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El impacto de Aduriz y una causa

Euskadi vence y rompe la cadena de tres empates ante Catalunya gracias al tanto del ariete rojiblanco en un partido de alta carga reivindicativa

El impacto de Aduriz y una causa

CATALUNYA: Pau López; Aleix Vidal, Piqué, Bartra, Jordi Alba; Sergi Roberto, Busquets, Verdú; Piti, Sergio García y Víctor. En la segunda mitad jugaron: Masip; Aleix Vidal (Min. 61, Montoya), Bartra (Min. 61, Álvaro), De la Bella, Víctor Álvarez; Verdú (Min. 61, Dídac), Márquez, David López; Gerard, David López, Balde; y Sergio García (Min. 61, Jordan).

EUSKADI: Iraizoz; Bóveda, Ansotegi, Iñigo Martñinez, Berchiche; San José, Illarramendi; Xabi Prieto, Toquero, Muniain; y Aduriz. En la segunda mitad jugaron Riesgo; Carlos Martínez, Etxeita, Aurtenetxe, Balenziaga; Bergara, Mikel Rico; Capa, Eraso, Roberto Torres; y Agirretxe.

Goles: 0-1: Min. 40; Aduriz.

Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Amonestó a Sergio García y Dídac, por Catalunya; y a Eraso, por Euskadi.

Incidencias: Partido internacional disputado en el Camp Nou ante 51.244 espectadores, según datos de la organización. Artur Mas, presidente en funciones de la Generalitat, y el lehendakari Iñigo Urkullu lideraron la representación institucional.

Las selecciones de Catalunya y Euskadi encarnan un sentir reivindicativo. Los enfrentamientos entre ambas acentúan la histórica reclamación de la oficialidad que los que tienen la sartén por el mango se niegan en banda a tocar el asunto. Seguramente, porque les quema, y mucho. A falta de decisiones en los despachos, toca hablar en el césped. Y las dos selecciones lo volvieron hacer ayer. Se conoce su potencial futbolístico. De los seis títulos oficiales que emergen en el Estado español, cinco se los ha llevado el Barça, que cuenta con sus referencias catalanas, y el restante el Athletic, que como se sabe conquistó la Supercopa el pasado agosto en el mismo escenario de la nueva comparecencia internacional de la tricolor, que se siente solvente para competir a un nivel interesante si le dejaran hacerlo. También Catalunya. Para el memorándum, quedará el resultado. O sea, que Euskadi ganó gracias al gol de Aritz Aduriz, su pichichi, por lo que finiquita la serie de tres empates consecutivos con Catalunya y mantiene su condición de invicto como visitante en la historia moderna.

José Mari Amorrortu y Mikel Etxarri, los dos seleccionadores vascos, tiraron del mejor plan que podían gestionar. El encaje del partido en unas fechas complicadas dejó algunas piezas en el camino, aunque era un peaje que estaba asumido. No faltó Aritz Aduriz, el pichichi histórico de Euskadi y probablemente la gran referencia del fútbol euskaldun a día de hoy. El donostiarra, al que curiosamente desprecia Vicente del Bosque para la selección española, no tiene fecha de caducidad. Es una cuestión genética. El Athletic puede dar fe de ello. Acumula veinte tantos en lo que va recorrido de curso y además se convirtió en el meritorio del título de la Supercopa, con sus cuatro goles endosados al Barça en esos dos inolvidables partidos. La entidad azulgrana le tiene cruzado. Y Catalunya, también.

Aduriz se erige en su pesadilla desde que ambas selecciones se reencontraron el 8 de octubre de 2006 en el Camp Nou. En aquella cita, el rojiblanco marcó y colaboró en el 2-2. Una inspiración que mantiene desde entonces, ya que volvió a marcar en el duelo de 2007 en San Mamés, en el del año pasado también en La Catedral y ayer. Cuatro de cuatro. Un dato que habla por sí solo del impacto que tiene en la selección nacional. La pena es que no valga para coleccionar éxitos oficiales. Anoche le tocó abrir el marcador a los 40 minutos, cuando bajó con el pecho una buena asistencia de Illarramendi para fusilar con su derecha a Pau López, que con anterioridad había evitado que Euskadi se adelantara con intervenciones de auténtica calidad.

Primero lo hizo a golpeo franco de Muniain, al que le sacó una mano providencial. Al navarro le vino como anillo al dedo el choque de ayer. Reapareció el domingo anterior ante el Levante tras ocho meses fuera de servicio tras la grave lesión de rodilla que sufrió en el Camp Nou. Los 45 minutos que gozó le sirven para coger ritmo y de paso para decir que no se le ha olvidado esto del fútbol, ya que ofreció detalles de lo que tiene dentro. El meta del Espanyol sacó poco después otro remate claro de Aduriz y ya con el 0-1 evitó el segundo en un cabezazo de San José y del que ya se cantaba gol. El de Atarribia ha rescatado ese olfato que le caracteriza en acciones a balón parado. Así lo ejecutó ante el Levante y ayer estuvo cerca de reiterarlo en una acción muy similar.

menor intensidad El primer acto fue precisamente el más notable de la nueva comparecencia internacional de Euskadi. Catalunya también asomó músculo competitivo. Puso en escena un once con jugadores del pedigrí de Piqué, Sergio Busquets, Jordi Alba, titulares indiscutibles en el Barça, Aleix Vidal, que volverá a jugar en enero una vez se levante el castigo a la entidad azulgrana, o el mismo Sergio García, que actualmente hace caja en Catar. Euskadi tuvo sus ocasiones claras, pero también la selección catalana, que se topó con el oportunismo de Yuri Berchiche para evitar un disparo a bocajarro de Sergio Roberto y con la inspiración de Iraizoz, que se lució en una doble oportunidad del mismo Sergio Roberto y Víctor.

Todo ello sucedía en un continuo intercambio de idas y vueltas en cada área. Un fútbol desatado, ayudado por la disposición de ofrecer un fútbol atractivo. Una forma de reivindicarse. Catalunya se apoyó en sus hombres más talentosos, dirigidos por Busquets, y Euskadi hizo lo propio. Bien atrás, solvente en la medular y acierto en el remate en el momento más oportuno. Un cóctel muy sabroso.

La intensidad del juego bajó a vuelta de vestuarios. El carrusel de cambios dibujó otro partido. Amorrortu y Etxarri, como estaba avisado, presentaron un once totalmente nuevo y sus colegas catalanes, Gerard López y Sergio González (destituido hace pocas fechas como técnico del Espanyol), solo mantuvieron a cuatro futbolistas de los que salieron de inicio. Catalunya buscó el empate, con un tiro al larguero de Verdú incluido, pero el acierto defensivo de la selección vasca y la seguridad de Riesgo amarraron el triunfo de Euskadi en un partido que debería marcar un antes y un después.