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La retaguardia como punta de lanza

A la espera de que sus sensaciones ofensivas mejoren, El Bilbao Basket es el segundo equipo de la LEB Oro que menos puntos encaja

La retaguardia como punta de lanza

Bilbao - Si había una creencia alrededor del juego del Bilbao Basket a la que se le daba rango de verdad universal cuando la pretemporada cerró su telón, esta era que los hombres de negro formaban un colectivo en el que sumar puntos iba a ser coser y cantar, que el grupo disponía una capacidad y fluidez anotadora tan solvente como multidisciplinar y que iba a ser en el apartado defensivo donde más hincapié iba a haber que hacer para lograr esa sostenibilidad que distingue a los conjuntos autoritarios de los endebles. Con trece jornadas de campaña oficial ya disputadas, la realidad se ha hecho su propio camino y es sorprendente. El equipo que dirige Álex Mumbrú posee la segunda retaguardia que menos puntos encaja de la LEB Oro mientras que es su faceta atacante la que más dudas provoca, ya que sus guarismos, sin ser horribles, sí que asoman como ramplones, mejorables a tenor de la teórica pólvora que se da cita en ese vestuario.

El Bilbao Basket está donde está -y posiblemente donde debería estar por galones y presupuesto dedicado a plantilla-, con un balance de nueve triunfos y cuatro derrotas que le ubican cuarto, igualado con el Força Lleida, tercero, y el Levitec Huesca, quinto, utilizando su solvencia defensiva como principal punta de lanza. Solo el cuadro ilerdense encaja menos puntos por partido que los 70,5 de los hombres de negro y se da la circunstancia de que ningún rival ha llegado a los 80 puntos ante ellos, siendo los 78 recibidos contra Palencia y Huesca su peor registro. Ante el Betis, primer clasificado, el Bilbao Basket fue capaz de reducir el flujo ofensivo verdinegro (promedia 85,6 puntos, recibió 70) pese a la derrota, lo mismo que aconteció ante el Palencia, segundo, al que limitó a 78 puntos cuando suma 86,3 por cita.

La solidez defensiva del conjunto dirigido por Mumbrú salta a la vista, mientras que su modus operandi en ataque genera debate. Sus abruptas desconexiones, como la acontecida el domingo en Miribilla en el triunfo ante el Ourense, con solo dos puntos anotados en siete minutos de juego del segundo cuarto, se han convertido en algo ya habitual, sobre todo cuando el equipo va por delante en el marcador y en disposición de romper los partidos. En esas fases de los partidos se acentúa una tendencia que también aparece en otras: el Bilbao Basket se atasca de manera considerable, la bola no circula con fluidez y descansa demasiado tiempo en manos de los directores de juego, se generan escasas ventajas y muchos ataques acaban con lanzamientos forzados, muchas veces desde la línea de 6,75, acompañados por el runrún de la grada cuando el encuentro tiene lugar en Miribilla -el domingo se escucharon tímidos pitos justo antes del descanso-.

Las escasas situaciones que se generan para jugar con ventaja en uno contra uno, salvo los balones al poste para Kevin Larsen o el pick&roll central para las finalizaciones de Ben Lammers, provocan que el Bilbao Basket sea el quinto equipo que menos tiros libres lanza de toda la competición -tiene por debajo a Prat, Cáceres, Coruña, tres de los cuatro últimos de la tabla, y Oviedo-. Además, es el segundo conjunto que menos veces tira de dos puntos (34,7 de media) a pesar de tener el segundo mejor porcentaje de acierto (55,3%, solo por detrás del Betis) y, por contra, es el que más triples intenta (28,9 por encuentro) a pesar de tener el tercer peor nivel de acierto de la LEB Oro (30,9%). Eso sí, sus tres partidos más entonados han sido los tres últimos.