el Lointek Gernika viaja hoy hasta Gasteiz para enfrentarse al Araski (18.30 horas). Será un partido importante de cara a la clasificación general y la mala racha de las gernikarras ha provocado que el conjunto alavés oposite a arrebatarles la tercera posición. Una de las nuevas armas de las gasteiztarras es una conocida de la afición de Maloste, Gisela Vega (1982, Gualeguaychú). La argentina, con amplia experiencia en la Liga Femenina, fichó por el Araski nada más comenzar el año después de rescindir el contrato con el IDK Gipuzkoa y desde el primer día se la vio con muchas ganas de aportar a su nuevo equipo. Hoy, tendrá enfrente a varias excompañeras, pero eso no detendrá a la pívot de Argentina, que cuando entra a la cancha se olvida del pasado y solo piensa en defender los colores de su actual equipo.
Los sentimentalismos quedarán de lado cuando el árbitro lance el balón al aire en el partido entre el Araski y el Gernika. Vega sabe muy bien lo que es enfrentarse a un exequipo y no teme ponerse nerviosa en el encuentro de hoy. “Somos profesionales y defendemos los colores del equipo en el que estamos. Vamos a ir a por todas ya que este equipo se ha quedado reiteradas veces con la espina de ganar al Gernika”, afirma. Las ganas serán máximas y la oportunidad de arrebatar el tercer puesto a las gernikarras es un premio muy apetecible, sin embargo, la argentina no se fía de la mala racha de sus rivales y sabe que tendrán que sufrir para llevarse el triunfo: “Va a ser un partido muy intenso. Ellas marcan un ritmo de juego muy elevado y nosotras tendremos que estar concentradas en defensa para que salgan las cosas en ataque”.
A pesar de ser ahora rival, la pívot del Araski no olvida su época en Gernika. “Tengo muy buenos recuerdos. Entrenamos mucho y fuimos muy competitivas, la verdad es que Mario aprieta mucho. Me costó un poco entender la forma de jugar, pero luego cogí carrerilla y me gustó cómo acabó jugando el equipo”, recuerda Vega. Esa temporada el conjunto gernikarra escribió otro bonito capítulo más en su corta historia en la Liga Femenina. Las victorias fueron habituales y Maloste disfrutó de sus jugadoras, pero a la argentina se le quedó una pequeña espina: “Lo hicimos tan bien que nos merecimos entrar en la Copa o en el play-off. Pero las cosas pasan por algo y ahora me toca jugar la Copa con otro equipo. El premio siempre llega”.
de donostia a gasteiz Sin embargo, el paso de Vega por Gernika solo duró un año y esta temporada la inició en las filas del IDK Gipuzkoa. Las cosas funcionaron los primeros meses, pero con el paso de los partidos la argentina fue perdiendo protagonismo hasta llegar el día en el que ambas partes decidieron no prolongar más su vinculación. “Estoy agradecida al club y al equipo humano, pero no terminaba de encajar en el juego. No hubo culpables ni un problema específico, hay equipos que se te dan mejor y otros peor”, explica. Tras esta marcha, Vega no tardó en encontrar equipo y lo hizo, otra vez más, sin irse demasiado lejos. La argentina fichó por el Araski, jugando así en los tres equipos vascos que militan en la máxima categoría. “Es raro, pero me encantan las nuevas experiencias. Euskadi es preciosa, hay de todo para hacer y la verdad es que me gusta”, reconoce Vega sin quedarse con ninguna de las tres localidades ya que “cada lugar tiene su encanto”.
Vega no ha tardado en adaptarse al Araski y una de las culpables de ello es Cecilia Liñeira, exjugadora del Ibaizabal. Las dos argentinas llevan jugando juntas desde los 14 años en las categorías inferiores de su selección y ahora en el ocaso de sus carreras se reencuentran metidas en la pelea por entrar en el play-off de la Liga Femenina. “Es lindo. Sé cómo se mueve Ceci y eso es un plus a la hora de jugar, además me ayuda en la adaptación”, declara Vega. Dos amigas que se unen de nuevo en la parte final de sus carreras. Épocas de mirar atrás y de reflexionar. “Estoy disfrutando porque no pensaba que iba a estar jugando con 34 años. Físicamente estoy muy bien y estoy agradecida a la vida de poder seguir”, comenta la pívot argentina, que afronta con el verde del Araski uno de sus enésimos retos en la Liga Femenina.