Bilbao - “Las sensaciones han sido malísimas. Por mí, ojalá se hubiera acabado hoy el campeonato y empezar otra cosa”. Lo decía Juan Martínez de Irujo en el pasillo que separa los vestuarios del Astelena de Eibar y la cancha. En mitad de ese paseíllo, el iberoarra mascaba la derrota ante Yves Xala (14-22) en la que no había logrado encontrarse. El camino no lo marcaba el poderoso delantero navarro, siempre enconado dentro del Cuatro y Medio, pero con condiciones suficientes para almacenar en la vitrina de la memoria seis finales del acotado de las últimas ocho ediciones, con dos txapelas en su haber. Los errores le marcaron el ánimo el domingo como un hierro al rojo vivo. “Si juego así, veo muy complicado entrar en semifinales”. Lacónico y directo. Xala le dejó tocado.
Tres días más tarde, no obstante, parece haber dado la vuelta a la situación anímica. “Estoy bien. Es lo que tiene el deporte o esta liguilla: juegas un partido y pierdes, pero tienes la oportunidad la semana siguiente de darle la vuelta a la tortilla. Estoy con ganas de venir el sábado a ganar, por supuesto”, admite el puntillero navarro, quien siempre ha mostrado una vena competitiva admirable y confiesa que “perder a nadie le gusta, yo tenía esperanzas de llegar lo más arriba posible en el campeonato, pero se puede perder, no pasa nada, peores cosas hay fuera de esto”. Aun así, valora el de Ibero que su idilio con la jaula sigue siendo un amor complicado. La potencia de Irujo le ata en la distancia y él prefiere volar. “Todos los años estamos igual: el verano acaba muy tarde y no hay tiempo para prepararlo. Particularmente me cuesta mucho adaptarme a la distancia y el otro día no le di velocidad a la pelota. Si no le das, no puedes ganar. No estaba encanchado, no me tiraba a por ella y estaba jugando con mucho miedo de hacer pasas, porque al principio del partido hice dos o tres. Eso condiciona. Con lo que hay, hay que jugar. A ver el sábado si mejoro”, manifiesta, después de verse ante el zurdo de Lekuine como un “robot” y con el “brazo encogido”. Aun así, confirma Irujo que sus opciones pasan por “darle velocidad a la pelota” y por tener “fe” en su saque. “Trataré de darle velocidad y colocarla”, sostiene el iberoarra, que contará con la vitola de favorito aunque “las fuerzas se igualan en el Cuatro y Medio”.
El día del todo o nada es el sábado. Donde todo empieza o donde todo termina. El Labrit, territorio de batalla. Donde Martínez de Irujo se ve forzado y Julen Retegi, con el gancho. “Con la soga al cuello”, como afirma el eratsundarra. “El que pierda, para casa”, analiza. No hay más, aunque siempre quedan los triples empates y las volteretas que residen en las matemáticas. Saben Julen y Juan que perder tiene como consecuencia esperar un resultado favorable el domingo en el encuentro entre Xala y Saralegi, ganar con solvencia en la última jornada y esperar que la providencia ayude. En definitiva, casi un milagro.
“No estoy jugando nada cómodo el torneo. Estoy cometiendo muchos errores y eso me fastidia. Hasta ahora había podido darle la vuelta a las eliminatorias, pero contra Saralegi perdí seis o siete pelotas en momentos clave y se me fue el partido”, desvela Retegi Bi, quien no espera una vendetta por la final del mano a mano. “¿Revancha? Aquello ya es pasado. Ahora nos jugamos el pase y seguir vivos”, sostiene. Se decantó Julen ayer en la liturgia por cueros de 104,5 y 105, 1 gramos, mientras que Juan se decidió por dos de 105,9 y 105. “Son pelotas bonitas para jugar”, remachó el puntillero de Eratsun.
Elección en Donostia. Aimar Olaizola y Mikel Olaetxea se citaron ayer en el frontón Atano III de Donostia para seleccionar cueros de cara al envite que les mide mañana, a partir de las 23.00 horas. El goizuetarra se decantó por pelotas de 105,9 y 105,2, mientras que el de Lizartza prefirió cueros de 105,1 y 104,2 gramos. El festival donostiarra está teniendo mucha expectación. Ya se han vendido medio millar de localidades de forma anticipada. Foto: A. García