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Volta a la Comunitat Valenciana

El nido de Mikel Bizkarra

El ciclista de Mañaria, uno de los puntales de la Fundación Euskadi, brilla en las cumbres de la Volta a la Comunitat Valenciana: "Disfruté estando cerca de los mejores"

El nido de Mikel BizkarraFoto: Fundación Euskadi

EN las ariscas y altivas rampas de la Sierra de Bernia, ante los porcentajes hoscos que retrataron a Marc Soler y acartonaron a Alejando Valverde en la Volta a la Comunitat Valenciana, una sonrisa sufriente trazaba el gesto de Mikel Bizkarra (Mañaria, 21 de agosto de 1989), dichoso en el hábitat puntiagudo y montañoso. En las alturas es feliz. Es el ecosistema preferido del ciclista de Mañaria, brillante en su aparición en la carrera mediterránea. "En la etapa reina, en la subida a Bernia, tuve muy buenas sensaciones, estuve a buen nivel y me vi cerca de los mejores", describe Bizkarra, una de las banderas de la Fundación Euskadi. El vizcaino dejó en el retrovisor a "corredores como Soler o Valverde, algo que no es sencillo. Eso te da confianza". Ciclista ligero, enjuto, Bizkarra se expande en la montaña, donde tiende a hacerse más grande, a alargar su sombra de escalador. "Es donde mejor me manejo, es mi terreno. En Bernia me sentí bien y, quieras o no, eso hace que te crezcas", desgrana el vizcaino.

La dicha que halló en Valencia, fue decimosexto en la general, nada tiene que ver con el infortunio que le mordió la pasada campaña, cuando una caída en la Challenge de Mallorca le oscureció el amanecer. "Eso implicó que el inicio fuera más complicado. En Valencia todo ha ido bien en lo personal. Empezar bien la temporada era un espina que tenía clavada del año pasado. En lo colectivo también hemos hecho una gran carrera. El equipo ha funcionado muy bien", apunta el de Mañaria, que subraya el nivel de la prueba que realzó al talentoso Tadej Pogacar. "Solo hay que ver el top-ten de la carrera para ver cómo la gente viene a disputarla en serio. Por ejemplo, Pogacar hizo una concentración en altura antes de competir para estar lo mejor posible. La gente tal vez no esté a tope, pero sí muy cerca de su mejor nivel y eso se nota en la competición. Cada carrera es un objetivo importante".

Los febreros al sol, acumulando kilometraje y gastando bromas en el pelotón como plan, se esfumaron tiempo atrás. Pertenecen a la prehistoria del ciclismo, aunque no hace tantas lunas de aquello. En los tiempos modernos, se acabó lo de hamacarse. "Así que verte delante es importante. Es cierto que estaba contento con la pretemporada que había hecho, pero hasta que compites no sabes cómo estás. Con el potenciómetro y el pulsómetro tienes datos de cómo estás, pero hasta que empiezas a medirte a los otros no despejas las dudas. Solo en carrera es cuando sabes cómo están los rivales y cómo estás tú respecto a ellos", analiza Bizkarra, consciente de que cada vez se va "más rápido". El ciclismo no espera, galopa. Ajustarse lo antes posible a la exigencias de la competición es innegociable, más si cabe para uno de los líderes del equipo naranja. "Jorge (Azanza, el director) me pide que aproveche las oportunidades y que esté en la pelea. Confía en nosotros y me pide que lo haga lo mejor posible, pero no presiona".

Con esas directrices fijadas a modo de hoja de ruta, Bizkarra y la Fundación Euskadi pelean por hacerse con una de las dos invitaciones que cuelgan para disputar la Vuelta a España. Pujan con el Caja Rural y el Burgos-BH. "La verdad es que está muy difícil, pero queremos dar motivos a los organizadores para que se lo piensen y nos tengan en cuenta", desliza Bizkarra. La vía de la renuncia de algún equipo que tiene plaza asignada parece más factible. Mientras los organizadores resuelven el enigma, el naranja conquista espacios en una prometedora puesta en escena. La formación que preside Mikel Landa ha descollado en Valencia superando a escuadras del WorldTour. "Como equipo lo estamos haciendo muy bien. Rubén Fernández y yo estábamos para la general. Julen Irizar ha protagonizado varias fugas y Lobato ha estado en los esprints. Hay unión y eso facilita las cosas. La adaptación, a pesar que media plantilla somos nuevos, ha sido sencilla", describe el vizcaino, para el que "vestir el maillot naranja es un sueño hecho realidad. Llevar este maillot te da un plus".

Se cruzan los recuerdos en la voz de Bizkarra. Hace memoria el vizcaino y se ve años atrás, cuando acudía era un simple aficionado que se acodaba en la cuneta para animar y aplaudir al Euskaltel-Euskadi. "Cuando era pequeño solía ir al Tour a animar, pero también a Arrate, cuando todavía existía la Euskal Bizikleta". Bizkarra piensa en ese momento cuando llegue la Itzulia, la clave de bóveda del equipo. "Es nuestro objetivo principal. Es la carrera de casa y lo queremos hacerlo lo mejor posible. Será muy especial poder correrla con este maillot y el apoyo de la gente", imagina Bizkarra antes de disputar la Vuelta a Andalucía la próxima semana. Después, el de Mañaria frenará para encarar lo mejor posible la volta a Catalunya y, sobre todo, la Itzulia, el gran reto del equipo. "Haré una concentración en altura en Sierra Nevada". Allí, en las alturas es donde anida Mikel Bizkarra.