El año que la mano vizcaina se vistió de luto
Acarregui y Azkarate, dos iconos, dejaron en 2012 a la familia pelotazale
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RELATÓ a DEIA, con palabras sentidas, en una entrevista Miguel Gallastegi, Don Miguel, uno de los grandes de la mano profesional, un profeta eibarrés, que se acordaba siempre mucho del gran manista lekeitiarra José Luis Acarregui (1923). Hablaba con gran cariño de él Miguel en vísperas del verano de 2011, antes del delirio de Xala en el Manomanista. Días después, José Luis recogió el guante gracias a este periódico. Sin embargo, meses más tarde, la mano vizcaina se vistió de luto por el fallecimiento del manista lekeitiarra. Fue en febrero. Después, acariciando el verano, otro de los grandes del deporte, Hilario Azkarate, seis veces campeón del Manomanista, también fallecía en julio, dejando del todo tocada a la actividad manista vizcaina. Después, le tocó al espectacular Txo de Bermeo. Tres iconos, cada uno en lo suyo. De este modo, 2012 será recordado por muchas cosas dentro de la familia pelotazale de Bizkaia: por el Cuatro y Medio de Pablo Berasaluze, por su Parejas, por el inapelable dominio de Aimar Olaizola, el debut del ilusionante Danel Elezkano, la explosión del Bizkaia como plaza habitual... Pero esos tres acontecimientos dejaron manca a una especialidad en la que cada tanto está escrito una vida. Y es que, como dicen los que más saben de pelota, "se juega como se es en la vida".
Tres finales del Manomanista quedaron clavadas en el armazón de Acarregui. La primera, en 1946, fue Atano III el que triunfó en el Astelena de Eibar (22-16). Las dos siguientes se las arrebató Gallastegi, en 1950 y 1951 por 22-15 y 22-14, respectivamente, en Eibar y en el ya casi olvidado del profesionalismo Municipal de Bergara. Dice siempre de él el gran tótem de Eibar que era "el más elegante que he visto sacando". En definitiva, un estilista. Debutó en el 44, después de alternarse con la cesta y se ganó un hueco en la historia. No en vano, aunque a mucha gente se le olvide, fue él, el gran José Luis Acarregui, el que ganó el primer campeonato del Cuatro y Medio. Fue el 8 de diciembre de 1953 en el frontón Gros de Donostia y con una voltereta antológica. La cosa fue así: Eusebio Bolinaga, un todoterreno, iba ganando la final del acotado, que por aquel entonces no tenía tanto tirón como tiene ahora, al lekeitiarra por 21-17. Una enormidad en tamaña cita. Sin embargo, Acarregui, batallador al que se le hacían largos los partidos a 22 según explica Don Miguel, cimentó en el saque todo el partido y gracias a él consiguió darle la vuelta a un envite que se le puso muy cuesta arriba. Once saques supusieron un bagaje demasiado amplio para que Bolinaga pudiera imponerse. Así, Acarregui imprimió en letras de oro su nombre como primer campeón del Cuatro y Medio. José Luis falleció un martes 7 de febrero.
El otro palo llegó cuando Hilario Azkarate perdió el partido de su vida el 22 de julio. Al elorriotarra le acompañan en la pléyade de campeones manomanistas vizcainos Jesús García Ariño e Iñaki Gorostiza, quienes rápidamente tacharon al zaguero elorriotarra como "el icono de la mano vizcaina". Fue una pérdida enorme porque Hilario, nacido en la calle Erreka de Elorrio en 1935 junto a otros dos pelotaris campeones, Felipe Lejarazu y Antonio Álvarez -juntos protagonizaron una gesta genial en 1960 ya que ganaron tres txapelas el mismo curso-, tenía seis txapelas del mano a mano en casa y era "una persona, sencilla, agradable y sincera, con muchas dosis de humor", tal y como recordaba Iñaki Gorostiza.
Suyas fueron las mieles del éxito en la década de los sesenta. Entre 1960 y 1968 jugó ocho finales del mano a mano y ganó seis de ellas. A Ogueta, la primera, a Etxabe X, la segunda, y a Jesús García Ariño, la tercera. En 1963, el de Axpe le venció 22-2; sin embargo, el curso siguiente, el elorriotarra se repuso frente al de Atxondo y volvió a ganar.
Después llegaron cuatro duelos enormes con Atano X. Dos fueron para cada uno, haciendo a Hilario campeón en el 65 y el 67; mientras que el azkoitiarra se impuso en el 66 y el 68. No volvió a jugar una final más, pero aún resuenan las palabras que le brindaba el público al gran zaguero vizcaino: Hori, Hori, Hilario!
el txo de bermeo Txo de Bermeo, Salvador Ruiz Anduiza, también falleció en 2012. Otro de los históricos que tiñó de negro la mano. Debutó a los 28 y era conocido por sus saltos y cabriolas. Jugó en Segunda, pero sus espectaculares tantos no pasaron desapercibidos. También fallecieron este año los pelotaris: Juan Valdés Martínez, Martín Barinagarrementeria Aldekoa, Pedro Elordi Txurruka, Jesús Tina Ruiz Ibero, José Ángel Monasterio, Ignacio Ugartemendia Korta, Francisco Javier Gerrikaetxebarria El Tigre de Ajangiz, Benjamín Arrillaga, Ángel Mari Kalzakorta, entre otros. Sin todos ellos, la pelota se queda un poco coja. Goian Bego!