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El peor momento para hacer regalos

El Bilbao Basket desaprovecha diez puntos de renta en el acto final y entrega el triunfo al Betis en bandeja

El peor momento para hacer regalosOskar González

Bilbao - Mal momento eligió el RETAbet Bilbao Basket para ponerse a hacer regalos navideños. Cuando parecía que la victoria del miércoles en tierras gallegas había servido para revitalizar a un equipo errático en sus anteriores compromisos, los hombres de negro volvieron a mostrar ayer su cara más ramplona y perdieron una oportunidad de oro para coger más brío en la lucha por jugar la Copa -el Andorra cayó por 17 puntos en su visita al Tenerife-. Los de Carles Duran comparecieron horribles, rectificaron sobre la marcha, jugaron unos ocho o diez minutos notables de baloncesto y en el acto final, cuando gozaban de una renta de diez puntos (69-59), se desplomaron cual castillo de naipes, sin que el Betis tuviera que hacer mucho para que así fuera.

Un día más -ocurrió también en Santiago, pero la ventaja era mayor y la sangre no llegó al río-, el conjunto vizcaino hizo gala de una pobre capacidad para gestionar las situaciones en las que se pone con ventaja en el luminoso. Jonathan Tabu sigue muy lejos de la versión que de él se esperaba y, sin un base con galones capaz de controlar el juego, el equipo pierde el norte y se atasca en muchas fases de los partidos. Tampoco desde la banda se acertó con antídotos ni se introdujeron variaciones al plan habitual de actuación. Ayer, la pérdida de norte en ataque con 69-59 coincidió, además, con los ya conocidos problemas que el grupo tiene en labores de retaguardia (rebotes ofensivos concedidos, facilidades al rival a la hora de penetrar hacia el aro encadenando incluso varios dos más unos, acumulación de faltas a la hora de defender uno contra uno, cuestionable sistema de ayudas...) y los verdinegros encontraron alfombra roja para regresar al partido con un parcial de 3-16. Y poco más que aprovechar los regalos del rival tuvieron que hacer para ello.

Y con el duelo convertido ya en un cara o cruz (75-75 a cuatro minutos de la bocina), acabó triunfando el equipo que llegó al final agónico en fase ascendente. Porque en las filas vizcainas salió mal todo lo que era susceptible de salir mal, con hasta seis tiros libres fallados en ese tramo final, cuando estaba claro que cualquier regalo podía ser fatal. El colmo de los colmos fue cuando a 1:20 del final, con empate a 82, el segurísimo Scott Bamforth falló dos lanzamientos seguidos desde la franja de personal, que no fueron más que el preludio del final horrendo que estaba a punto de protagonizar. Tras fallo bético, el de Albuquerque cometió una falta de ataque y después de que Triguero solo aprovechara un tiro libre en la siguiente acción, dejando a los locales los 18 últimos segundos para voltear el 82-83, falló el último lanzamiento, ejecutado quizás demasiado pronto porque faltaba casi la mitad de la posesión. La última falta vizcaina, ya a la desesperada, fue castigada con antideportiva y se acabó lo que se daba.

Lo que mal empieza... Bandeja de Stojanovski, mate de Milosevic, bandeja de Mahalbasic, bandeja con tiro adicional de Radicevic, otra bandeja del base serbio y un ganchito a un palmo del aro bilbaino del poste austriaco. El encuentro arrancó con esta secuencia de acciones y los anfitriones, horribles en defensa, sin ningún tipo de filo ni energía para parar las situaciones de uno contra uno, se vieron por debajo en el luminoso (4-13) en menos de cinco minutos. No solo era que la retaguardia hiciera aguas, sino que los ataques eran un horror, con Tabu, el supuesto suministrador, jugando a algo muy distinto que sus compañeros. Un triple de Álex Mumbrú, el mejor hombre de negro ayer, despertó del letargo a los suyos y sirvió de invitación para que Bamforth y Borg percutieran también con tino desde los 6,75. El 15-18, con Miribilla empujando, aclaraba bastante el horizonte, pero entre Nachbar y Stojanovski permitieron a los béticos cerrar con ventaja el cuarto inaugural (17-24). El segundo amaneció con un brutal mate en rebote ofensivo de Mendia que revitalizó aún más a los locales. Los de Tabak ya no encontraban facilidades y dejaban a la vista muchas costuras. El Bilbao Basket ganaba en compostura con el paso de los minutos y una antideportiva señalada a Alfonso Sánchez le permitió colocarse al rebufo del cuadro andaluz (29-31). En ese nuevo ecosistema bastó con que Mumbrú cogiera el toro por los cuernos en ataque para que los de Duran gozaran de su primera ventaja de la noche en el marcador. El 34-33 a 2:30 del descanso era sinónimo de partido nuevo. La línea de tiros libres se convirtió en vía de suministro para ambos contendientes y todo quedó abierto para la segunda parte, con un 39-38 ajustadísimo en el ecuador de la cita.

El duelo se reanudó con un dos más uno de Stojanovski pero, salvo las dificultades a la hora de frenar las penetraciones de Radicevic, el Bilbao Basket regresó de vestuarios con una retaguardia mucho mejor confeccionada. Los puntos corrieron de la mano de Bamforth y los de Duran lanzaron su primer demarraje, colocándose con un interesantísimo 52-43 en apenas cuatro minutos de tercer cuarto. Los hombres de negro gozaron incluso de tres ataques para elevar ese colchón, pero no hubo acierto y el Betis recuperó la compostura a partir de una antideportiva señalada a Mumbrú. Los locales, viajando con asiduidad a la línea de tiros libres, mantuvieron el control del duelo, aunque los de Tabak no perdían su estela. Dos triples de Lapornik y Buva permitieron los locales arrancar los diez minutos finales con un 66-59 favorable a sus intereses. Y justo después de que otro triple del escolta esloveno colocara la mayor renta de la noche a su favor (69-59), el Bilbao Basket se derritió cual azucarillo. Desnortado, impreciso y blandísimo atrás, su cúmulo de despropósitos acabó en una derrota de las que duelen. Y en el peor momento para hacer regalos.