LO que podía haber sido una Eurocup de matrícula de honor, rebosante de calidad, ha quedado en una competición de nivel notable pero renqueante, coja, sin alcanzar el sobresaliente. La competición continental, que arranca hoy -el Dominion Bilbao Basket descansa en esta primera jornada e inaugurará su singladura el próximo miércoles recibiendo al Alba Berlín- es víctima de la lucha de poderes que se vive en los altares del baloncesto europeo. La falta de entendimiento entre Euroliga y FIBA no ha hecho otra cosa que mutilar la segunda competición continental. Los clubes franceses y turcos, por obligación o convencimiento, se alistaron desde el principio en la recién creada Basketball Champions League y posteriormente tomaron su mismo camino los italianos, griegos, polacos y serbios. Así, del sorteo inicial que formó cuatro grupos de seis equipos desaparecieron Partizán, Foxtown Cantú -rivales ambos de los hombres de negro-, Reggio Emilia, Dinamo Sassari, Dolomiti Trento, Zielona Gora y AEK Atenas y se tuvo que reclutar al Fuenlabrada, el MZT Skopje macedonio y el Lietkabelis lituano, pasando a un formato de cuatro grupos de cinco equipos.

Pese a la lógica y lamentable pérdida de equipos de calidad y aspirantes a llegar lejos en la competición, la Eurocup sigue presentando una interesantísima nómina de conjuntos de primer nivel encabezada, entre otros, por Valencia Basket, Bayern Múnich, Lokomotiv Kuban y Khmiki. Los clubes rusos caen desde la Euroliga y han perdido a gran parte de sus columnas vertebrales, pero siguen manteniendo plantillas más que interesantes. Fotis Katsikaris se sentará en el banquillo de los de Kuban, presentes en la última Final Four, e intentará llegar lejos de la mano de Ryan Broekhoff, Taylor Rochestie, Matt Janning, Ian Vougioukas, Kenny Gabriel, Dmitri Khvostov y compañía, mientras que Dusko Ivanovic tratará de opositar al título con Alexey Shved, Sergey Monya, Marko Todorovic, Earl Rowland, Jacob Pullen y Nobel Boungou-Colo como puntales. El Valencia Basket de Pedro Martínez, profundo y rebosante de calidad, ya ha demostrado con creces su capacidad para competir con cualquier rival continental y el Bayern de Sasha Djordjevic ha reforzado su proyecto con fichajes interesantes como los de Reggie Redding, Vladimir Lucic u Ondrej Balvin.

Tampoco deberían andar lejos de la lucha por el título equipos como el Unicaja, que ha perdido su licencia de Euroliga y busca regresar a la máxima competición continental, Herbalife Gran Canaria, finalista el pasado curso, el Hapoel Jerusalén, que presenta como gran atractivo a Amar’e Stoudamire y que ha formado un proyecto interesante bajo la dirección de Simone Pianigiani, y un Zenit que por fin parece armado con seriedad y dispuesto a sacar rendimiento a sus dispendios económicos. Y agazapados, esperando su oportunidad, permanecen conjuntos como el propio Dominion Bilbao Basket, el Cedevita croata, el Alba Berlín o el Nizhny ruso. La Eurocup ofrece una notable élite de equipos y una excelente clase media-alta, pero se queda coja atendiendo a lo que pudo haber sido y no es.