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El tercer zurdo

Bubba Watson logra su primer grande tras ganar a Louis Oosthuizen en el 'play-off' de una última jornada plagada de golpes memorables en Augusta

El tercer zurdoFoto: afp

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GERRY Bubba Watson (Bagdad, Florida, 5 de noviembre de 1978) rompió a llorar en brazos de su madre, de su caddie y de sus amigos y colegas del Golf Boys Club (Rickie Fowler, Hunter Mahan y Bob Crane) que le felicitaron nada más proclamarse ganador del Masters de Augusta. El mayor pegador del circuito desde sus 1,91 metros, conocido por su fe protestante y un carácter extrovertido y bromista del que da fe su cuenta de twitter, se derrumbó después de vencer en su primer major. La presión de la última jornada había sido grande y Watson había tenido que hacer un gran esfuerzo para mantener siempre la concentración y la contención, precisamente uno de los defectos que le achacaban, durante unas horas que dejaron golpes y momentos memorables.

El sudafricano Charl Schwartzel aguardaba en la casa club para imponer la chaqueta verde a su sucesor que durante mucho tiempo pareció ser su compatriota y amigo Louis Oosthuizen, ganador del Abierto Británico en 2010 y autor el domingo de un golpe que pasará a la historia. En el hoyo 2, firmó un fantástico albatros -dos golpes en un par 5- desde casi 250 metros, el cuarto en la historia de Augusta y el primero que pudo verse en directo por televisión. Oosthuizen tomó el liderato en solitario porque casi al mismo tiempo Phil Mickelson, que partía como líder y serio candidato a su cuarto triunfo, firmó un triple bogey en el hoyo 4 que enterró sus opciones.

cuatro hoyos decisivos Mientras los estadounidenses Bob Crane y Bo Van Pelt firmaron sendos hoyos en uno sin trascendencia en la clasificación, Bubba Watson avanzaba por el campo sin errores ganando metros desde el tee de salida. Oosthuizen, con el que compartía partido, tampoco erraba y el zurdo de Florida necesitaba algo para impedir que la chaqueta se fuera de nuevo a Sudáfrica. Ese algo fueron cuatro birdies consecutivos entre los hoyos 13 y 16 que le metieron de lleno en la lucha por la victoria.

La cosa quedó ya en un mano a mano entre Oosthuizen y Watson que se prolongó hasta el segundo hoyo del desempate, el 10 del campo de Augusta, que asistió a otra genialidad del estadounidense. Su salida fue mala y dejó la bola entre árboles y en la tierra. Mal asunto, pero Bubba, que creció admirando a Severiano Ballesteros, respondió con un gran golpe que le puso en el green y el Masters en bandeja ya que Oosthuizen había fallado en una situación menos apurada.

Con dos putts sencillos, Bubba Watson se convirtió en el tercer zurdo que gana en Augusta desde 2003 tras Mike Weir y Phil Mickelson y en el octavo jugador que estrena su cuenta de grandes en los últimos ocho. Sus lágrimas resumían, además, unas duras circunstancias vitales ya que su padre murió de cáncer en 2010 y su mujer Angie conoció por entonces que no podía procrear. Hace un mes, la pareja recibió al pequeño Caleb en adopción y Bubba se volcó en causas benéficas y solidarias en favor de la lucha contra el cáncer y de los niños con problemas físicos. Por eso, su ropa y sus palos tenían detalles de color rosa que gritaban esa labor social. Pero lo realmente importante para Watson es que acabó vestido de verde, que rompió con su poderosa pegada y sus ramalazos geniales en uno de los templos del golf la barrera que le separaba de uno de los grandes.