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De vuelta al infierno nada más terminarlo

Cuatro de los primeros clasificados del último tour tomarán también la salida mañana en la vuelta a España

De vuelta al infierno nada más terminarloAFP

CUANDO Dante Alighieri escalaba sobre el mismísimo Satanás para lograr salir del averno en su Divina Comedia, seguro que lo último en lo que pensó al contemplar el cielo estrellado de Pascua fue en volver a entrar de nuevo allí. Pero los ciclistas están hechos de otra pasta, una que no se cuece al fuego. Como espartanos no rehuyen el combate, están entrenados para amarlo. Subir a lo alto del cielo y descender a tumba abierta, dando pedales hasta las profundidades de sus límites físicos y psicológicos. Y cuando están abajo del todo, vuelven a subir a su bicicleta. En la Vuelta a España que arranca mañana los tres hombres que recorrieron el infierno para alcanzar el podio de París: Froome, Quintana y Valverde, tomarán la salida, acompañados además de Vincenzo Nibali, el cuarto en discordia, que recorrió ese mismo camino pero sin tener la misma gloria. Otros como Aru o Landa hicieron el Giro en el país de Dante y también repetirán el periplo.

Pero en esto del ciclismo la preparación es determinante y los dos meses para ponerse a punto para la Vuelta, un tesoro. Josu Larrazabal, preparador físico y director en el equipo ciclista Trek, lo sabe bien. Todo un experto en el complicado encaje de bolillos que un entrenador debe llevar a cabo para que sus deportistas alcancen el pico de forma en el momento más oportuno, ese que está marcado en rojo en la agenda. El problema viene cuando la marca del rotulador rodea un mes entero, y tras 27 días vuelve a subrayar otra página completa de un calendario. “No hay muchos datos científicos fiables sobre ello, por lo que lo primero es fijarse en los antecedentes”, apunta Larrazabal, que recuerda el reciente caso de Contador, ganador del Giro y solo quinto en el Tour, o el de Froome de 2012, que sorprendió a todos con un segundo puesto en la ronda gala y acabó cuarto la Vuelta. “Los antecedentes no son nada halagüeños”, reconoce el preparador.

Eso sí todo es distinto dependiendo de los roles de los ciclistas en el equipo. “Un estudio de 2003 demostró que un gregario puede hacer frente a las tres grandes vueltas sin que por ello se vean mermadas sus condiciones”, revela el director del Trek. Pero Larrazabal reconoce que las obligaciones de un gregario no son las mismas que las de un líder de equipo. El subalterno puede tener un día malo y que no haya ninguna consecuencia para el equipo. Para los jefes de filas es distinto. “Cuando acaban el Tour sus condiciones son máximas, pero también sus niveles de fatiga”, avisa Larrazabal, por eso advierte que para poder llegar a la Vuelta con garantías, lo que el corredor debe hacer es rebajar sus niveles de fatiga antes que nada. “Solemos recomendarles unos tres o cinco días de vacaciones y reposo total, para volver después durante otros diez días a un entrenamiento más suave que permita seguir recuperando. Solo los 15 días anteriores a que comience la carrera vuelven a un entrenamiento más duro”, expone. De esa manera, se intenta que en la primera semana de la Vuelta los niveles de fatiga del deportista hayan disminuido al máximo. “Solo así pueden alcanzar otra vez una curva de rendimiento durante la carrera”, asegura el preparador del Trek.

Por todo ello la primera semana es clave para los ciclistas que doblan del Tour. Inician la carrera sin estar en sus optimas condiciones, solo con el pasar de los días vuelven a lograr su pico de forma. “Eso, si todo sale bien, porque hay que tener en cuenta que solo tienen 18 horas de recuperación entre cada etapa y la clave del entrenamiento es el descanso. Si no, los niveles hormonales que indican la fatiga en los músculos no se reponen”, garantiza Larrazabal, que observa de esa manera cómo la preparación de corredores como Landa o Aru ha sido más completa para encarar la Vuelta. “El Giro nos permite hacer una preparación más adecuada. Pero eso no quiere decir que los que vienen del Tour no sean también favoritos, son muy buenos y a lo mejor no les hace falta recurrir al 100 por cien de sus condiciones para ganar”, concluye el preparador.

La psicología del ciclista Otro aspecto determinante a tener en cuenta es el mental, que cada vez más equipos ciclistas empiezan a trabajar con ahínco. Joseba Moreno es psicólogo deportivo y advierte de la necesidad de haber llevado un trabajo previo entre el terapeuta y el deportista. “No se trata solo de prepararles los días antes de la Vuelta, el trabajo debe ser continuado para poder tener al ciclista equilibrado y decidido a lograr sus objetivos”, afirma el psicólogo, que opina que el ciclismo es el deporte donde la preparación mental es más determinante. Cómo si no se puede convencer a una persona que acaba de salir del infierno, para que se vuelva a introducir de nuevo en el abismo de tres semanas de carrera.