Bilbao - Hubo tarde de aros diminutos ayer en Miribilla. Decreció el diámetro de esas estructuras a través de las cuales hay que colar el balón y el Dominion Bilbao Basket, rumboso, eficaz y hasta avasallador en las últimas semanas, lo pagó con una derrota demasiado contundente a tenor de lo visto durante los 40 minutos. Un 34% en tiros de dos puntos y un 31% en triples son números muy pobres para cualquier equipo -extraordinariamente dañino el primer guarismo- más aún ante un rival como el Barcelona que ayer supo buscarle las cosquillas a los hombres de negro, deshilachar sus costuras paso a paso y acabó cocinando, a fuego lento y a base de añadir más y más ingredientes al caldero, un triunfo sonoro (55-77). Demasiado atendiendo a lo visto.
Y es que los de Sito Alonso, a pesar de que sus balones se empeñaban en golpear el aro sin encontrar ese precioso destino que es la red, pese a que en ningún momento fluyeron como en los buenos días y se vieron huérfanos de esas rachas que les convierten en dañinos, se aferraron al partido a base de esfuerzo defensivo y trabajo, intachable e inmaculado pese a su inferioridad en el cruce de golpes. Su efusividad en labores de retaguardia, su esfuerzo por defender el fuerte, le valió para mantener el rebufo azulgrana durante 30 minutos, pero faltó el golpe de riñón necesario para pasar a mandar, la chispa imprescindible para darle la vuelta la tortilla -en el tercer acto tuvo hasta cuatro balones para empatar o cobrar sus primeras ventajas del choque, pero no pudo aprovecharlas- y en el último cuarto, a base de probar combinaciones de su profundo fondo de armario, Xavi Pascual dio con la tecla. Fuera Navarro y Oleson, dentro Ribas y Abrines y el duelo saltó por los aires en un abrir y cerrar de ojos, sobre todo de la mano del balear, que anotó sus 15 puntos en este segmento del duelo.
Y mientras el Barça acabó encontrando solución a sus problemas -no las tenía todas consigo con el 43-48 a diez minutos del final-, en las filas locales faltó acierto y dinamita, ya que salvo los 19 puntos de Clevin Hannah, casi siempre forzando y en acciones individuales, faltaron muñecas atinadas en todos los flancos, tanto en las distancias cortas -Ante Tomic, superlativo, empequeñeció ayer a los interiores bilbainos- como en las intermedias -los tiritos de Georgios Bogris ayer no fueron solución- y largas -el primer triples entró a cinco segundos para el ecuador de la cita-.
Problemas en ataque El encuentro arrancó ya muy cuesta arriba para los intereses del Bilbao Basket como consecuencia de la explosión anotadora de un Perperoglou que anotó los primeros siete puntos del partido. Ya desde el inicio quedó claro que los de Sito Alonso no fluían en ataque. Mantenían el tipo atrás, pero en la otra canasta su juego se atascaba. Ni se generaban ventajas ni se encontraban situaciones cómodas de tiro. El 7-19 a 2:36 de la conclusión del acto inaugural tras un dos más uno de Doellman encendía las luces de alarma, pero entre Hannah, Todorovic y Mumbrú fueron capaces de taponar la vía de agua al término de los diez primeros minutos (12-19). Y tuvieron los locales más oportunidades para equilibrar aún más la balanza, pero a su ofensiva le seguía faltando chispa. Tampoco las tenía todas consigo el Barcelona, mucho más romo con Arroyo que con Satoransky, pero un triple de Oleson volvía a darle aire (12-22). Aunque solo fuera fugazmente, la electricidad de Hannah permitió a los anfitriones recuperar el rebufo de su rival (18-22) y Navarro tuvo que dar la cara para, a base de penetraciones, mantener arriba a los suyos, ya que la retaguardia bilbaina controlaba el resto de los emparejamientos. El problema para los de Sito Alonso seguía estando en la parcela atacante como demostraba el hecho de que de sus primeros 24 tiros de campo solo fue capaz de embocar cinco y que su primer triple convertido, de la mano de Hannah, llegó a cinco segundos del descanso. Atendiendo a todo ello, el 27-32 al descanso era incluso una buena noticia.
En la reanudación, sin embargo, el panorama no cambió demasiado. La fluidez seguía sin hacer acto de presencia en Miribilla, pero la efervescencia anotadora de Hannah, primero, y la solvencia de Mumbrú y Todorovic, después, permitió al Dominion Bilbao Basket colocarse a un punto de los azulgranas en un par de ocasiones, pero los de Sito Alonso no fueron capaces de aprovechar las posesiones que les hubiesen permitido pasar a dominar y Tomic, sobrio pero muy efectivo, permitió a los de Xavi Pascual alcanzar los diez minutos finales con una renta de cinco puntos (43-48) que, visto lo visto, dejaba todo por decidir. Pero un triple de Ribas y un dos más uno de Abrines nada más empezar el acto final levantaron un muro imposible de superar en un duelo en el que cada canasta le costaba al Bilbao Basket sangre, sudor y lágrimas. Sito Alonso trató de reordenar a los suyos con 45-56 en el marcador y más de siete minutos por disputarse, pero no hubo manera. La espesa niebla no se apartó del horizonte de los anfitriones, mientras que los visitantes tuvieron en Abrines un brillante faro ofensivo en los momentos de la verdad. Jugando ya a favor de viento, el Barcelona se soltó en los minutos finales y los locales no pudieron evitar un castigo de 22 puntos tan exagerado como inmerecido.