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La retaguardia resuelve el duelo

El Bilbao Basket, que solo encajó 27 puntos en los dos últimos cuartos, desarbola al Melilla en otro sobresaliente final de partido

La retaguardia resuelve el duelo

Bilbao - Un excelente trabajo defensivo en la segunda parte, repleto de agresividad, solidaridad e intimidación, fue la clave sobre la que el Bilbao Basket construyó una victoria meritoria en la cancha del Melilla. El conjunto vizcaino, que sufrió durante los dos primeros cuartos en su intento de imponer sus constantes vitales al encuentro, ofreció lo mejor de su repertorio tras el descanso, dejando sin aire ni rumbo a un conjunto anfitrión que tras arrancar rumboso fue poco a poco diluyéndose cual azucarillo ante la notable actividad de la retaguardia rival, que limitó su producción ofensiva a 27 puntos tras el ecuador de la contienda. Amparados en la red de seguridad que les ofrecía su defensa, los de Álex Mumbrú fueron poco a poco afinando su brújula atacante para, una vez más, acabar destrozando el encuentro en un último acto en el que no tuvieron rival.

A los visitantes les costó alcanzar un rendimiento sostenible en la parcela ofensiva, pero no se volvieron locos. Sabedores de que su retaguardia maniataba al rival, fueron poco a poco madurando el partido y pasaron del inquietante 56-57 que señalaba el luminoso a seis minutos del final a un 58-69 que dejaba el duelo visto para sentencia a 3:16 de la última bocina. Y en ese intervalo, aportación ofensiva de los cinco jugadores en cancha (Thomas Schreiner, Jaylon Brown, Osvaldas Matulionis, Ben Lammers y Kevin Larsen). Ningún hombre de negro anotó más de los 11 puntos aportados por el escolta de Indiana, pero otros cuatro alcanzaron la decena: Iván Cruz, Leonardo Demetrio, Larsen y un Lammers que volvió a ser pieza capital en la defensa bilbaina, entorpeciendo las acciones del rival infinidad de veces.

El Bilbao Basket abrió fuego en la contienda con dos triples de Demetrio en un abrir y cerrar de ojos, pero su dominio en el marcador (6-8) fue efímero, no en vano el Melilla, pese a verse huérfano de Josep Franch, su director de orquesta titular, echó mano de la eficacia ofensiva de Javi Marín y Balaban para pasar a controlar la situación. Los notables porcentajes en el tiro exterior y la pulcra distribución de balón espolearon al conjunto local, mientras que los pupilos de Mumbrú sufrían a la hora de tratar de encontrar un rendimiento sostenible. El técnico catalán tuvo que parar el duelo con un 19-12 adverso y los suyos parecieron reaccionar merced a un triple de Cruz y una canasta a la contra de Brown, pero dos nuevas canastas de tres puntos cerraron el cuarto con un 25-17 al que el cuadro melillense sacaba lustre merced a sus cinco bombas sin fallo desde la línea de 6,75 y a sus ocho asistencias. Una canasta de Dos Anjos colocó la única desventaja de dobles dígitos para los hombres de negro (27-17), a los que Alejandro Alcoba trataba de desactivar con la pegajosa defensa de Agada sobre Salgado y ordenando dos contra uno agresivos cuando el rival trataba de jugar su pick&roll central, pero el factor Lammers permitió que la vía de agua no fuera a más. Con el poste estadounidense plantado en el centro de la zona, la retaguardia bilbaina ganó en efectividad y los de Mumbrú respondieron con un parcial de 3-10 para colocar el 30-27 a 5:24 del descanso. Sin embargo, el Melilla no se vino abajo y tiró de Marín y Balaban para mantener su dominio. A ello contribuyó también unos minutos de desacierto de Schreiner a la hora de tomar decisiones en ataque. Pero el Bilbao Basket había crecido en ataque, con Brown cortando líneas de pase y anotando a la contra o bien asistiendo para que fuese Demetrio el que se colgara del aro melillense.

Con un triple frontal prácticamente sobre la bocina de Salgado, la contienda llegó a su ecuador con un 36-34 que dejaba todo en el aire. Al regreso se vestuarios, otro tempranero triple de Schreiner permitió a los visitantes coger la delantera. Su defensa, muy bien plantada, agresiva y solidaria a partes iguales, diluyó a un Melilla que necesitó cinco minutos y medio para anotar sus primeros puntos en este tercer cuarto, pero el problema fue que el ataque bilbaino careció de la contundencia necesaria para mandar a la lona a su rival. En esos cinco minutos y medio, con hasta tres tiros libres fallados, un par de pérdidas y algunos tiros liberados fallados, el Bilbao Basket solo fue capaz de meter cinco puntos, por lo que los de Alcoba no perdieron pie. Dos triples de Huertas y Salgado pusieron fin al aciago momento ofensivo de los de Mumbrú, que cogieron hasta ocho puntos de ventaja en el marcador antes de que Urtasun, con dos tiros libres, colocara el 45-51 con diez minutos por disputarse. El Bilbao Basket no arrancó demasiado bien el último cuarto, con un par de pérdidas que permitieron no despeñarse de todo a un Melilla que reaccionó a base de triples (54-55 a siete minutos del final). Sin embargo, los de Mumbrú mantuvieron su seriedad en retaguardia, con Dos Anjos como único elemento dañino debajo del aro, y poco a poco comenzó a fluir en ataque para abrir otra brecha de ocho puntos que tras el tiempo muerto local y triple de Brown llegó a ser de once (58-69). Y en los tres minutos finales no hubo ni amago de rebelión. Los visitantes se abrazaron a la seriedad y al temple para asegurar una victoria con buen basket average que sigue manteniendo viva la opción de disputar la Copa. Buen puñetazo sobre la mesa de un equipo que, una vez más, gobernó la contienda desde la retaguardia.