Un técnico vizcaino, premiado por su deportividad en un partido infantil

BILBAO. La acción se produjo el pasado 21 de mayo en el campo de Bolue, en Getxo, en el partido de infantiles entre el Getxo y el Abanto, cuanto Boyero obligó a sus jugadores a dejarse marcar un gol después de adelantarse en el marcador en una acción antideportiva.

El lance se produjo cuando los visitantes botaron un saque de esquina y, en el posterior rechace, uno de sus jugadores disparó desde fuera del área mientras que un futbolista rival puso la cabeza "con tan mala fortuna que le da sin querer en la cabeza y empieza a sangrar por la nariz", explicó Boyero.

El colegiado decidió reanudar el encuentro con un bote neutral y cuando la pelota entró en juego uno de los jugadores visitantes remató y logró batir al portero rival.

En ese momento, Boyero ordenó a sus futbolistas que "en el saque del centro se retiraran para que pudieran empatarnos". El partido enfrentaba al líder, el Getxo, contra el segundo, el Abanto, que terminó ganado por 1-2 y arrebatando la primera posición a su rival.

Con esta decisión, recalca el técnico del Abanto, "intento trasladar a mi equipo los valores que debe tener un futbolista y más a edades tan tempranas. Les intento inculcar una visión del fútbol como un deporte que va más allá del resultado, aunque a todos nos gusta ganar".

Boyero agradeció el comportamiento de la afición local, que les despidió "con una ovación impresionante", y también de su rival por el pasillo de honor que les dedicó al acabar el partido "más allá que estuvieran tristes por la derrota".

"Les dije a mis jugadores que se quedaran con eso más que con la victoria", concluye.