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Isco, blanco de la ira

El jugador se encaró con el público y se convierte en símbolo de la dura derrota, que retrata al equipo ‘B’

Isco, blanco de la iraEFE

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CSKA Moscú3

REAL MADRID: Courtois; Odriozola, Vallejo, Javi Sánchez, Marcelo (Min. 80, Carvajal); Marcos Llorente (Min. 58, Kroos), Fede Valverde, Isco; Marco Asensio, Vinicius y Benzema (Min. 46, Bale).

CSKA MOSCÚ: Akinféev; Mario Fernandes, Bekao, Magnusson, Nababkin, Schénnikov; Bystrovich, Obliákov (Min. 88, Kuchaev), Vlasic; Sigurdsson (Min. 92, Nishimura) y Chalov (Min. 84, Hernández).

Goles: 0-1: Min. 37; Chalov. 0-2: Min. 43; Schénnikov. 0-3: Min. 73; Sigurdsson.

Árbitro: Artur Dias (Portugal). Amonestó a Valverde por el Real Madrid; y a Schénnikov por el CSKA.

Incidencias: S. Bernabéu, unos 47.000 espectadores.

madrid - El Real Madrid encajó la derrota más abultada de su historia en un partido de Champions en casa ante un CSKA al que no le sirvió ganar para acceder a la Europa League pero sí para retratar a la segunda unidad blanca, liderada por un Isco apagado que se encaró con la grada. El CSKA repitió la proeza de Moscú. Vencedor de sus dos duelos ante el vigente campeón de Europa, saboreando esa cita con la historia que extrañamente no le permite seguir en competición europea. El triunfo del Viktoria ante el Roma dejó solo en el disfrute del momento su triunfo a un Madrid de meritorios, que mereció más en el primer acto y se desplomó en el segundo.

El escenario era perfecto para probaturas, premios y oportunidades a los que no aceptan un nuevo rol en la plantilla y suspendieron. Todos salvo el primer acto de Vinicius y Asensio. Solari no dudaba y apostaba por siete novedades en su equipo titular, sin espacio para Keylor Navas.

Con Isco buscando su sitio sin éxito, fue Asensio el que se echó el equipo a la espalda para acercarse al gol.

Para Solari era un partido intrascendente. Pero no para la grada, que la tomó con Isco tras perdonar una contra de Vinicius, con todo para marcar y tardar en decidir. Dejó un gesto a la grada que provocó un pulso innecesario. Desde la grada se silbaba cada aparición de Isco.

Bale, que salió en la segunda parte, dio el susto de la noche en lo que parecía otra lesión. Una más.