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Muguruza llama a la puerta grande

la jugadora de ascendencia vasca elimina a permentier y pasa a cuartos, donde le espera sharapova

Muguruza llama a la puerta grandeEfe

bilbao - Garbiñe Muguruza dio ayer un paso más en su impecable trayectoria en el Grand Slam de la arcilla y demostró que su límite está muy arriba. La tenista vasco-venezolana apeó a Pauline Parmentier en el cuarto partido en el que no pierde un set (6-4, 6-2 en una hora y 19 minutos) y firmó el mejor resultado de su carrera en un torneo grande.

Su próxima rival será Maria Sharapova, que remontó un set en contra ante la australiana Samantha Stosur para cerrar con un 6-0, en un partido de cuartos de final que será como poner un espejo en el centro de la pista, ya que Muguruza no reniega del estilo de juego de las rusas, al contrario, se reconoce en él. "Sharapova lleva en el circuito mucho tiempo, he visto cómo juega. Creo que tenemos cosas parecidas en la forma de jugar, las dos somos grandes y tenemos los brazos muy largos. Ella es muy agresiva", indicó.

Pues así acabó Muguruzova con la única tenista francesa que quedaba en el torneo femenino, más veterana y que llegaba desde el 145 del mundo. El ambiente en la Philippe Chatrier, donde las dos debutaban, estaba claramente de parte de Parmentier, lo que quizás influyó en un comienzo algo dubitativo de Muguruza pese a que se adelantó por 2-0. Pero se la veía inquieta, impaciente en ese estilo de palos constantes que le ha llevado lejos. "Estaba muy nerviosa antes de empezar. Nunca había jugado en la pista Philippe Chatrier ni contra una francesa, así que pensaba que toda la grada estaría contra mi. No podía calmarme", admitió.

La francesa lo aprovechó para adelantarse por 4-3, pero en cuanto la chica de ascendencia eibartarra se templó, decantó el partido al destruir el saque de su rival y apuntarse la mitad de los puntos al resto. En el noveno juego, Garbiñe Muguruza rompió el saque de la gala y firmó el set sin apuros.

Los intercambios más allá de tres golpes caían del lado de la vasco-venezolana, lo que sirvió para tranquilizarla. Parmentier, jaleada por el público, dejaba algún toque de calidad, pero la potencia de sus golpes no igualaban lo que le llegaba del otro lado. El partido se inclinó definitivamente en el tercer juego del segundo set y que Muguruza se anotó al resto después de diez minutos. Con el 4-1, Parmentier, a todo o nada, recuperó uno de los breaks, pero fue su canto del cisne.

nada que perder La pupila de Alejo Mancisidor firmó otra ruptura y remató de nuevo con su servicio el partido que corona su trayectoria en el torneo. "He conseguido lo máximo. Ahora viene un gran reto con Sharapova. Será un partido grande y un partido duro que estoy muy feliz de poder afrontar. No tengo nada que perder", comentó ayer tras eliminar a Pauline Parmentier. Eso sí, Muguruza avisó de que mañana va a tratar de hacerlo "lo mejor posible y a tratar de disfrutar tanto como pueda. Voy a afrontar el reto. Quiero entrar en la pista con la mentalidad de que puedo ganar, como hago en cada partido".

Garbiñe Muguruza llamó a la puerta grande, ahora tiene tres partidos para traspasarla y entrar en la historia. Lo mismo ocurre con Carla Suárez, su compañera de dobles, que eliminó a la croata Ajla Tomljanovic (6-3 y 6-3) para repetir los cuartos de final que logró en 2008 y provocar el mejor resultado para el deprimido tenis femenino español desde 2000, cuando aún jugaban Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez. Incluso, es posible que ambas se enfrenten en semifinales, aunque la canaria tendrá delante a la canadiense Eugenie Bouchard, que con 20 años, los mismos que Muguruza, representa una nueva ola en el circuito.

Todo puede pasar en un torneo que ha perdido a cuatro de las cinco primeras cabezas de serie. La rubia Maria Sharapova parece la candidata más seria, pero por el camino le ha salido esa otra rusa de cabello moreno, la hija de José Antonio y Scarlet. Garbiñe Muguruza es la revelación de Roland Garros, pero no se conforma.