haas posee 1. La siguiente escudería mejor clasificada, AlphaTauri, tiene 7. Por debajo aparece Williams, que no ha puntuado y que estuvo al borde de la extinción el pasado invierno.

Para más inri, Leclerc reverdeció la confrontación entre compañeros de garaje de la pasada temporada. Lo hizo en los primeros metros del Gran Premio de Estiria, segunda cita, con una maniobra impropia durante una frenada que le hizo chocar con Vettel, y cuyo resultado fue un doble abandono. Una acción nada amable con Vettel que, ante su último año vestido de rojo, no favorecerá la armonía. Probablemente sea al revés. El veterano alemán querrá sacar a relucir su orgullo ante el joven monegasco. Además, Vettel necesita resultados, porque a día de hoy no tiene asiento en la F-1 para el próximo año.

El jefe de equipo de Ferrari, Mattia Binotto, trataba de proteger su puesto de trabajo. “No vamos a tener un coche más rápido por despedir a gente”. Lo dijo tras la última carrera disputada, la de Hungría. Horas después, el equipo italiano reestructuraba su departamento técnico. “Era necesario un cambio de dirección para definir líneas claras de responsabilidad y procesos de trabajo, mientras se reafirmaba la fe de la compañía en su grupo de talento técnico”, expresó Binotto, apartado de la dirección técnica pero conservando la jefatura de la sección deportiva. Y es que, eso sí, no hubo despidos.

“Hemos comenzado a sentar las bases de un proceso para construir un ciclo ganador y duradero”, proclamó Binotto, aunque se apresuró en poner paños calientes. “Requerirá de tiempo y padeceremos avatares como el que estamos viviendo en relación a los resultados y el rendimiento”, advirtió. O sea, paciencia. Pero 2007 queda muy lejos y a Ferrari le crece la competencia: Racing Point ya es un rival real y McLaren o Renault amenazan. Por no hablar de los irreductibles Mercedes o los consolidados Red Bull, que son sin lugar a dudas la segunda máquina más poderosa.

La siguiente decisión que ha adoptado Ferrari ha sido adquirir dos casas en los aledaños de la fábrica de Maranello. Quiere trabajar en familia. Por eso, Leclerc y Carlos Sainz, como reemplazo de Vettel, trasladarán sus hogares a partir de 2021 cerca de los técnicos que diseñan los monoplazas. La idea es seguir de cerca la evolución, involucrar más a los pilotos en el proceso de creación. “El nuevo coche, el de 2022, debe nacer contando con la contribución directa de ambos”, dijo Elkann. Es un regreso al pasado, ya que Schumacher tuvo en su día habilitada parte de la casa desde la que Enzo Ferrari, fundador de Ferrari, controlaba el progreso de su fábrica.

PILOTOS CON PACIENCIA

Ferrari ha confiado su futuro a pilotos con ganas de ser campeón, puesto que Alonso y Vettel recalaron en Ferrari con títulos. Entienden que bajar el perfil del piloto puede conceder márgenes. “En los últimos años hemos tenido dos pilotos campeones con nosotros, Fernando Alonso y Sebastian Vettel, pero es mucho más complicado reconstruir un ciclo y pedir paciencia a quienes ya han ganado que hacerlo con pilotos que tienen todo un futuro por delante”. Alonso recaló en Ferrari con 28 años y dos coronas y Vettel lo hizo con 27 años y cuatro cetros; Leclerc cuenta con 22 años y Sainz con 25, por lo que debutará con uno más. Entre Alonso y Vettel sumaban 60 victorias al llegar a Ferrari (Alonso, 21; Vettel 39). Sainz no posee ninguna y Leclerc atesora dos. El cambio de política es evidente.

La juventud y el desconocimiento del éxito son la apuesta de Ferrari para reverdecer tiempos pretéritos. “Este año no somos competitivos, se ha visto en pista y se continuará viendo, pero las cosas cambiarán en 2022. Estoy convencido”, apostilla Elkann, director de la escudería más laureada de la historia de la Fórmula 1, pero que ahora busca la luz.

“No tendremos un coche competitivo hasta 2022”, proclama el presidente de Ferrari, que aguarda al cambio de reglamento