Síguenos en redes sociales:

Jon Odriozola, gratamente “sorprendido” por el gran rendimiento del equipo

Jon Odriozola, gratamente “sorprendido” por el gran rendimiento del equipoFoto: Euskadi Murias

bilbao - “En mi época no era así”. Así es otro tiempo en la memoria de Jon Odriozola, director del Euskadi Murias. “Así” era un comportamiento distinto del pelotón. En aquel “así”, el ciclismo pivotaba alrededor de las figuras, concentradas en un puñado de carreras. En ese mundo el reparto de un pedazo de gloria alcanzaba a muchos. El ciclismo era un asunto más transversal, más poroso, con vasos comunicantes. El WorldTour, que acuna a unos mastodónticos equipos, plagados de estrellas, acabó con ese ciclismo en el que incluso los más modestos podían optar aunque fuera de refilón, a algún cajón en el podio, a alguna flor en el podio, a un par de besos de las azafatas y al alborozo de meta. Eso era antes. “En la actualidad, ganar es complicadísimo porque los equipos del WorldTour lo quieren todo, son estructuras muy grandes, con muchos corredores perfectamente organizados para cubrir varios frentes y todos buscan algo”, desgrana Odriozola, que corrió para Indurain, el magnánimo, un tiempo en el que los grandes no buscaban todos los festejos, en el que abrían la mano al resto de habitantes del planeta ciclismo.

Ese mundo no existe. Pertenece al pretérito. A los recuerdos. El pelotón se asemeja hoy a un escuadrón de lobos hambrientos; despiadadas jaurías con presupuestos estratosféricos y toneladas de calidad refractarias a compartir nada. En ese hábitat, en el que no quedan ni las migajas, todos pretenden un festín y los primeros en sentarse al banquete son los aristócratas. “Por eso el nivel que hemos mostrado tanto en Mallorca como en Valencia me parece que ha sido muy bueno. Hoy en día nadie espera a nadie y los grandes equipos salen a por todos desde el comienzo de temporada”, analiza Odriozola. Basta con ojear el memorándum de los triunfos en el inicio de curso para certificar que la nómina de ganadores no es un lugar para desconocidos o aspirantes. Greipel o Cancellara vencieron en Mallorca, Poels se encumbró en Valencia y Froome elevó su dedo en Australia. En otro frentes, también honraron su hoja de servicios Kennaugh, Ewan, Kittel, Lobato, Cavendish o Kristoff, que ganó ayer en Qatar. “Es muy complicado sorprender a estos niveles”, se sincera el director de la formación vasca.

salto de calidad Tal vez por eso, el impacto en carrera de Euskadi Murias, su huella en la Challenge de Mallorca y en la Volta a la Comunitat Valenciana, donde se ganaron numeroso planos en carrera, protagonistas de muchas escapadas y de algún que otro podio, conceden su verdadera dimensión a las apariciones de la escuadra vasca entre los equipos más poderosas del planeta. “Se ha visto que hemos dado un paso adelante, que hemos competido, no solo por ganas e ilusión sino también por calidad”, argumenta Odriozola, al que ha sorprendido el rendimiento del equipo por prematuro. “No esperaba que estuviéramos tan bien tan pronto. Esperaba este nivel para más adelante, pero los cierto es que los chavales se han adaptado muy bien”.

Euskadi Murias ha tenido “mucha presencia” en carrera porque la escuadra vasca “ha dado un salto de calidad”, confirma Odriozola, que subraya la puesta en escena de corredores como Aitor González o Mikel Iturria, así como el extra observado en las prestaciones de Imanol Estévez o Jon Ander Insausti. La mejoría del equipo se condensa en una onomatopeya. “Tac”. El sonido del interruptor. “El equipo ha trabajado muy bien y se ha dado un paso adelante”, diserta el director, convencido de que, “aunque sea complicada esta es la línea a seguir”. Atravesar esa senda, repleta de aristas, colocó a Euskadi Murias como el 8º mejor equipo en la Volta a la Comunitat Valenciana, “por delante de formaciones del WorldTour, algo muy valioso para nosotros”. “Nuestra idea es pelear con los mejores equipos y demostrar que podemos competir sin atender a la categoría de unos o de otros”, establece Odriozola después de que Euskadi Murias floreciera en la jungla de asfalto.