bilbao - La derrota del Bilbao Basket ante el Araberri dejó mala sensación en Miribilla, donde el equipo debería imponer más respeto a sus rivales. Los hombres de negro llevan hasta ahora mejor balance como visitantes que como locales y jugar en casa parece haberse convertido en un arma de doble filo, como reconoció ayer Álex Mumbrú. “Preferimos siempre jugar en casa, con nuestra gente, con nuestra afición a tope. Fuera estamos compitiendo mejor muchas veces y en casa, debido a toda la expectativa que se ha generado, nos está costando encontrar el ritmo del partido, pero es cuestión de tiempo y poco a poco vamos entendiendo que los otros equipos contra nosotros nunca se van a parar”, apuntó el técnico del Bilbao Basket justo cuando llega otro partido en casa ante el Cáceres para el que los jugadores estarán “anímicamente preparados”.

Los equipos que llegan al Bilbao Arena cuentan con una motivación añadida y buscan una suerte de reivindicación de su calidad en un escaparate ideal. “Contra nosotros nunca desconectan, hay que asumirlo y saber llevarlo”, indicó Mumbrú para explicar los problemas que está teniendo su equipo para cerrar los partidos antes de que el rival se crea con opciones de ganar. “Hay que entender por qué ocurre, intentar mejorarlo. Aunque no es fácil muchas veces encontrar la manera de que esas desconexiones no ocurran”, añadió.

En todo caso, Mumbrú insistió en “seguir mejorando” hasta dar con las soluciones, que mañana deberán llegar sin dos de los jugadores de la rotación por las ausencias de Schreiner y Larsen. “Somos un equipo que rotamos mucho para llegar bien al final. Tendremos que hacer un esfuerzo más físico. No rotaremos tanto y buscaremos alguna solución tanto al uno como al cinco”, apuntó sin querer dar demasiadas pistas. Para los puestos interiores, Leonardo Demetrio jugará más minutos y alternará el puesto de cuatro y de cinco, mientras que la ausencia del base austriaco tendrán que cubrirla entre Brown, Huertas y Rigo para dar los relevos necesarios a Javi Salgado, que hace unos cuantos años era capaz de jugar 40 minutos, pero ahora va a necesitar respiros.

Más que nunca va a ser necesaria una labor coral para derrotar al Cáceres, un equipo que juega un baloncesto más académico que el Araberri y que va mejorando con el paso de las jornadas y gracias a algunas incorporaciones. Primero, llegó Cole Huff para potenciar al juego interior de Ñete Bohigas y hace poco lo hizo DT Sapp, otro escolta pequeño de los que abundan en la LEB Oro, “un anotador que puede sumar penetrando, tirando... Esta semana ya estará bastante más adaptado”. Álex Mumbrú alabó al conjunto extremeño que lucha por salir de las posiciones de descenso y acumula tres victorias: “Juegan muy estructurado, con un entrenador que tiene todo muy claro tácticamente, nunca se salen del guión y será un partido muy complicado”.

El entrenador del Cáceres vino a ratificar las palabras de Mumbrú. Bohigas negó que su equipo tenga poco que perder al medirse a un rival en teoría superior. “Al contrario, tenemos mucho que ganar para reivindicarnos como equipo en un pabellón emblemático y en una ciudad que vive intensamente el baloncesto”, aseguró antes de medirse al Bilbao Basket, “que es una de las plantillas más potentes, aunque a muchos de sus jugadores ya les conocemos.