El efecto mariposa
Irribarria y Rezusta se meten en la final del Parejas al ganar en Bilbao a Olaizola II-Untoria y de rebote cuelan a Oinatz y al vizcaino Larunbe
Duración: 59:21 minutos de juego.
Saques: 2 de Irribarria (tantos 19 y 22) y 1 de Olaizola II (tanto 5).
Pelotazos: 478 pelotazos en juego.
Tantos en juego: 11 de Irribarria, 1 de Rezusta, 8 de Olaizola II y 2 de Untoria.
Errores: 5 de Irribarria, 2 de Rezusta, 6 de Olaizola II y 2 de Untoria.
Marcador: 1-0, 5-1, 6-3, 11-4, 12-7, 16-8, 17-10, 17-11, 17-17, 18-18 y 22-18.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Jon Apezetxea (con Irribarria-Rezusta) y Pablo Berasaluze (con Aimar-Untoria).
Apuestas: Se cantaron de salida posturas de doble a sencillo a favor de Irribarria-Rezusta.
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la liguilla de semifinales del Parejas disputado en el frontón Bizkaia de Bilbao. 1.300 espectadores.
BILBAO - Iker Irribarria y Beñat Rezusta activaron ayer el efecto mariposa en el frontón Bizkaia de Bilbao para terminar por desentrañar el jeroglífico del Parejas. La incógnita se despejó con intensidad, brillo y emoción, para que Oinatz Bengoetxea y Mikel Larunbe, invitados de paisano a la cita, mirando el partido desde el sillón, se metieran en la final de la competición más larga del año. La derrota de Aimar Olaizola y Álvaro Untoria, que realizaron un buen choque, cumplió la segunda variable del trato con el destino que comenzaron a sellar en el Labrit. Así, el navarro y el vizcaino, que aterriza en el Olimpo por la puerta grande en su debut en Primera, ya sueñan con lana. Aleteo en Bilbao, terremoto en Leitza y Galdakao.
Irribarria y Rezusta cazaron rápido a su presa, el cartón once, e iniciaron la taxidermia. Ahí estaba la frontera entre el bien y el mal. Entre el cielo y el suelo. Los zurdos expusieron sus razones de centella, con el campeón del Manomanista lanzado. Olor a sangre. Colmillos de tiburón. El guipuzcoano no dejó ni un ápice a la sorpresa o a los nervios. Un 5-0 inicial allanó el camino de baches y el 11-3 fue la pieza suficiente con la que se metieron en la deliciosa contienda del 9 de abril. Después, tocaron las dos caras de una moneda para regresar, sufrir, imponerse y otorgar el billete a los únicos verdugos de su propuesta.
Los zurdos empezaron de modo serio, con empaque, dominadores. Se escaparon hasta el 16-10 con Irribarria en su mejor versión. El aramarra anduvo suelto y afilado en el remate. Fino en la finalización, su senda se llenó de pegada y Rezusta anunció tambores de guerra. La cita se puso colorada y, aunque Untoria estuvo bien y Aimar valiente, los yerros azules les dejaron el estómago lleno.
Pero Aimar es puro terror. Aimar es una mano en el cogote en una habitación a oscuras. A Aimar se le siente. Nunca desaparece. Y explotó. La necesidad se transformó en una revuelta mágica. Un error en una volea de Irribarria dio el saque al goizuetarra y este se puso a mandar. Salió al rescate. La tranquilidad de la clasificación colorada no fue desconexión, pero sí que redujo la tensión en sus espaldas. De este modo, los más necesitados se crecieron con el viento en contra. Olaizola II hizo un segundo tramo de choque estupendo y Untoria mandó con la diestra.
Mecidos por un material que no abría tanto la cancha, los azules pudieron empacar el choque. Olaizola sacó el bisturí. A una defensa explosiva y al alcance de bastante pocos pelotaris, se le unió la zurda de seda. La rebelión de Aimar y Untoria, en un tramo mágico, reventó las fallas. Iker y Beñat se quedaron atónitos ante la respuesta, descarnada, de sus contrincantes. Incómodos en el debate, los guipuzcoanos acumularon varios fallos y la sed en el saque-remate de Aimar. Empataron en el 17, superando los 400 golpes, y tomaron su primera ventaja en el 17-18. El navarro y el riojano lucharon el sueño.
El descanso de la tele acabó con el tanto más peloteado de la semifinal, en el que se cruzaron 44 contestaciones, pero Olaizola II falló un gancho que lamió tablas. El 18 iguales cambió la tendencia y Untoria encajó un saque para arrebatar la sensación de crecida azul.
Otro gancho de Aimar, bien cruzado, que se fue por un centímetro, puso la puntilla a la remontada. El más difícil todavía. En el cara o cruz, sobre el delgado cable del funambulista, a Olaizola II se le escaparon dos remates de tanto. Pero no: murieron antes de tiempo, en tablas, sobre la línea, y el reloj de arena posó su última gota con un rebote de Irribarria y un saque.
Agur de Barriola Abel Barriola se despidió ayer de la afición del frontón Bizkaia de Bilbao con triunfo. Joseba Ezkurdia y el leitzarra ganaron a Jokin Altuna y Xabier Erostarbe por 22-12.