La canción de la pelota
El frontón Navarra Arena, que posee 2.982 asientos, se pone de largo con el visto bueno de las empresas y los pelotaris, que alaban el sonido del cuero y su parecido con el Ogueta
Iruñea - El Navarra Arena era verbo hasta que ayer se hizo carne. Aunque el estreno manista será el 29 de septiembre, con la final del Masters Codere, la puesta de largo, con los primeros pelotazos, se dio con tiempo para limar las aristas del edificio. Aimar Olaizola, Jon Mariezkurrena, Iker Irribarria y Julen Martija abrieron una nueva era, la de la competición por las grandes finales entre las megaconstrucciones pelotazales, entre el frontón Bizkaia de Bilbao y la nueva perla iruindarra, cuya virtud más importante es el sonido y la cercanía de la grada con la cancha. “Esa competencia es buena”, comentan desde las operadoras manistas profesionales. “Parece mentira que entren 3.000 personas. La cercanía es lo que más nos ha llamado la atención”, recitan.
La canción de la pelota y la calidez de la estructura marcó la apertura del telón del Navarra Arena. “Una de las claves del sonido es la colocación en el techo de unas placas perpendiculares. Pusimos paneles sónicos tras un exhaustivo estudio acústico”, desgrana Javier Lacunza, responsable de Nicdo, el ente que gestionará el edificio, al igual que lo hace con Baluarte, el Circuito de Navarra o el Planetario, entre otros. La cancha, que cuenta con 2.982 asientos -el Bizkaia tiene 3.000-, servirá para acoger la primera gran final de la próxima temporada. El 14 de noviembre se abre otra página de la historia con la pelea por la txapela del Cuatro y Medio de Primera. La obra comenzó en 2011 y estuvo cuatro años parada, entre 2013 y 2017. Fuera del “congelador, por fin hay luz al final del túnel.
El pabellón multiusos iruindarra, que costó seis millones de euros, dispone de unas gradas retráctiles, que pueden desmontarse en alrededor de 50 horas de trabajo, dependiendo de la cantidad de operarios que tomen parte, y desde la organización programan colocar dos pantallas LED de seis por cuatro metros con capacidad para “emitir contenido audiovisual y marcador”. Asimismo, a pesar de que en los últimos tiempos los gerentes del Navarra Arena se acercaron al frontón Bizkaia para examinar la posibilidad de colocar un rebote de cristal tal y como tiene el escenario de Miribilla, descartan portar de algo similar en el inmueble iruindarra. Eso sí, entre los flecos a solucionar está colocar una protección en el graderío del rebote y en las primeras butacas de cancha para evitar golpes a los pelotaris.
parecido al ogueta Ander Ugarte, pelotero de las empresas, considera que se trata de un frontón “agradecido”. “La primera impresión es muy positiva. La pelota sale muy bien del frontis y del suelo. El sonido es muy bueno por ser un frontón muy recogido. El sonido es la correa de transmisión entre el pelotari y el espectador y es muy bueno”, destaca. La conclusión de Ugarte y de los responsables de las empresas de pelota es que se parece al “Ogueta”. Los intendentes de las dos empresas, por otro lado, consideran que el tipo de material más adecuado es el que se suele colocar en el Labrit de Iruñea, aunque se trate de una cancha de 38 metros. Desvela el pelotero que “es un frontón con un espesor importante en el frontis, que posee un mármol de veinte centímetros, y eso provoca que la pelota salga. Hay que buscar un cuero que se agarre, para que el delantero pueda rematar. Este tipo de recinto puede complicar la vida al zaguero”.
Los pelotaris que probaron la cancha de blanco quedaron contentos con la prueba. “Hemos tenido buenas sensaciones. Como coge mucho peso atrás, los zagueros tendrán que trabajar contra un pegador”, determina Iker Irribarria. Aimar Olaizola, el más veterano del cuadro, declara que se trata de un frontón “muy bonito”. “La pelota sale bastante rápida tanto en el frontis como en el suelo. Tiene buena pinta. El golpe suena bien. Eso es complicado, porque en los frontones nuevos parece que se pierde el sonido. Eso es perjudicial para el espectáculo. Además, es importante que la gente está bastante cerca, que es bueno para el pelotari”, sostiene el goizuetarra, quien admite que “la pelota anda más que en Bilbao”.
Otra de las cuestiones destacadas por los manistas es que tiene “poca contracancha”. “Es suficiente”, dice Aimar. “Por eso parece más acogedor”, añade Jon Mariezkurrena. “La pared izquierda es bastante áspera, pero escupe bien”, revela el de Berriozar, que probó con unos auriculares para “ver cómo oímos el sonido los pelotaris”. “Es incómodo”, finaliza.