EN los ambientes baloncestísticos vizcainos todavía se recuerda con muchísimo cariño y con ciertas dosis de nostalgia aquel cántico que, versionando el Daddy Cool de Boney M, rendía homenaje a uno de los hombres de negro que más y mejor han conectado con la afición del Bilbao Basket. Se entonó desde las gradas de La Casilla, del Bizkaia Arena del BEC y del Bilbao Arena porque su protagonista fue parte activa de aquel equipo modesto de irrefrenable crecimiento que jugó fases finales de la Eurocup, se quedó a un paso del título de la Liga Endesa y firmó una mágica singladura por la Euroliga. Se cantó con sumo cariño porque en sus cuatro cursos en la capital vizcaina, entre 2008 y 2012, su juego, enérgico y efusivo, sin reservas, conectó de forma notable con una marea negra que le adoptó como uno de los suyos. Cumplidos ya los 35 años, su regreso a Bilbao vestido de corto parecía poco probable. Por eso, muchos se alegraron cuando el Tecnyconta Zaragoza anunció a finales de agosto su incorporación. Con la visita mañana a Miribilla del conjunto maño (12.30 horas), la afición volverá a afinar sus cuerdas vocales para entonar aquel mítico grito de guerra: “¡Janis, Janis Bluuuuums; Janis, Janis Bluuuuums!”.
Convertido a día de hoy en el principal brazo ejecutor de los entrenados por Jota Cuspinera -en la segunda jornada anotó 26 puntos con siete triples ante el Herbalife Gran Canaria, ambas plusmarcas personales en la ACB-, el lituano aterrizó en Bizkaia de la mano de Txus Vidorreta para formar la pareja de bases del Bilbao Basket con Javi Salgado, con el que hoy se verá las caras si el de Santutxu entra en la convocatoria y Carles Duran le da minutos de juego. El siguiente curso, con el fichaje de Javi Rodríguez, ya comenzó a compatibilizar la función de director de juego con la de escolta para, posteriormente, pasar definitivamente a ejercer funciones de dos con las llegadas de Aaron Jackson y Raúl López. Blums supo adaptarse en todo momento a lo que el equipo necesitaba de él. El jugador llegado procedente del Eldo Basket Napoli por su capacidad de dirección de juego y su fina muñeca para fusilar desde la línea de tres puntos acabó sacrificando buena parte de su brillo personal y anotador para mutar en un notable defensor, en el jugador que atravesaba decenas de bloqueos para secar a la estrella exterior del rival y que se partía la cara lanzándose en plancha a por cualquier balón sin dueño.
Ese ardor guerrero, su tremenda efusividad -aquellos golpes en la frente con su muñeca cuando anotaba un triple, aquellas caras rabiosas y puños apretados tras cualquier acción de juego positiva...- y su carácter bonachón le valieron el cariño de aficionados y compañeros, con alguno de los cuales, como Marko Banic, sigue manteniendo aún una estrecha relación. También se recuerda con cariño su peculiar forma de hablar castellano y sus entrañables patadas al diccionario, siendo el autor de una de las expresiones más míticas en el entorno del Bilbao Basket. Cuando a Janis se le preguntaba por la indefinición de su posición en cancha, él siempre contestaba lo mismo: “Yo, si base, pues base; si escolata, pues escolata. Sin problema”. Y así durante cuatro años. Genio y figura.
En el verano de 2012, el Bilbao Basket decidió prescindir de sus servicios y Blums, a sus 30 años, fichó por el Lietuvos Rytas. Un curso después recaló en el Astana kazajo y cuando parecía que su presencia en la élite continental era cosa del pasado el Panathinaikos le llamó a filas en el curso 2014-15. El Scandone Avellino y el VEF Riga, club en el que se formó, fueron sus siguientes destinos antes de que el Tecnyconta Zaragoza, con dos de sus excompañeros en Bilbao como son Pedja Savovic y Salva Guardia en importantes puestos directivos, decidiera apostar por él tras sus notables números en la VTB League (16,7 puntos, 2,5 rebotes y 3,1 asistencias).
En una de sus últimas noches en Bilbao, Blums cenó con un grupo de periodistas y recibió un regalo especial: una txapela con su nombre. El letón, emocionado, con las lagrimas amenazando con aparecer en sus ojos, anunció: “Bilbao será siempre mi casa”. Ahora regresa a ella con una espinita: el peculiar horario de hoy del Athletic le impedirá acudir a San Mamés previo paso por García Rivero. Como uno de Bilbao.