EL Zornotza visitará este domingo la cancha de uno de los gallos de la competición, el Iraurgi. Una de las sorpresas de la liga. Es el sueño del equipo humilde, la pequeña localidad que aspira a lograr un ascenso histórico. Líderes de la LEB Plata a falta de seis jornadas y desplegando un gran juego fundamentado en la combinación que forman los extranjeros fichados con la columna vertebral guipuzcoana. Entre esos jugadores de Gipuzkoa se encuentra un viejo conocido de la afición zornotzarra, Ander García (Bergara, 1989). El alero cambió este año el verde del Zornotza por el negro del Iraurgi y se ha convertido en uno de los puntales del equipo con sus casi diez puntos por partidos y aportando los intangibles que ha desarrollado después de una carrera llena de experiencias de todo tipo.
El Iraurgi observa desde la parte alta de la clasificación como su rival de este fin semana lucha por asentarse en los puestos del play-off. El favoritismo en el derbi es claramente guipuzcoano, pero Ander García conoce perfectamente la capacidad de competir del Zornotza y sabe que no se pueden confiar. “Tuvo varios cambios al principio y les costó arrancar. Pero ahora, cada uno tiene su rol y es un equipo bastante más peligroso que antes. Será un partido duro y muy físico. Además, es un derbi y los derbis siempre tienen algo especial”, declara. La lección ya la aprendieron en el partido de ida, en Larrea, cuando el Zornotza sorprendió al entonces también líder al ganarle por 60-57. “Fue un partido raro. Sacamos una pequeña ventaja, nos relajamos y cuando te relajas ya se sabe lo que pasa, dieron la vuelta al marcador y nos ganaron”, añade.
Esa derrota en Larrea fue mucho más que un partido para Ander García. Fue su vuelta a la cancha donde había ejercido como local durante los dos últimos años. “Siempre es especial volver a la casa donde has dejado grandes amigos y grandes recuerdos. Cuando entré, parecía que era ayer cuando entrenaba ahí y fue una situación un poco rara. Aun así, siempre gusta jugar contra excompañeros y exequipos, tienes esa motivación de más y es divertido”, cuenta el bergararra. La afición zornotzarra esta vez no le apoyó a él, sintió sus ánimos desde el otro lado y tuvo que ver desde el bando ajeno como los locales celebraban la victoria en el centro de una cancha donde él disfrutó las dos temporadas pasadas. Pero el deporte siempre da la revancha y García querrá quitarse la espina. Los amiguismos quedarán olvidados durante los cuarenta minutos de juego.
En el plano personal, este está siendo un año raro para el alero de Bergara. Por primera vez el baloncesto no ocupa completamente su vida laboral. Esta temporada, ha empezado a compaginar los entrenamientos con un trabajo fuera de la cancha. “Hasta ahora me he dedicado exclusivamente al baloncesto, pero tal y cómo están las cosas, tenía que pensar en el futuro y lograr más estabilidad. Quizás en algún momento veo que no estoy a mi mejor nivel y a veces salgo con pocas ganas de entrenar después del trabajo, pero luego recuerdo el compromiso que tengo con el club, la afición, los compañeros, el entrenador... y eso me hace coger fuerzas e iniciar la semana lo más motivado posible”, afirma el guipuzcoano. Pero García no ha cambiado solo la manera de afrontar el año en el aspecto laboral, también ha pasado de ser un jugador más a uno de los veteranos, aconsejando a la importante hornada de jugadores guipuzcoanos que componen el Iraurgi: “Este es el primer año que me toca ser el veterano, aunque todavía tengo 27 años. Soy un veterano joven. Trato de aconsejar un poco a los más jóvenes y aportar mi madurez cuando se ponen complicados los partidos. Cosas que he ido viendo durante mi carrera deportiva y las voy poniendo en practica poco a poco”.
Las jornadas han ido pasando, el Iraurgi siempre se ha mantenido en la cima y el ascenso se ha convertido en una realidad. “No éramos candidatos al ascenso y todavía queda lejos, pero sería algo muy grande para un pueblo como Azpeitia. Aunque queremos ir paso a paso y pensar solo en Zornotza”, declara García, que tiene toda la ilusión puesta en esta meta y la compara con sus mayores éxitos deportivos: “Fui campeón de la ACB con el Baskonia, pero tampoco me sentí muy partícipe al no tener casi minutos en la cancha. Me gustaría ayudar al equipo a lograr algo así. Para mí sería casi mas grande que ganar la ACB”.