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El calvario del zaguero zornotzarra Iñaki Iza

Los problemas de espalda le dejan muy pocas opciones de volver a vestirse de blanco

El calvario del zaguero zornotzarra Iñaki Iza

IÑAKI Iza (Amorebieta, 1986) es un tipo alegre y positivo. A pesar de todos los contratiempos con los que ha tenido que lidiar durante su vida deportiva. En la pelota profesional, donde sus manos suponen el arma más sufrida y que más problemas genera, el zornotzarra las ha visto de todos los colores: tuvo que parar por una protusión en la espalda en 2012 -cuatro meses de baja-, por el contagio de la fiebre Q -varios días de ingreso en el hospital- y por un fuerte tirón en el bíceps del brazo izquierdo en 2013, que se le complicó y acabó perdiendo el nervio y el músculo -cinco meses de baja-. Ahora, desde el 21 de noviembre, fecha en la que jugó su último encuentro en el Labrit de Iruñea, Iza no ve la luz al final del túnel. Un tirón en la espalda, después de controlar los dolores desde que le encontraron la protusión, acabó con él en la máquina de resonancia y el diagnóstico de un disco desgastado, el L5-S1. “Tengo un desgaste bastante grande. Si el disco tiene que tener una altura, el mío no, y ni amortigua ni tiene líquido. Además, tengo una vértebra movida y una protusión”, señala el zaguero. Fue aquella tarde en la cancha iruindarra en la que se le quedó varada la vida deportiva al vizcaino, que desde entonces pelea por recuperar sensaciones y eliminar las molestias continuas en la zona lumbar.

Cuenta el manista de Asegarce que “ya llevaba tiempo con molestias en la espalda”. En 2012 en Tolosa, entrenando con Iñaki Otxandorena, sintió antes del ensayo dolores y “acabé la sesión sin poder moverme”. A raíz de entonces, de vez en cuando, tuvo que parar algunos partidos, pero no de forma continuada. “Es un dolor que me ha acompañado. Rara vez he jugado sin él. Vas evitando movimientos que duelen. Sufriendo, podía jugar. De vez en cuando me daba un latigazo más fuerte y tenía que parar un poco, pero como esta vez no me había pasado nunca”, recuerda el pelotari vizcaino. Aquel partido de noviembre, donde jugaba junto a Iker Arretxe contra Retegi Bi-Irusta, sintió “un dolor más fuerte de lo normal” en el tanto cuatro. “Se me pasó por la cabeza que no podía seguir jugando. Más en frío, el médico me intentó buscar una solución. Hasta ahora hemos luchado a tope de galeno en galeno para buscar una solución. No me duele solo al ir al frontón, me duele día a día. No puedo hacer vida normal”, desgrana Iza. Después de aquel día, le vieron que el disco de la columna estaba “como un cartón”. “No ha sido un dolor que ha ido poco a poco, sino que fue de repente, en un pelotazo”, define el vizcaino. La realidad es que, si se le cae una moneda, casi no puede agacharse a recogerla. “Además, a lo largo del día, ya sea cuando subo un escalón o cuando me agacho, siento cómo me tira la zona y me duele”, advierte el zornotzarra.

El proceso, estos seis meses, ha sido largo. “Empecé con unas infiltraciones, después me hicieron un bloqueo facetario en el quirófano, me inyectaron anestesia y corticoides y la última opción era la rizólisis. Pero no me ha hecho efecto. No sé si tendré alguna opción para quitar el dolor. El médico dijo que esto era lo último”, sostiene Iza, quien agrega que “me operé hace un par de semanas con la intención de quitar la sensibilidad de la zona lumbar y quitar el dolor. Pero no he notado aún ni alivio ni mejoría. No sé si es pronto para valorarlo. Parece ser que no ha funcionado”. De hecho, las molestias siguen. Un problemón. “Lo primero que tengo en la cabeza es hacer un día sin dolor. Llevo varios meses con molestias diarias. Mi primera meta es hacer una vida normal. No es un dolor que me impida salir, pero durante el día me duele porque hago movimientos que me afectan la zona. Es una molestia que tengo durante muchos momentos del día”, cuenta el vizcaino.

Los dolores no le permiten ni dormir. “No me deja descansar. Duermo seis horas al día y si llego a siete, es un logro. Mi meta es quedar bien para la vida normal. No es que no pueda solo jugar a pelota, es que no puedo trabajar de cualquier cosa: ni levantar cajas ni estar sentado mucho tiempo... Eso desgasta la cabeza. Afecta”, sentencia, pero Iza es un tipo positivo: “Lo llevo bien. Por mucho que me raye, el dolor sigue ahí. Tengo que seguir buscando opciones. Siento bastante apoyo de la gente del pueblo y de los que están a mi alrededor. Eso anima mucho”. Lo que peor lleva es despertarse y poner un pie en el suelo y “que duela” y que, “al día siguiente”, también.

Iñaki Iza acaba contrato con Asegarce en las próximas semanas y todo apunta que no podrá seguir jugando a pelota. “Estoy muy agradecido a la empresa, porque se ha portado muy bien conmigo, me ha llevado a médicos que yo no me podía permitir. Estoy súperagradecido. Iñigo Simón se ha movido mucho para buscarme una solución”, declara y remata que “no he hablado con ellos, pero es difícil que pueda seguir”. El guardaespaldas lleva en la disciplina de la operadora bilbaina desde el 16 de julio de 2007, cuando debutó con el anagrama de Asegarce en su pueblo, en el frontón Amorebieta IV, en el que tantas veces ha hecho gala de su elegancia con la zurda.