Mereció la pena
Aimar Olaizola y Abel Barriola baten en una espectacular final a Yves Xala y Mikel Beroiz en Bilbao
Duración: 1h 18:36 minutos de juego.
Saques: 1 de Olaizola II (tanto 7) y 1 de Xala (tanto 2).
Faltas de saque: 1 de Olaizola II.
Pelotazos: 828 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 10 de Olaizola II, 2 de Barriola, 8 de Xala y 1 de Beroiz.
Errores: 3 de Olaizola II, 2 de Barriola, 5 de Xala y 4 de Beroiz.
Marcador: 2-1, 3-1, 4-2, 5-4, 9-5, 10-8, 13-9, 14-10, 14-11, 16-12, 17-15, 20-16 y 22-16.
Apuestas: De salida se cantaron posturas de 100 a 40 favorables a Olaizola II-Barriola.
Incidencias: Final del torneo Aste Nagusia disputada en el frontón Bizkaia de Miribilla. 1.200 personas. Abel Barriola fue reconocido como el mejor pelotari del torneo.
bilbao. El dios de la pelota se guardó lo mejor de Aste Nagusia para la traca final. Sin contemplaciones. Se guardó una final peloteada, llena de ritmo, pelea y, sobre todo, cuatro pelotaris que rindieron soberbios en una paliza de partido de más de una hora y 828 pelotazos. Es decir, una batalla en el Bizkaia de Bilbao que se decantó por los pequeños detalles que ofrecen la plusvalía de Aimar Olaizola y Abel Barriola, dos manistas que saben de qué va esto, que saben sufrir, que defendieron la tira y mandaron en los momentos esenciales, ganando no solo escaramuzas físicas, sino también psicológicas. Triunfaron ante Yves Xala y Mikel Beroiz, que rayaron a gran nivel. El zurdo de Lekuine regaló al respetable los mejores momentos del partido con su plasticidad y su colmillo, llegando a resonar ecos de aquella final del Manomanista de 2011, en la que Xala fue el rey del espectáculo.
Pero una pareja tenía que ganar y en el inicio estuvo gran parte de la culpa de que Aimar y Abel se llevaran el torneo bilbaino. Una pelota botona que se le atragantó a Beroiz supuso un rédito importante para sus intereses. El uhartearra, dubitativo, erró dos pelotas y en otras tantas estuvo forzado a tirarlas. Así, marcaron una distancia que se mantuvo en todo el encuentro.
A pesar de Xala, quien con su particular forma de ver la pelota no esperó para dar sentido a quién había pagado la entrada para ver el encuentro. ¡Qué delicia verle rematar! Pero su virtud también estuvo en la defensa, obligando a Aimar a exprimirse. Comprimió el resultado el genio de Lekuine cuando iban perdiendo por un preocupante 9-4. En ese tramo, Mikel recuperó el pulso, las pelotas se empezaron a quedar y la cosa se volvió una vuelta de tuerca más dura. E Yves, a lo suyo: a frotar la lámpara. Acumuló ganchos, aperturas y dejadas al txoko para suspirar en el cogote de sus contrincantes (9-8).
Se sacudieron la duda los colorados con Aimar en vena y sus tradicionales saque-remates, con los que hizo daño. Se elevaron hasta el 16-11 con trabajo y pelea. Porque lo que curró Abel no está en los escritos. Barriola, héroe de la clase obrera, cubrió cancha y se defendió ante un Beroiz mayúsculo. Su pose de estibador choca con el gesto de seda que posee delante. Abel impuso físico en un encuentro que se endurecía por momentos. Y acertó.
Xala reaccionó en el filo de la navaja. Justo antes de la obra de arte que se guardaban los cuatro. Una volea y un saque-remate recondujeron la situación; así como dos errores rivales. Y llegó el 17-15. Un tanto con mayúsculas, con 191 pelotazos en los que los zagueros se vistieron de oro y galones. También se fajaron los delanteros, pero la versión imperial de los guardaespaldas fue para enmarcar. Sufrieron y sufrieron mientras el público aplaudía su esfuerzo. En tanta batalla, Beroiz hincó la rodilla con un zurdazo que se fue al colchón. Y no se recuperó. Tampoco Xala, quien arriesgó cuando tuvo pelota y no le salieron las cosas. Aimar y Abel continuaron con el viento a favor aunque muertos por el esfuerzo y acabaron la tarea imperiales en un partido de los de garrote y sacrificio: una perla cubierta de sudor y piedra. Mereció la pena.