bilbao - El campo de Riviera amaneció caprichoso en la última jornada. Dejó claro que conseguir el título del Genesis Invitational sin sudor no sería sencillo y las tarjetas altas aparecieron en todos los puestos de la clasificación. Fue un día de sufrimiento antes que de brillo. El ejemplo claro fue el propio Adam Scott, que ganó el torneo firmando un resultado en la jornada final de menos uno. Entre tanto error, un pequeño paso adelante o unos birdies inesperados pudieron marcar la diferencia. Con esa actitud jugó Jon Rahm. Ofensivo hasta el final y tratando de arañar golpes sin parar. Sin embargo, los hoyos pasaron y el vizcaino se mantuvo anclado en la clasificación, sin poder progresar y cada vez con menos opciones. Su esfuerzo no le sirvió para vencer ni para mantener su rutina de acabar entre los diez primeros y finalmente finalizó el 17 a seis golpes del ganador del día.

No se le pudo achacar a Rahm falta de actitud en la última jornada. Alternó jugadas arriesgadas con momentos más conservadores en busca de dar con la clave, pero ni una estrategia ni la otra funcionó. El golfista de Barrika no tuvo su día y no acertó en ninguno de los aspectos del juego. Fue su peor jornada en toda la semana. No estuvo mal del todo a la hora de buscar las calles y recorrió muchos metros. Pero a la hora de encontrar los greenes tuvo muchos problemas y firmó su peor estadística personal en greenes en regulación de todo el torneo, con un porcentaje de éxito de la mitad y lejos de la media del torneo. Con demasiados golpes gastados en las aproximaciones, el putt se convirtió en la única esperanza y eso tampoco funcionó. La buena noticia para Rahm fue que en un día en el que el juego no le sonrió, no terminó tan lejos de la cabeza y finalizó entre los veinte mejores clasificados. Otra señal más del potencial del vizcaino.

Los primeros nueve hoyos fueron más favorables, pero Rahm no los pudo aprovechar para meterse en la pelea, incluso prácticamente nada más empezar se encontró con su primer bogey. En el hoyo pudo recuperarse con un birdie. Entonces la cosa se complicó, llegó la segunda parte del día y vinieron las complicaciones más serias. Dos bogeys y un birdie acabaron con las esperanzas de Rahm. No fue una jornada del todo mala vistos los descalabros vividos, como el más dos de Rory McIlroy o el más seis de Tiger Woods, que se fue hasta el último puesto del torneo entre los golfistas que pasaron el corte.

Victoria de Scott El australiano Adam Scott se llevó finalmente la victoria en el torneo. Fue el golfista que menos falló y se mantuvo sólido a pesar de los malos momentos que sufrió y supo mantener la entereza para lograr un birdie definitivo en el 17 que dejó sentenciado el torneo. Su par final le dejó con una tarjeta de menos un golpe en el total del día y un menos 17 final, con dos golpes de ventaja sobre Sung Kang, Scott Brown y Matt Kuchar.

Rahm tuvo que observar toda esta lucha sin opciones reales de pelear por el título, aunque el golf no para y las nuevas oportunidades surgen una tras otra. El vizcaino no descansa esta semana y afronta desde el jueves una de las citas importantes de la temporada. El barrikoztarra tratará de conquistar el Mundial que se disputa en México, una prueba que cuenta para los dos circuitos y le permitirá sumar puntos en su lucha por alcanzar la cima del golf, algo que está semana tuvo que posponer debido a un final de torneo en el que no encontró su mejor juego.