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Las lesiones en las manos invaden el Parejas

Las numerosas lesiones de manos en el presente Parejas de Primera abren dos versiones: la de la casualidad, promulgada por las empresas, y la de la incidencia del material, citada en el vestuario y por los especialistas

Las lesiones en las manos invaden el ParejasOskar M.

LE decían al faquir mago y superhombre en sus viajes entre caminos de cabras con sus compañeros de función mientras yacía tumbado en una cama de clavos como si nada. Como si cada afilado estilete no se clavara en su carne. Y se levantaba ante el asombro del público fresco como una lechuga y con el cutis más suave que el culo de un bebé. Pero al faquir de cama elevada le encontró las costuras la ciencia y la física. La superficie divide el peso del embaucador en cada una de las puntas y la incidencia no es la misma. Es la paradoja. Es la ilusión. Pero también su mochila. Y al pueblo le gusta la sangre.

La misma fórmula física que descubrió al faquir puede ser la que esté causando estragos en el Parejas. O quizás la casualidad. Son las dos versiones: el material o la providencia. Lo primero, proviene del vestuario, de las voces que conviven con el cuero, y lo segundo, de las empresas, que valoran que las bajas en todos los duetos, excepto en las dos que se enfrentaron ayer en Zestoa, se debe a una “mala racha”. Solamente Ezkurdia-Zabaleta y Artola-Albisu, curiosamente dos binomios pegadores, aún no han visitado al médico. Hasta ahora se han dado 22 sustituciones por problemas derivados de las manos. Desde la fisura sufrida por Xala en Mungia, hasta la rotura fibrilar de Aretxabaleta, que le tendrá fuera de órbita una semana más. “Algo tendrá que ver el material”, coinciden fuentes consultadas del vestuario, que afirman que “es muy difícil que sea casualidad tantas bajas en un Parejas”.

Levantó la liebre en una elección de material el campeón, Juan Martínez de Irujo, quizás el pelotari con mayor influencia, quien corroboró, después de pasar problemas en la zurda, que “estas pelotas vienen dando vueltas y se clava hasta dentro. No vienen con un bote natural. Hemos hablado con la empresa, le hemos dado nuestra opinión y en el vestuario ya se comenta. Desde las empresas nos dicen que el material no es el problema, que es una mala racha. Esta pelota favorece al que menos golpe tiene”. A su vez, consultado Barriola, otro manista con pedigrí, manifestó que “caben dos posibilidades: que sea casualidad o que sea por el material, pero el golpe de estas pelotas es mayor para la mano. Para mí, el problema es el tiro que tiene, no si es viva o muerta”. Y el cuero es fundamental: es apergaminado.

¿El tiro, el tamaño, el cuero? “El material anda mucho y es pequeño. Es una forma de que los zagueros no noten mucha diferencia entre el que es pegador y el que no. Eso iguala el partido, pero afecta a las manos”, sostiene el doctor Ander Letamendia, especialista en las dolencias de manos de los pelotaris. Si la superficie es menor, la incidencia del golpe es superior. A pelota más pequeña, mayor impacto, mayor dolor y mayor probabilidad de que la mano sufra un golpe fatal. Un solo clavo para la cama del faquir. “Todas estas lesiones no pueden ser casualidad. No hay campeonato más cómodo para los pelotaris que este, con un solo encuentro a la semana. Así, la mano se puede recuperar. Está clarísimo que la plaga de problemas tiene que ser por el material. El mal de manos parecía que había sido erradicado con las protecciones novedosas y ahora vemos esto. Algo está ocurriendo”, especifica el galeno, quien apostilla que “la dimensión de la pelota es muy importante. Eso sí, ahora las pelotas se apagan pronto. Cuando eran negras, se mezclaba el sebo con negro de humo, un polvillo muy fino que actuaba en el cuero y da un brillo especial. Ahora los cueros se gastan enseguida y se ponen botones”.

También confiesa Letamendia que “lo que está claro es que hace mucho tiempo el mal de manos era el mal misterioso de los vascos, fue seguido por el dedo blanco y eso fue eliminado por las protecciones, que se han ido racionalizando y haciendo cada vez mejores. Ahora resulta que hemos vuelto a lo que teníamos antes. Eso se debe al material, bajo mi punto de vista, porque las canchas no han variado. ¿El resto del año, cuando llega el verano, los pelotaris aguantan dos partidos o tres o cuatro a la semana y no les pasa absolutamente nada? Algo pasa en este campeonato”, y agrega que “la pelota es la que quieren las empresas. Que tantos pelotaris anden con problemas una y otra vez, me preocupa. Y el campeonato se desvirtúa para el espectador”. ¿Casualidad o el material? “Es el debate de siempre”, dijo Irujo.