bilbao - Si Javi Salgado habla conviene escucharle. Más que nada porque su discurso suele ser cristalino y es el único jugador de la plantilla del Bilbao Basket que conoce lo que supone que no haya baloncesto profesional en Bizkaia. Durante dos temporadas, tuvo que jugar en León hasta que la creación del club cuya camiseta aún defiende le permitió regresar a su ciudad en 2001. Ahora el base de Santutxu se teme, como muchos, que vuelva a ocurrir lo mismo y el baloncesto vizcaino se quede sin su principal referencia de los últimos 18 años. La demanda de baloncesto es mucho mayor que hace dos décadas, como demuestra el hecho de que el Bilbao Basket sea uno de los 25 clubes de Europa con más seguimiento en las redes sociales, según un estudio de la empresa alemana de marketing digital y monitorización Result Sports. Por eso, Salgado pidió ayer, como pide la afición, que “las partes implicadas intenten hacer algo por mantener al equipo en ACB, en LEB o donde sea. Si a una mala situación económica cada vez se nos asfixia más y hay menos ayudas, es normal que al final pasen cosas como estas. Hablando o negociando se puede solucionar todo, como cualquier tipo de problema”.
El jugador bilbaino encarna los valores que se esperan del Bilbao Basket y su voz resulta apropiada y pertinente para reflejar el sentir no solo del vestuario, sino de todo el club. Sus palabras sonaron muy claras y lanzaron un guante a quien tenga que recogerlo: “Los dirigentes se tienen que plantear si quieren baloncesto de máximo nivel en Bilbao o quieren dejar morir un proyecto que está superafianzado entre la ciudadanía y tiene mucha repercusión en jugadores jóvenes y chavales de cantera y más ahora que el club está iniciando una transformación hacia trabajar mucho más con la base y meter esos valores del baloncesto desde muy pequeñitos a los niños”.
El club está ahora mismo atado de pies a manos por una deuda que no hace más que crecer y paraliza cualquier gestión que se pueda hacer en cualquier dirección. “Las instituciones se tienen que sentar y decir: esto es un activo, un valor positivo para la ciudad y la provincia o no. Si la respuesta es que sí, deberían hacer algo para que esto que puede ser un descenso deportivo que ha pasado a muchos equipos no signifique la desaparición de una entidad de casi veinte años que se ha demostrado que tiene mucho tirón entre la gente de Bizkaia”, afirmó Salgado.
En todo caso, el jugador bilbaino intuye que “va a ser un verano muy largo porque hay cosas que no están en nuestras manos”. Él, en todo caso, se mostró dispuesto a vestir la camiseta del equipo en la LEB Oro porque “ya lo he hecho antes, también en la LEB Plata, y para mí sería un orgullo”, aunque admitió que “pensar en estas cosas te desvía de la rutina y el trabajo diario, que es lo que toca aún”.
Porque el grupo quiere acabar con una victoria una campaña en la que “todos hemos hecho nuestro trabajo peor de lo que deberíamos y todos los movimientos que ha hecho el club han salido mal, de entrenadores y de jugadores”. Mañana el Bilbao Basket jugará su último partido en la Liga Endesa, quién sabe cuánto tiempo pasará hasta el siguiente, y los jugadores desean competir al máximo y ganarlo “por respeto al escudo y a nuestra afición, que es el mayor activo del club”. Javi Salgado recordó que cerca de 200 aficionados acudirán mañana a Burgos para un partido entre semana en el que no hay nada en juego “y también vinieron a Santiago, que está mucho más lejos. Es increíble, ellos son los únicos que no han fallado”. “Nuestra obligación con ellos es tratar de ganar, aunque la tensión competitiva no va a ser la misma. En Burgos, tras su exitoso estreno en la Liga ACB, lo van a vivir como una fiesta y nosotros trataremos de acabar al menos con buenas sensaciones”, concluyó el jugador vizcaino con más partidos disputados en la máxima categoría.
sin presidente en la ACB Mientras el Bilbao Basket espera noticias que aclaren su futuro, la ACB sigue en su inacabable proceso de elección de un nuevo presidente para lo cual estaba convocada ayer una asamblea extraordinaria con ese único punto en el orden del día. El colmo del despropósito llegó cuando uno de los tres candidatos que debía exponer su proyecto, Juan Francisco García, expresidente del Estudiantes, fue detenido en la misma operación que implicó a Eduardo Zaplana. Los clubes decidieron retirar esa candidatura y seguir adelante con la asamblea en la que tuvieron que elegir entre Javier Imbroda, exseleccionador español, y Miguel Juane, exjugador que ahora ejerce de abogado. Imbroda ganó la primera votación y en la segunda, ya en solitario, necesitaba catorce de los dieciocho votos de la asamblea, pero solo logró diez. De esta forma, la ACB sigue sin presidente y “en periodo de reflexión” seis meses después de la salida de Francisco Roca.