El reto de quedarse
Rafa Nadal y Garbiñe Muguruza encaran la recta final del año en plenitud de juego y con muchas opciones de consolidarse como números 1 del mundo
Bilbao - El apunte surgió en la transmisión de Eurosport de la final del US Open: Rafa Nadal ha ganado más Grand Slams que John McEnroe y Ivan Lendl juntos. Esto da idea de la magnitud de lo que consiguió el balear en la final ante Kevin Anderson. Nadal sumó su segundo Grand Slam del año y el decimosexto de su carrera. Además, es el décimo en esta década, solo uno menos de los conseguidos por Djokovic en este periodo de tiempo. Así que el declive que se anunció de Nadal no se corresponde con la realidad ya que es también el único jugador que ha ganado torneos grandes antes de los 20 años, entre los 20 y los 30 y ya en la treintena. Y se siente capaz de seguir sumando más “porque si estoy sano puedo trabajar y ser competitivo, como se ha demostrado”.
Rafa Nadal y Roger Federer se han repartido los cuatro Grand Slam de 2017, algo impensable hace un año por estas fechas. Y los dos pugnan por el número 1 del mundo, que tras el US Open es del Manacor con una ventaja holgada de casi 2.000 puntos sobre el de Basilea. A esa pugna que librarán en los tres últimos meses del curso y que hace retroceder el reloj una década, Nadal parece llegar en mejor momento, pletórico de forma física y de confianza y con un tenis muy mejorado y provisto de muchos recursos frente a un Federer que anda renqueante de la espalda y dejó dudas en el cemento neoyorkino y en los torneos previos.
Los dos compartirán equipo a final de este mes en la Rod Laver Cup, ese enfrentamiento no oficial entre Europa y el resto del mundo de nuevo cuño que se celebrará en Praga, y luego afrontarán sin puntos que defender los torneos bajo techo de Asia y Europa que conducirán a las Finales ATP de Londres, que Nadal no ha ganado nunca. Con Murray, Djokovic, Wawrinka y Nishikori fuera del circuito por sus lesiones, el reto se presenta asequible para el balear si es capaz de mantener el nivel de juego que ha exhibido en Flushing Meadows, sobre todo la segunda semana.
En el caso de Garbiñe Muguruza, también el US Open le ha propulsado al número 1 del mundo por primera vez en su carrera, una posición que la vasco-venezolana se ha propuesto defender ahora que, de la mano de una espléndida condición física, parece haber encontrado el camino de la estabilidad en su juego y que Serena Williams, que ya es madre, ha dejado vacante el trono, al menos hasta el Abierto de Australia, que podría ver su regreso a las pistas. En el caso de Muguruza, su ventaja es corta ya que apenas distancia Simona Halep en 65 puntos y a Elina Svitolina en 90, por lo que la rumana y la ucraniana son serias candidatas a llegar a la cima antes de final de año.
Clasificada para Singapur La jugadora de Caracas volverá a la competición la próxima semana en Tokyo, donde estrenará su condición de número 1 del mundo, y luego jugará en Wuhan y Pekín, uno de los cinco torneos que tiene en su palmarés, antes de llegar a las Finales WTA de Singapur que cerrarán la temporada a finales de octubre. Muguruza, líder también del año como Nadal, es la única jugadora con la clasificación asegurada. Será el tercer año consecutivo entre las ocho mejores, por lo que puede desmentir esa irregularidad de la que se le ha acusado. “Asegurarme la plaza tan temprano me da gran satisfacción y me motiva para seguir trabajando duro de cara a esta última fase de la temporada. Tengo grandes recuerdos del torneo y la ciudad. Será mi cuarto año consecutivo, contando el primero con Carla Suárez en dobles, y espero poder jugar mi mejor tenis”, ha comentado Garbiñe Muguruza cuando le ha llegado el reto de mantenerse en lo más alto.