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La madriguera de ‘El Chacal’

Unos días después de regresar de Las Vegas, Jon Fernández valora para DEIA la experiencia de actuar como único ‘sparring’ del norirlandés Carl Frampton, que busca retener el cinturón mundial de los pluma contra Santa Cruz

La madriguera de ‘El Chacal’Oskar González

HE podido ver cómo vive un campeón”, revela Jon Fernández (Etxebarri, 1995). El superpluma vizcaino, campeón del mundo júnior del Consejo Mundial, acaba de aterrizar esta misma semana desde Las Vegas, donde ha vivido la experiencia de ensayar con Carl Frampton en su preparación para el campeonato del mundo como único sparring del norirlandés, considerado uno de los mejores libra por libra del mundo. El Chacal peleará contra Leo Santa Cruz en el mítico MGM de Las Vegas el 28 de enero, donde repetirán los dos contendientes por el título de los pluma. “La experiencia ha sido muy buena. He aprendido mucho. He visto que el boxeo de aquí no está tan lejos del de los grandes campeones. Eso sí, faltan apoyos y televisiones que inviertan dinero. Ahora mismo, GolTv ha apostado por el boxeo y se está viendo en la audiencia. El equipo de Frampton vive exclusivamente para el boxeo y tiene la oportunidad de ir un mes entero a Las Vegas antes de la pelea para aclimatarse. Es un desembolso grande y nuestras bolsas son mucho más pequeñas”, sostiene el boxeador vizcaino.

La película de Jon junto al mejor deportista en el ensogado de 2016 según la revista especializada The Ring comienza en diciembre, cuando el etxebarritarra hablaba con José Javier Gamboa, componente del equipo de la promotora Eusko Box, y le confesaba que sería “bueno” ir a entrenar con algún luchador con vitola de estrella. “Justo unos días antes de que me propusieran ir a Londres, comenté que me gustaría guantear con alguien bueno. Le dije que, además, mi estilo se parecía a Santa Cruz y que, quizás, se podía hablar con Frampton”, evoca Fernández. Tres o cuatro días después le sonó el teléfono. Había sido El Chacal quien había preguntado por él. “Su equipo nos había llamado”, recuerda y apostilla que “estuve muy ilusionado, porque sabía que iba a ser una experiencia muy buena para mí”.

La primera parada fue el gimnasio George Groves de la capital inglesa. Llegó de modo directo desde la convención del Consejo Mundial en Miami. Barry McGuigan, entrenador de Frampton y estrella en los ochenta, vio en Fernández al perfecto contrario. Después, el norirlandés quiso que fuera con el grupo a Las Vegas a terminar la preparación del púgil de Belfast. Miel sobre hojuelas. “Fui el único sparring en Las Vegas. Alternaban a varios boxeadores, siempre depende de las sesiones. En mi caso, hacía ocho asaltos fijos. Si querían más presión, llamaban a otro. En ocasiones, echaron mano de otro de un peso menor para trabajar en la fatiga, la velocidad y no la fuerza. Me consideraban y era el principal”, cuenta el etxebarritarra, que ha vivido el “top” del boxeo. “Va a ser un combate estelar en el MGM de Las Vegas, que es lo más grande que se puede llegar a hacer”, esgrime el vizcaino, que agrega que “la pelea contra Leo Santa Cruz estuvo nominada como una de las mejores del año 2016. Seguro que este será uno de los combates del año”.

En Las Vegas, la madriguera de El Chacal se erige como un templo en el que hasta las paredes sudan boxeo. El comando norirlandés, capitaneado por Barry McGuigan, se encuentra hasta la llegada del pleito del MGM en tierras legendarias. En un complejo cuyo dueño es Robert El Fantasma Guerrero, que llegó a pelear con Floyd Mayweather por el título mundial wélter en 2013. Y perdió. Cuenta Fernández que “la casa estaba repartida en tres módulos. El principal, era gigante, con dormitorios, cocina y baños. Fuera estaba la piscina y había una cancha de baloncesto. En otra zona, tenía montado un ring y un gimnasio. Además, había otro módulo con un par de habitaciones”. Allí anduvo Jon junto al bloque británico, con un inglés que “va poco a poco mejorando” y que entiende. “Por el trato, me he sentido uno más de su equipo de trabajo. Me han tratado de forma inmejorable. Lo que he necesitado en cualquier momento, lo he tenido”, declara el púgil vizcaino. Después de la convivencia de unas semanas, desvela Jon que lo más curioso fue que “nadie se paró a pedir una foto a Frampton. Eso me pareció raro”. Eso sí, en una ocasión, relata, fueron a comer a un local irlandés y McGuigan -manifestado como un “héroe” del pueblo en la época más dura del conflicto norirlandés- fue abordado para hacerse unas fotos. Barry es una leyenda.

Otro de los episodios más impresionantes del vizcaino lo vivió en la convención del Consejo Mundial en Miami. “Es flipante estar rodeado de ídolos”, desgrana. Así, un día le llamaron a la habitación del hotel y él pensaba que se trataba de una “broma”. “Me comunicaron de recepción que bajara a las 12.00 horas al hall. Yo pregunté a los que conocía si a ellos les habían avisado, pero nadie sabía nada. Pensaba que me iban a gastar una broma. Me llevaron al aeropuerto a un acto publicitario y allí estaban Evander Hollyfield, Jessie Vargas, Daniel Zaragoza? Hablé con ellos como con una persona cualquiera. Fue flipante. No me lo podía creer”, agrega el de Etxebarri.

“Estos meses he estado con Golovkin, con Linares, con gente que jamás me imaginaba ver”, analiza. También pudo ver a Floyd Mayweather de cerca, a Joel Casamayor, a Ismael Salas, a Yourdiel Ugas o a Shawn Porter.

las diferencias Jon Fernández ha vivido en Las Vegas una vida con una estrella rutilante del boxeo actual. “La gran diferencia que observo es que la gente que está con Frampton es un equipo que trabaja de modo exclusivo para él. Tiene a un entrenador para él, un preparador físico para él, a los sparrings se les llama en función de que se parezcan a su rival?”, analiza el etxebarritarra, quien agrega que “en mi caso, no puedo echar mano de un púgil de fuera por las necesidades que tengamos. Todo acaba siendo económico: la televisión mete patrocinios y las bolsas crecen. De todos modos, a la hora de ejercitarse está todo inventado. No hay muchas cosas distintas”. Y es que, a juicio del púgil vasco, “no hay tanta diferencia entre la preparación de un campeón del mundo y la mía. Yo tengo un equipo muy bueno. Si bien yo, personalmente, no estoy al nivel de Frampton, trabajo con un equipo que puede acercarse al de un campeón”.

repercusión mediática El etxebarritarra accedió a trabajar con Frampton, lo que tiene una doble repercusión en el deportista: económica y personal. “Cuando vas a entrenar, pierdes tiempo de preparación propia y de trabajo, pero se paga. No son grandes cifras, pero es un trabajo. La gran diferencia con respecto a aquí es que si te llaman de Madrid, vas y te lo pagas tú. Aquí el boxeo no se toma como un trabajo”, manifiesta Jon, quien reconoce que “hubiera ido hasta gratis”.

Por otro lado, el crecimiento deportivo es evidente. Fernández fue nombrado como el contendiente oficial durante toda la gira mediática del púgil de Belfast. “Esto te pone en el punto de mira. En Estados Unidos, cuando Carl iba a hacer las entrevistas, me presentaban como su sparring. Eso es bueno”, remacha.