bilbao - La cuenta atrás para Herri Krosa ha finalizado. Mañana es el día en el que Bilbao saldrá a la calle a correr sin cronómetro ni reloj. Sin competitividad. Mañana Bilbao saldrá a correr por el mero placer de hacerlo. Y es que en su trigésimo primera edición, la popular carrera continúa creciendo gracias a su filosofía en la que todos los participantes, por el mero hecho de cruzar la línea de meta, son ganadores. Algunos se han preparado para ser los más rápidos, otros simplemente para finalizarla, pero todos recibirán el mismo galardón al concluir la prueba. Herri Krosa logra mantener su espíritu inclusivo durante 31 años y eso es lo que la hace grande. Eso es lo que le convierte en esencia pura del atletismo popular y por eso mismo reúne a miles de personas cada tercer domingo de noviembre. En esta ocasión, la organización reconoce que eran 5.000 las inscripciones que manejaban el pasado jueves por la tarde, pero prevén un arreón final que lleve la participación al nivel de las pasadas ediciones: “Esperamos poder contar con más de 7.000 campeones, son las cifras que prevemos, pero todavía puede pasar de todo”, reconoce Javier Iturbe, una de las caras visibles de Cycle club, la empresa promotora de esta carrera.
Este optimismo viene dado, sobre todo, por la climatología. Una prueba como Herri Krosa es un títere del cielo y el buen tiempo de esta semana ha animado a muchos corredores a apuntarse a la carrera. No solo eso, sino que las previsiones para mañana parecen augurar una fiesta del atletismo bañada por un ambiente primaveral. “Este tiempo siempre ayuda y, aunque parece que se va a torcer y la lluvia va a llegar mañana, será a partir de la tarde. Lo que sí parece que bajarán algo son las temperaturas”, explica Iturbe. Por ello, como los vaticinios de mañana favorecen a disfrutar del deporte popular, el organizador predice boom de participantes perezosos que esperan al último día para oficializar su inscripción
Conocedores de que el atletismo es un deporte individual, pero que se disfruta más en grupo; los organizadores de Herri Krosa exprimen al máximo el espíritu popular de la carrera, que permite juntar a aquellos que reúnen todas las aptitudes para el deporte con los que exponen más ganas que cualidades. Aparcar el tiempo y correr es algo que solo puede disfrutarse en la carrera patrocinada por DEIA. Porque aunque los diez kilómetros de los que consta el recorrido son catalogados como suaves, permiten esforzarse a todos, sea cual sea su nivel y entrenamiento. Y es que, una edición más, Herri Krosa tendrá en la Gran Vía su punto de salida (11.00 horas) y de llegada. De por medio, diez mil metros que discurren por amplias avenidas que otorgarán a los valientes una visión diferente de Bilbao.
trazado urbano Herri Krosa ofrece una perspectiva en zapatillas que, para los más esporádicos, empezará a picar sobre el kilómetro dos, cuando la marea blanca enfila la subida de Hurtado de Amézaga. Sin embargo, la verdadera dureza de la prueba, que hace sudar incluso a los corredores profesionales llega en el sexto kilómetro. Justo cuando las piernas empiezan a flaquear y la meta comienza a estar más cerca, aparece la avenida Lehendakari Aguirre. La unión entre Deusto y Sarriko, que los participantes deben superar por dos veces, es el tramo más temido. Pero los corredores saben que, una vez superado, la Gran Vía bilbaina empieza a aproximarse en el horizonte y, con ella, el premio común a todos los ganadores.