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LeBron reactiva el All-Star

El equipo del alero de los Cavaliers, que logró su tercer MVP, derrota al de Stephen Curry con una gran defensa final y se lleva una cita que ha recuperado parte del crédito perdido

LeBron reactiva el All-StarFoto: Afp

TEAM LEBRON: Irving (13), Westbrook (11), Durant (19), James (29), Davis (12) -quinteto inicial-, Aldridge (0), George (16), Drummond (14), Walker (11), Dragic (2), Oladipo (7) y Beal (14).

TEAM CURRY: Curry (11), DeRozan (21), Harden (12), Antetokounmpo (16), Embiid (19) -quinteto inicial-, Horford (6), Green (3), Towns (17), Lowry (4), Lillard (21) y Thompson (15).

Parciales: 31-42, 76-78 (descanso); 109-112 y 148-145.

Árbitros: James Capers, Tony Brown y Gary Zielinski. Sin eliminados.

Incidencias: 67ª edición del Partido de las Estrellas de la NBA que se disputó en el Staples Center de Los Ángeles, ante unos 19.000 espectadores.

Bilbao - No es que el encuentro disputado en la madrugada del lunes en el Staples Center de Los Ángeles tuviera la intensidad de un duelo de play-off. No fue, ni mucho menos, un choque a cara de perro, una de esas contiendas ásperas con multitud de contactos y mamporros por doquier. Hubo lugar para triples sin marca, para los mates sin demasiada oposición y las jugadas de cara a la galería, pero la constatación de que este último All-Star fue distinto a los de los últimos años, a aquellos correcalles sin sentido ni gracia, fue que su resultado se decidió merced a una jugada defensiva, a una excelente jugada defensiva. Y eso, teniendo en cuenta de dónde venía esta cita de las estrellas de la NBA, absolutamente ridícula e insulsa últimamente, indigna de una competición puntera y modélica a nivel planetario, ya es mucho.

La contienda había llegado con un apretado 148-145 a sus segundos finales y el Team Curry decidió poner el balón en manos de su capitán, el fabuloso artillero de los Golden State Warriors, pero el Team LeBron defendió como si le fuera la vida en ello. Entre Kevin Durant y el propio LeBron James, que acabó llevándose su tercer trofeo de MVP, encerraron a Curry en la banda, sin posibilidad de tiro ni pase, y cuando el balón llegó, a trancas y barrancas, en la esquina a manos de DeMar DeRozan el duelo ya era historia. James, con los brazos estirados y a la carrera, lo celebró a lo grande, como si de un partido oficial se tratara; también Durant, enfrentado por una noche a sus compinches de los Warriors. Y a los perdedores se les quedó cara de lástima porque suyas habían sido las mayores rentas del encuentro. El All-Star ha recuperado parte del crédito perdido en los últimos años y eso supone una magnífica noticia para la NBA, para la que este evento es una carta de presentación mundial.

Espectáculo atractivo Ya fuera por el estreno de un nuevo formato -adiós al duelo Este contra Oeste, bienvenida al enfrentamiento entre los conjuntos confeccionados por los jugadores más votados por los aficionados, en este caso James y Curry- o simplemente por el cambio de actitud de los jugadores, que tras el esperpento del año pasado entonaron el mea culpa y reconocieron que el exceso de relajación se les había ido de las manos, el Staples Center y la planetaria audiencia del fin de semana de las estrellas pudieron disfrutar de un espectáculo atractivo. Nadie espera alto voltaje competitivo en los All-Star, ni defensas imponiéndose a los ataques, pero sí intensidad y un mínimo de dignidad. En este sentido, el listón se incrementó considerablemente respecto a las últimas ediciones y en ello tuvo mucho que ver LeBron James. La estrella de los Cavaliers prometió seriedad y un duelo atractivo, se tomó la noche con energía y entusiasmo, su actitud contagió a compañeros y rivales y el duelo transcurrió por parámetros más que correctos. Tampoco era complicado mejorar lo visto últimamente.

El Team Curry llevó casi siempre la voz cantante en el luminoso, llegando a tener una ventaja de quince puntos en el primer tiempo. Joel Embiid, Karl-Anthony Towns y Damian Lillard, actuaron con la efusividad del que se estrena en estas lides, Klay Thompson y DeRozan aportaron anotación desde el perímetro y parecía que el partido iba a caer de su lado, pero en el Team LeBron había mucha dinamita. James y Kyrie Irving interactuaron como en sus viejos tiempos como pareja estelar de los Cavaliers, a Durant y Russell Westbrook también se les vio limar asperezas y compartir bolas como aquel eléctrico dúo que encandiló al planeta desde Oklahoma City, Paul George se sumó a la fiesta... Pero cuando el choque llegó a su momento álgido, LeBron ensombreció al resto. Suyos fueron el triple y la bandeja que dio la vuelta definitiva al luminoso, también fue él el más vehemente a la hora de pedir revisión de vídeo en la penúltima defensa cuando un balón dividido salió por la banda y el que más celebró esa última encerrona a Curry que acabó por desnivelar la balanza. Quería ganar e hizo todo lo que estaba en su mano para hacerlo: 29 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias en 31 minutos y tercer MVP del All-Star. Como Michael Jordan.